Retórica de Aristóteles
Enviado por ang2 • 31 de Enero de 2013 • 2.695 Palabras (11 Páginas) • 415 Visitas
Retórica de Aristóteles”
La retorica de Aristóteles consta de tres libros: el primero trata sobre la estructura de la retorica y sobre las especies de la retorica. El segundo libro está dirigido al público ya que trata de cuanto es capaz de razonar y en cuanto está sujeto a pasiones y modos de ser. El Libro tres estudia la forma más adecuada de los discursos con vías a la persuasión. CICERÓN
Marco Tulio Cicerón (-106, -43) nació en Arpino, pequeña ciudad del sur del Lacio, de una familia de clase media; recibió su formación en Roma y la completó en Grecia. Vive en el medio siglo final de la República, época de grandes convulsiones internas: la guerra social que ensangrentó Italia hasta que todos los itálicos consiguieron la ciudadanía romana; las luchas por el poder entre Mario y Sila; la rebelión de los esclavos al mando de Espartaco; la conjuración de Catilina; la guerra civil entre César y Pompeyo. Todos estos sucesos los vive muy de cerca, interviniendo decisivamente en algunos de ellos. Fue protagonista directo de la conjuración de Catilina, que hizo fracasar. Asimismo, atacó a Marco Antonio en sus Filípicas, lo que le costó la vida a manos de los sicarios de éste que clavaron su cabeza en una pica y la pasearon por todo el Foro.
Cicerón, ardiente republicano, desarrolló una actividad intelectual incesante y, a la vez, una actividd política intensa. El propio Cicerón dice que él podía haber vivido muy tranquilo, entregado a las dulzuras del estudio, pero que no dudó en exponerse a las más duras tempestades "para salvar a mis conciudadanos y para comprar, a costa de mi propio riesgo, la tranquilidad de todos."
La incesante actividad intelectual de Cicerón dio de sí una extensa producción literaria que podemos encuadrar, atendiendo a su contenido temático, en cuatro grupos: discursos, obras retóricas, obras filosóficas y cartas.
I.- DISCURSOS. Cicerón es el más grande representante de los oradores romanos. En él culmina una larga tradición oratoria, desarrollada y perfeccionada durante la República, en condiciones de libertad política. Sus maestros fueron Antonio y Craso que, al igual que la mayoría de oradores anteriores a él, desarrollaron una gran actividad en la vida pública. En el siglo I a.C., favorecida por las convulsiones sociales y políticas, la oratoria romana alcanza su más alta cota de perfección. Dos corrientes oratorias se disputan la primacía en esa época: El Asianismo, que tiende a períodos largos, grandilocuentes, a la expresión florida, con gran cuidado del ritmo oratorio; y el Aticismo, tendencia opuesta, que se distingue por la desnudez de la expresión. Pues bien, Cicerón no es encasillable. En realidad, aúna lo mejor de ambas escuelas. Su expresión es ornamental o desnuda, adaptándose siempre a lo que exijan las circunstancias. Sus discursos pueden dividirse en judiciales, pronunciados ante un tribunal, como defensor o acusador, y políticos, pronunciados en el Senado o en el Foro. Veamos, por orden cronológico, algunos especialmente importantes de ambos apartados:
a. ) In C. Verres (-70). Cicerón defiende a los sicilianos de su gobernador C. Verres, al que acusan de extorsión. Consiguió que el gobernador fuese desterrado.
b. ) Pro Lege Manilia o De Imperio Cn. Pompei (-66). Apoya la propuesta de ley del tribuno Manilio en orden a que se conceda a Pompeyo el mando supremo de las tropas romanas en la guerra contra Mitrídates, rey del Ponto.
c. ) In L. Catilinam (Catilinarias -63). Catilina, candidato al consulado junto con Cicerón, no es elegido. Trama una conjuración para hacerse con el poder. Cicerón, al tanto de las maquinaciones, pronuncia 4 discursos contra Catilina en el Senado, el primero de ellos en presencia del propio Catilina. La actuación de Cicerón le acarreó una gloria apoteósica y el apelativo de «padre de la patria».
d. ) Pro Archia poeta (-62). Toma como pretexto la defensa del poeta griego Arquías, al que se acusaba de usurpar el derecho de ciudadanía, para hacer elogio de las letras, en general, y de la poesía, en particular.
e. ) Pro Marcello y Pro Ligario (-46). Cicerón defiende a estos personajes ante César. Ambos habían sido enemigos del dictador.
f. ) In M. Antonium Orationes Philippicae (Filípicas -44,-43). Pronunciadas, como ya dijimos, contra Marco Antonio. Son 14 discursos. Fueron su canto de cisne como orador y, para muchos, sus mejores piezas oratorias.
II.- OBRAS RETÓRICAS. Cicerón nos ha dejado los discursos más perfectos y, además, las mejores obras sobre oratoria; ha sabido enseñar como nadie cómo se forma un orador y cómo se compone un discurso. La teoría y la práctica se funden en él de un modo admirable. Sus principales obras retóricas son las siguientes:
a. ) Brutus. Es una historia de la elocuencia en Roma, desde los orígenes hasta su época. Abarca desde la figura de Catón hasta la suya propia.
b. ) De oratore
y Orator. Tratan de la formación del orador y de la técnica del discurso. Cicerón opina que el perfecto orador ha de poseer: disposición natural, cultura profunda y conocimientos de la técnica del discurso. La técnica oratoria, expuesta en De Oratore, abarca cinco puntos fundamentales:
o - Invención, o búsqueda de argumentos apropiados y probatorios.
o - Disposición, o distribución de esos argumentos en un plan adecuado.
o - Elocución, o arte de utilizar las palabras convenientes.
o - Memoria, para recordar cada cosa en su lugar apropiado.
o - Acción, que es todo lo relacionado con el aspecto físico en el momento de pronunciar el discurso, sobre todo, los gestos y el tono de la voz.
El discurso, como tal, también tiene diversas partes:
o - Exordio: introducción del tema a tratar.
o - Confirmación: aportación de documentos.
o - Refutación: objeciones reales o posibles.
o - Peroración: parte final destinada a ganarse a los jueces y al auditorio. La finalidad de todo discurso no era otra que la de instruir, agradar, conmover y convencer.
III.- OBRAS FILOSÓFICAS. Dedicado desde
En la Retórica, Aristóteles la define como la contraparte de la dialéctica. Retorica y dialéctica están, así, estrechamente relacionadas con el saber; ambas se fundan en verdades comunes. Pero mientras la segunda expone, la primera persuade o refuta.
La Retórica Aristotélica concilia el discurso como un mensaje y lo divide en emisor, mensaje y receptor. Su obra está compuesta por el emisor, el receptor y el mensaje. Para Aristóteles el emisor define la retórica y su objeto. Es la forma de concebir y argumentar, forma de adaptarse al público. Por ejemplo, acerca del carácter moral de orador (ethos). El receptor es el
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