¿Quién es consciente de aquello que me doy cuenta?
Enviado por joshuap97 • 12 de Septiembre de 2017 • Resumen • 1.826 Palabras (8 Páginas) • 277 Visitas
Ramana Maharsi (1879-1950) fue un gran maestro de la tradición del Yoga, y solía decir que para alcanzar la libertad interior uno debe de preguntarse de forma honesta “Quién soy yo”. También enseñó que hacerse esa pregunta era mucho más importante que leer libros, recitar mantras, o visitar lugares sagrados.
simplemente pregúntate:
¿Quién soy yo?
¿Quién es el que ve cuando yo veo?
¿Quién es el que escucha cuando yo escucho?
¿Quién es consciente de aquello que me doy cuenta?
¿Quién soy yo?
Exploremos esta cuestión con un juego. Imagina que tú y yo estamos manteniendo una conversación. Típicamente, cuando alguien se te acerca y te pregunta: ¿tú quién eres?, no estás pensando que se refiere a la parte profunda de la cuestión, simplemente respondes:
“Soy Ana Pérez”
Pero te desafío a lo siguiente: voy a tomar un papel y lo escribo con todas las letras: A-n-a P-e-r-e-z , y ahora te lo muestro.
Es eso lo que eres? una colección de letras?
¿Es eso quien ve lo que tú ves?
Obviamente no lo es, así que me responderías:
“bueno, tienes razón, lo siento. No soy únicamente Ana Pérez. Eso es solo un nombre con el que me llama la gente. Es una etiqueta. Realmente, soy la esposa de Antonio Rodríguez.”
Vaya! eso ya no es ni siquiera políticamente correcto en nuestros días!
¿Cómo vas a ser la mujer de Antonio Rodríguez? ¿Quieres decir que tú no existías antes de conocer a Antonio? ¿o bien quieres decir que dejarás de existir si el falleciera, o si tú te volvieras a casar con otro? “La esposa de Antonio Rodríguez” no eres tú. De nuevo, es otra etiqueta. Tómate tiempo para responder.
“De acuerdo, ahora prestaré más atención. Mi etiqueta es Ana Pérez. Nací en Barcelona en 1972. Viví en Sevilla con mis padres Paco y María hasta los cinco años de edad. Después nos trasladamos a Madrid donde cursé la escuela primaria… Fui a la Universidad Politécnica de Madrid donde me gradué como Ingeniera Industrial y conocí a Antonio Rodríguez. Eso es lo que soy”
No te pregunté todo lo que ha ocurrido desde que naciste. Te he preguntado “quien eres tú”. Lo único que has hecho es describir experiencias. ¿No te parece que si hubieras ido a otra universidad tú seguirías siendo la misma?
En ese momento te das cuenta que nunca antes te has preguntado “quien soy yo” de forma seria. Esto es a lo que se refería Ramana Maharsi.
Ahora te pones más serio y dices:
“Vale, soy el cuerpo que ocupa este espacio. Mido 1 metro y 70 centímetros, peso 65 kilos, y aquí estoy”
Cuando fuiste Ana Pérez durante la escuela primaria, no medías 1.70m ni pesabas eso. Entonces cuál de las dos eres tú? ¿Eres la persona de los 1.70m o la de los 1.60m de aquel tiempo? ¿No estabas ya ahí dentro cuando eras Ana Pérez? Eso es lo que dijiste antes. ¿No eres tú la que tuvo la experiencia de ser Ana en la escuela de Ingeniería Industrial y a la vez tú eres la que está respondiendo estas preguntas?
¿Acaso no eres la misma?
¿Recuerdas cuando tenías 10 años y te mirabas al espejo? Es que no eres la misma ahora? Simplemente ha cambiado tu cuerpo. No has sido siempre la misma cada vez que te mirabas al espejo?
Cuando duermes en la noche, ¿sueñas? ¿Quién es el que sueña? ¿Qué significa soñar? Podrías decir “es como ver una película que se proyecta en mi mente y yo la observo”. ¿Quién la observa? “yo soy quien la observo”.
¿Es el mismo “yo” que se mira al espejo que el “yo” que observa el sueño?
Cuando te despiertas observas que hay una continuidad de la conciencia de tu ser que se da cuenta y observa.
Ramana Maharsi hacía estas preguntas simples: ¿quién observa lo que tú ves? ¿Quién escucha lo que tú escuchas? ¿Quién observa lo que tu sueñas? ¿Quién mira la imagen en el espejo? Si tratas de responder honestamente, dirías:
“Yo. Soy yo. Yo soy el que está experimentando todo eso”
Y en vista de todo lo anterior, quizás sea la mejor respuesta que puedas dar.
Parece obvio darse cuenta que no eres los objetos que observas. Tú no eres el mundo exterior. Tú eres el que está dentro observando el mundo.
Esta parte era sencilla… ya hemos eliminado a todos los objetos exteriores. Pero ahora dime. ¿Quién eres?
Te das cuenta que aunque el mundo de los objetos no estuviera ahí fuera, tú seguirías estando ahí. En ese caso sentirías frustración y rabia si todo desapareciera ahí fuera, pero… ¿quién siente esa rabia? Volverías a repetir: “Soy yo!”
Y es correcto. Ese “yo” es el que experimenta a la vez el mundo exterior y el mundo emocional interno.
Imagina que estás paseando en un parque y observas a un perro que está jugando en la hierba. De repente escuchas detrás de ti un sonido como un zumbido: “Sssssss”. Una serpiente de cascabel ! Crees que seguirías mirando al perro con la misma intensidad y enfoque? Por supuesto que no.
En ese caso tendrías miedo, y la sensación del miedo te impediría observar.
Toda tu atención puede ser absorbida por tus emociones.
Pero ¿quién siente ese miedo? ¿es el mismo que miraba al perro?
Te puedes quedar tan absorbido por tus sentimientos y por tus miedos internos que es difícil que te enfoques en los objetos externos. En pocas palabras:
El mundo exterior y el interior compiten para tu atención
También has experimentado lo contrario al miedo: hay veces que el mundo exterior te ha resultado complicado y amenazante, pero por dentro has estado en paz y calma. Sigues estando ahí, pero en un estado distinto.
Te darás cuenta que ambos, el mundo exterior de los objetos y el mundo interior de las sensaciones e un flujo que viene y se va. Pero tú, el que experimenta todo eso, permaneces consciente de todo aquello que pasa delante de ti.
Entonces ¿quién eres tú? Podríamos usar la respuesta de Descartes: “Pienso, luego existo“. Pero… ¿realmente es eso lo que ocurre? La cuestión es ¿quién está usando la mente para emitir pensamientos y luego manipularlos en forma de ideas y juicios? ¿No sigue existiendo el ser que experimenta incluso en ausencia de pensamientos?
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