Sensualismo
Enviado por eldesconocido24 • 4 de Febrero de 2014 • 1.024 Palabras (5 Páginas) • 333 Visitas
Sensualismo
Se llama así a aquella doctrina según la cual todos los fenómenos psíquicos superiores tienen su origen último en los sentidos. Desde el punto de vista gnoseológico, es una forma de empirismo. Pero el empirismo no se limita solamente a la percepción sensible, mientras que el sensualismo entiende que ésta es la única fuente de conocimiento. (Locke admite una cierta espontaneidad en el «white paper» que es la conciencia.)
La postura sensualista extrema corresponde en la Historia a Epicuro. Pero de un modo más radical aparece en filósofos como Hobbes, Feuerbach, Czolhe, Avenarius, Rudolf Willy y, especialmente, Condillac (m. 1780).
A España nos llega el influjo del empirismo y el sensualismo por el camino de Italia y Portugal. De un modo especial influirá en los españoles de fin de siglo el ilustrado italiano A. Genovesi (El Genuense, m. en 1769). El portugués Luis Antonio Verney, arcediano de Evora, conocido por El Barbadiño –capuchino protagonista de su obra–, regresó de Italia y publicó la obra Verdadero método de estudiar para ser útil a la República y a la Iglesia, en contra de los métodos escolásticos. (Esta obra la vierte al castellano en 1760 José Maymó Ribes.) Verney publica después De re logica (1751), De re metaphysica (1753) y De re physica (1769). En 1769 se edita en España la Lógica, de Verney –que copiaba a Condillac y Locke–, con un prólogo del humanista Juan B. Muñoz, tan enemigo de los métodos escolásticos como Verney.
En 1784 se traduce al español la Lógica, de Condillac, por Bernardo María de Calzada. El empirismo psicológico se difunde rápidamente, advirtiéndose derivaciones peligrosas hacia el materialismo. En esta dirección materialista habrá focos en Sevilla, Córdoba y Salamanca, sobre todo. No obstante, y como hace notar el padre Martínez Gómez, S. J., el instinto de ortodoxia lleva a los pensadores hispanos a conciliar el sensualismo psicológico con doctrinas tradicionales. Ramón Campos, en su Sistema de Lógica (1790) y en El don de la palabra, concilia su doctrina nominalista con una original teoría del lenguaje. La palabra no es algo inventado por el hombre, sino un don divino, algo recibido directamente de Dios. Principios, a su vez, de un tradicionalismo cristiano, que alcanza gran predicamento entre los filósofos españoles de fin de siglo.
Otros representantes del sensualismo dieciochesco son Francisco Javier Pérez y López (m. 1792), que hace un compendio de filosofía especulativa y práctica, inspirado en Leibniz y Ramón Sibiuda, con dejos místico-panteístas. Recurre al lenguaje y al oído, fundamentalmente para explicar las ideas universales. Luis Pereyra, portugués, profesor en Madrid, autor de una Theodicea o la Religión natural, con demostraciones metafísicas que ofrece [266] el sistema mecánico, dispuestas con método geométrico. Se muestra influido por Wolf y por el sensualismo y tradicionalismo del ambiente. Su intento es conciliar el empirismo gnoseológico con la religión. De Espinosa –al que ataca– adopta, no obstante, el método.
Merecen también destacarse algunos de los jesuitas expulsados en Italia. Es común a ellos el despego por la metafísica y su apego, demasiado optimista, a los modernos: Bayle, Hume, D'Alambert, &c. Antonio Eximeno, (m. 1808) y Juan Andrés (m. 1817) destacan en este grupo.
Eximeno sigue, en general, a Locke y
...