Primer imperativo categórico de Kant

Primer imperativo categórico de Kant

El Imperativo categórico es el principio de moralidad en Kant que se tiene que aplicar en todas las vocaciones, que no admite excepciones y que se distingue de otros imperativos como el hipotético, en que la acción se le presenta al agente no como un deber en ocasión de cumplir un determinado fin sino como un deber valido en sí mismo, por  ejemplo un imperativo hipotético decía que debo estudiar para aprobar una materia, el imperativo categórico simplemente dice debo estudiar.  El Imperativo categórico es un imperativo formal.

El imperativo categórico en su primera formulación dice: “Obra de manera tal que puedas querer que la máxima de tu acción sea convertible en ley universal, sin contradecirse”, vamos explicar esto, recordemos que la máxima es el principio personal de acción y que permite reconstruir cualquier acción que uno está haciendo, ejemplo: debo grabar un video, debo mirar a la cámara, ahora la gracia del imperativo categórico dice que esa máxima personal de acción, debe ser convertida en ley universal, por ejemplo se debe mirar a la cámara, quiere decir que no rige solo para mi sino que está en impersonal, él se debe. Y también dice sin contradicción, es decir que hay que evitar una contracción entre la máxima de mi acción y esa misma máxima una vez elevada a ley universal y cumplida. Ejemplo: La mentira, Kant se pregunta si es moral mentir para salir de apuro de una determinada ocasión, en el caso de que necesito dinero para algo importante y se lo pido, y le digo que la semana que viene se lo devuelvo, aun sabiendo que la semana que viene no se lo voy a poder devolver, Kant dice que no es moral, autonomía de la voluntad, entonces mi máxima en este caso es “debo mentir” y  la ley universal  seria “se debe mentir”, que pasaría si se cumpliese esta ley de todos mienten, bueno si todos mienten sistemáticamente seria en vano fingir que uno está diciendo la verdad dice Kant, entonces si todo el mundo constantemente miente no tendría sentido la comunicación porque nadie creería lo que el otro dice.

La comunicación es digamos la base sobre la cual la mentira asi como la verdad puede asentarse, de modo que la máxima de yo debo mentir entra en contradiciion con el principio se debe mentir como ley elemental, ya que ya no tendría sentido mentir personalmente en mundo de mentirosos, ya no tendría sentido fingir nada, porque nadie creería nada.

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