Quinta Disciplina
Enviado por cetina112 • 27 de Noviembre de 2014 • 337 Palabras (2 Páginas) • 209 Visitas
Dominio puede sugerir la dominación de personas o cosas. Pero dominio también alude a un nivel
muy especial de habilidad. Un maestro artesano domina la alfarería o el tejido, pero no “ejerce dominación”
sobre estas actividades. La gente con alto nivel de dominio personal es capaz de alcanzar coherentemente los
resultados que más le importan: aborda la vida como un artista abordaría una obra de arte. Lo consigue
consagrándose a un aprendizaje incesante.
El dominio personal es la disciplina que permite aclarar y ahondar continuamente nuestra visión
personal, concentrar las energías, desarrollar paciencia y ver la realidad objetivamente. En cuanto tal, es una
piedra angular de la organización inteligente, su cimiento espiritual. El afán y la capacidad de aprender de una
organización no pueden ser mayores que las de sus miembros. Las raíces de esta disciplina se nutren de
tradiciones espirituales de Oriente y Occidente, así como de tradiciones seculares.
Asombrosamente, sin embargo, pocas organizaciones alientan el crecimiento de sus integrantes. Esto
genera un gran derroche de recursos. “Las personas ingresan en los negocios como individuos brillantes,
cultos y entusiastas, rebosantes de energías y deseos de introducir cambios — dice Bill O'Brien, de Hanover
Insurance—. Cuando llegan a los treinta años, algunos se concentran sólo en su propia promoción y los demás
reservan su tiempo para hacer lo que les interesa en el fin de semana. Pierden el compromiso, el sentido de
misión y el estímulo con que iniciaron su carrera. Aprovechamos muy poco de sus energías y casi nada de su
espíritu. “
Muy pocos adultos se afanan por desarrollar rigurosamente su dominio personal. Cuando
preguntamos a los adultos qué quieren de la vida, la mayoría habla primero de aquello que querrían quitarse
de encima: “Ojalá mi suegra se mudara a otra parte”, “Ojalá se me fuera esta molestia de la espalda”. La
disciplina del dominio personal, en cambio, comienza por aclarar las cosas que de veras nos interesan, para
poner nuestra vida al servicio de nuestras mayores aspiraciones.
Aquí interesan ante todo las conexiones entre aprendizaje personal y aprendizaje organizacional, los
compromisos recíprocos entre individuo y organización, el espíritu especial de una empresa constituida por
gentes capaces de aprender.
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