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Prometeo Encadenado Esquilo


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2012  •  Trabajo  •  13.338 Palabras (54 Páginas)  •  763 Visitas

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Prometeo Encadenado Esquilo

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PROMETEO

ENCADENADO

Esquilo

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PERSONAJES

Fuerza y Violencia, criados de Zeus

Hefesto, dios del fuego, hijo de Zeus

Prometeo, hijo de la diosa Temis

Océano, divinidad

Io, hija de Inaco

Hermes, mensajero de los dioses

Coro de Oceánides

La escena representa una región montañosa, en los confines del mundo, cerca del mar.

Llegan Fuerza y Violencia, traen prisionero a Prometeo. Les sigue Hefesto con sus

herramientas de herrero. Se disponen a clavar al titán en una escarpada roca.

FUERZA. Hemos alcanzado la región extrema de la tierra, el rincón escítico, en un

desierto nunca hollado. Hefesto, a ti te concierne cumplir las órdenes que te dio tu

padre, en estas abruptas rocas sujetar a este malhechor con grilletes irrompibles y

vínculos de acero. Porque robando tu flor, el resplandor del fuego, origen de todas las

artes, se la entregó a los hombres. Ha de pagar la pena a los dioses por una falta como

ésta, para que aprenda a soportar la tiranía de Zeus y renunciar a sus sentimientos

humanitarios.

HEFESTO. Fuerza y Violencia, para vosotros se ha cumplido ya el mandato de Zeus y

nada os retiene ya. Pero yo no me atrevo a atar a un dios hermano en esta sima

tormentosa. Sin embargo, es incontestablemente necesario tener coraje para ello: Prometeo Encadenado Esquilo

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es cosa grave no cumplir las palabras de un padre. (A Prometeo.) De Temis, la

consejera, hijo de elevados pensamientos, contra tu voluntad y la mía voy a clavarte

con indisolubles lazos de bronce a esta roca inhóspita, en donde no verás ni la voz ni la

figura de un mortal, sino que quemado por la resplandeciente llama del sol, cambiarás

la flor de tu piel; con alegría para ti, la noche con su manto estrellado ocultará la luz y el

sol disipará de nuevo la escarcha del alba; pero siempre te abrumará la carga del mal

presente, pues todavía no ha nacido tu libertador. Esto has ganado con tus

sentimientos humanitarios. Tú, un dios que no te acoquinas ante la cólera de los dioses,

has otorgado, más allá de lo justo, unos honores a los mortales; por esto montarás en

esta roca una guardia ingrata, de pie, sin dormir ni doblar la rodilla. Lanzarás muchos'

lamentos y gemidos inútiles, pues el corazón de Zeus es inflexible. Un nuevo señor

siempre es duro.

FUERzA. Vamos, ¿por qué te demoras y te apiadas en vano? ¿Por' qué no aborreces

al dios más odioso de los dioses, que ha, entregado a los mortales tu privilegio?

HEFESTO. El parentesco es muy fuerte, y la amistad.

FUERZA. Lo concedo. Pero desobedecer las palabras de un padre ¿cómo es posible?

¿No temes esto más?

HEFESTO. Tú siempre eres cruel y lleno de audacia.

FUERZA. Ningún remedio proporcionará el llorar por ése; no t3 canses en un trabajo

inútil.

HEFESTO. ¡Oh oficio muy odiado por mí!

FuERzA. ¿Por qué lo odias? De los males presentes, ciertamente no tiene culpa alguna

tu oficio .

HEFESTO. Sin embargo, ojalá hubiera tocado a otro. Prometeo Encadenado Esquilo

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FUERZA. Todo es enojoso, salvo mandar sobre los dioses; porque nadie es libre

excepto Zeus .

HEFESTO. Lo sé, y nada puedo responder a esto.

FUERZA. ¿No te apresuras, pues, en rodearle de cadenas, para que el padre no te vea

remiso ?

HEFESTO. Pueden verse ya en sus manos las manillas.

FUERZA. Cíñeselas a los brazos y con toda tu fuerza golpea con el martillo y clávalo en

las rocas.

HEFESTO. El trabajo ya se termina y no en vano.

FUERZA. Golpea más, aprieta, nada dejes flojo; pues es capaz de encontrar alguna

salida, incluso de lo impracticable.

HEFESTO. Este codo, al menos, está fijo y es difícil que le suelte.

FUERZA. Ahora clávale en medio del pecho, bien fuerte, la dura mandíbula de una

cuña de acero.

HEFESTO. ¡Ay, ay, Prometeo, gimo por tus penas!

FUERZA. ¿Vacilas y lloras por los enemigos de Zeus? Vigila no sea que un día te

compadezcas a ti mismo.

HEFESTO. Ves un espectáculo horrible de ver.

FUERZA. Veo que ése tiene lo que merece. Mas échale a los costados las bridas.

HEFESTO. Es mi obligación hacerlo, no me lo mandes con tanta insistencia.

FUERZA. Pues te ordenaré y además te azuzaré. Baja y sujeta sólidamente con anillas

sus piernas. Prometeo Encadenado Esquilo

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HEFESTO. El trabajo está hecho y sin gran esfuerzo.

FUERZA. Con vigor hunde estas trabas en la carne; pues es severo el que juzgará tu

obra.

HEFESTO. Tu lenguaje responde a tu figura.

FUERZA. Ablándate; pero no me reproches mi obstinación y la aspereza de mi

carácter.

HEFESTO. Vámonos; tiene una red en torno a sus miembros.

FUERZA. Ahora sé, allá, insolente y despojando a los dioses de sus privilegios, dáselos

a los efímeros. ¿Qué alivio son capaces los mortales de llevar a tus penas? Con falso

nombre los dioses te llaman Prometeo, pues tú mismo necesitas un previsor para saber

de qué manera te librarás de tal artificio.

(Hefesto con Fuerza y Violencia salen.)

PROMETEO. ¡Oh éter divino, y vientos de alas rápidas, y fuentes de los ríos, y sonrisa

...

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