Psicologia

UN INTELECTUAL EN EL ESPECTACÚLO

Por Christian Alexander Acosta Moreno

Las descripciones que hace Mario Vargas Llosa en su libro la civilización del espectáculo, con respecto a los cambios que han tenido esas cualidades que solían definir a aquel hombre que era conocido como intelectual antes, son tan acertadas y precisas, que nos hacen comprender mejor las características que han contribuido a generar el concepto de lo que para él es la llamada civilización del espectáculo. Bien dice Vargas Llosa que el intelectual pasó de desempeñar un papel importante en la sociedad (escritor, académico, científico, orador), a ser víctima del olvido y del desinterés por parte de las personas. Todo esto consecuencia, en primer lugar, de errores que los mismo intelectuales han cometido a lo largo de la historia, errores que les han quitado credibilidad y los han desacreditado ante la sociedad misma; y en segunda instancia, por lo desvirtuada que se ha vuelto la cultura, pues se le han acuñado una gran cantidad de términos que  nunca le han correspondido, haciéndola casi inentendible. Vargas Llosa no la puede describir mejor cuando se refiere a ella como: “una cultura que propicia el menor esfuerzo intelectual, no preocuparse, ni angustiarse ni, en última instancia, pensar”, porque en esencia es una premisa muy precisa y que refleja de manera concisa una verdad,  pues muchos prefieren obtener las cosas de manera inmediata sin ni siquiera haber realizado un verdadero sacrificio, lo que en efecto ha venido denigrando y desgastando las bellas artes, producto del empobrecimiento que ha tenido la manera de pensar y de actuar de muchos. Artes que en una época pasada eran muestra de el gran desarrollo intelectual y el gran grado de educación que se tenía. Como resultado de estos y de muchos más factores, se han empezado a  ver erróneamente como intelectuales, a aquellas personas que hacen parte de un show mediático y que constantemente vemos en los medios de comunicación, que nos venden un entretenimiento y un escape del aburrimiento falso, contribuyendo al auge de ese circo en el que se ha venido convertido la sociedad.

A grandes rasgos lo dicho anteriormente,  y que se ve planteado de manera más detallada y constante en la obra, puede empezar a verse como una invitación a  la  reflexión acerca de la dirección que está  tomando el pensamiento global, que ha venido creando nuevos e inválidos conceptos, los cuales se han vuelto participes y contribuyentes a la disminución de la calidad de la formación, tanto moral como profesional, que el ciudadano actual tiene. Siendo ese momento de reflexión en el que repensamos, visualizamos e inspeccionamos  mejor  los elementos equivocados a los cuales nos estamos apegando, el instante ideal para comenzar a diferenciar entre lo bueno y lo malo que la sociedad nos puede ofrecer, para tomar decisiones que nos permitan encaminar y darle nuevamente el rumbo que la civilización requiere para su buen desarrollo intelectual, volviéndose  a convertir en esa antigua sociedad crítica, capaz de pensar y generar juicios por sí sola, enriquecida con ideas innovadoras, y así recuperar ese concepto de hombre culto íntegro,  conocedor de esos hechos y datos que se han desarrollado en las diferentes áreas, ya sean científicas o artísticas, pero también conocedor de los acontecimientos que suceden a su alrededor y que incurren en su actualidad. Porque en definitiva estas últimas,  son las cualidades que hacen de una persona alguien más educado, capaz de generar un cambio que mejore las expectativas que tenemos del futuro de nuestro mundo.

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