Primera mujer en vencer las amazonas

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Primera mujer en vencer las sombras Amazónicas 

  La primera mujer luchadora, capaz de vencer la tenebrosa oscuridad de la noche, tratando de sobrevivir a la espeluznante inmensidad de la selva, padeciendo segundo a segundo, llevándola al borde de la locura, y peor aún, estando a punto de abandonar el mundo de los vivos, se trata de la Doctora Raiza Ruiz, quien después de pasar siete días y seis noches tratando de vencer al bosque tropical mas extenso del mundo, quedó viva para contarlo.

  Raiza Ruiz médico especialista en enfermedades tropicales, sobrevivió a la bestialidad indoblegable del amazonas una de las 24 entidades federales de Venezuela ubicada en la Región Guayana al Sur del país siendo su Capital Puerto Ayacucho.

  Había sido destinada a Maroa Capital del municipio Maroa Estado Amazona.
 La Doctora Ruiz iba a Puerto Ayacucho a protestar por las inestables condiciones laborales de los médicos rurales y también a cobrar su primer salario como medico rural.

  El 1 de Septiembre de 1981, en el Estado Amazonas una avioneta Cessna 207 monomotor amarilla YV-244-C con cuatro personas a bordo, dicha aeronave cubría la ruta Puerto Ayacucho a San Fernando de Atabapo, Maroa, San Carlos de Río Negro, la cual debía aterrizar en San Carlos a las 9:00am pero nunca llegó.

 El avión había despegado de Maroa con la presencia de un policía, un juez, el piloto y la doctora Raiza Ruiz.

  Después de tres días el avión fue localizado por personas de la zona desde un aeronave en Piedra del Medio entre los caños Guarapo Bocachica, territorio Colombiano de inmediato enviaron tres comisiones por tierra y un grupo de soldados.

 Una vez estando en el lugar de los hechos, el personal de salvamento  no era forense detectaron a “todos muertos” pero se limitaron a ciertas cosas, la avioneta estaba totalmente destruida. Una vez llevado los restos a San Carlos de Río Negro, los médicos rurales, confundieron restos de Venado y Lapa con los pasajeros aéreos.
 
 Una neblina apareció dejando todo blanco haciendo imposible la visibilidad del piloto obligándolo a aterrizar de inmediato, fue entonces cuando el avión se estrelló, y así dándole inicio a esta aterradora historia.

  Minutos más tarde tres de los cuatro pasajeros lograron salir de la aeronave quedando atrapado el Policía Salvador Mirabal. Al instante el avión calló de los árboles, estalló y el fuego logró alcanzar a las otras tres personas que habían salido rápidamente a cubrirse, cuando el fuego pasó se dieron cuenta que el policía aun estaba vivo, poco después murió.

 En caracas este caso fue cerrado, declarando a todos lo pasajeros aéreos fallecidos.

 Siete días más tarde, Raiza Ruiz es localizada con vida en una Comunidad Baré en agua blanca donde había sido curada por los indígenas.  

  Raiza Ruiz es trasladada al hospital de Puerto Ayacucho quedando tres semanas en terapias intensivas.

 Ruiz, el Capitán Rómulo Ordóñez y Juan Manuel Herrera Juez Colombiano lograron salir del avión, quedando atrapado por estar inconciente Salvador Mirabal, los sobrevivientes estaban aterrorizados temiendo lo peor. “Encontramos un riachuelo chiquitito tomamos agua y seguimos con esperanza de encontrar el Río Negro o uno más grande que nunca encontramos” relató Raiza Ruiz. El juez no podía caminar ya que tenia las piernas quemadas y allí se quedó, poco después murió.

 Raiza relata “Al tercer día nuestra condición había empeorado, yo ya no orinaba, me hinché y me dio fiebre, el piloto tosía constantemente cojeaba de una pierna y se quejaba de sus costillas rotas, a demás, teníamos días sin comer solo bebíamos agua estancada. Escuchamos los primeros helicópteros y nos pusimos a gritar y saltar, no nos vieron. Ese día caminamos hasta encontrar un área mas descubierta allí nos quedamos, al día siguiente cada uno buscó su lugar, gritamos agitamos los brazos y saltamos por horas, en un momento deje de oír al piloto y corrí a buscarlo, lo encontré muerto”.

 Así la doctora Ruiz quedó sola luchando por su vida, hizo todo lo que pudo, ayudó al piloto colocándole un cinturón e inmovilizando una de las fracturas, también dejo una nota en el lugar de la nave dando a conocer que tres de ellos habían sobrevivido y estaban en busca de ayuda por la selva. “Comí hojas de lirio, era la única especie botánica que conocía, temía comer alguna hierva venenosa” señaló.



 En ese entonces sus heridas estaban llenas de gusano.

 Raiza Ruiz había realizado la primaria en Escuela República del Ecuador, finalizó la secundaria en el colegio Teresiano de la Castellana, donde fue seleccionada para cursar estudios en la Universidad Simón Bolívar solo duró dos semestres ya que no se sentía cómoda y luego decidió continuar en la Universidad Central de Venezuela para estudiar Medicina.

 Después de haber vivido tan espantosa situación, se halla confundida, reprochaba a Dios por estar donde estaba sin merecerlo, ya sin esperanza alguna solo deseaba morir y acabar con tan terrible pesadilla, en ese entonces sintió cerca de personas, eran niños Baré (grupo indígena perteneciente a la etnia de los arawacos) sin saber lo que veían se alejaron. Raiza pasó dos noches allí paralizada, solo con deseos de morir. Al día siguiente el grupo adulto de la tribu Baré la auxiliaron, le dieron agua, le limpiaron las heridas quitándole los gusanos, por suerte uno de los hombres hablaba español y siempre la tranquilizó los indígenas la sacaron de la selva.

 La doctora contó todo lo que había pasado, pero en su momento de trauma mezclaba la realidad con la fantasía, decía que sus compañeros estaban vivos esperando rescate, “por favor, rescaten a mis compañeros”.

Fue traslada en una canoa a Río Negro, luego en una lancha la llevaron a la Aldea de agua blanca, una vez estando en San Carlos esperaban conseguir especialistas pero no resultó, allí solo la pudieron atender un exiliar y un medico odontólogo, tenia las piernas infectadas y llenas de gusanos, luego estuvo en terapia intensiva.

 Después de recuperada, Raiza pasó 30 años esperando acabar con el error del acta de defunción para poder estar viva nuevamente.

 Así se convirtió en “la primera mujer en vencer las sombras Amazónicas”      

               

 
 
 

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