Sicologia
Enviado por lokis4 • 12 de Octubre de 2011 • 1.184 Palabras (5 Páginas) • 691 Visitas
Capítulo número 1: Las relaciones interpersonales
El siguiente capítulo hace referencia a todas aquellas manifestaciones propias del ser humano que se configuran a partir de nuevas situaciones. La formación de impresiones, la atribución y atracción, el prejuicio, la persuasión y los papeles sociales son el resultado del contacto del hombre y mujer con otros seres humanos. En el caso de la persuasión es la respuesta a la influencia de los medios o de quien espere persuadirnos.
Cuando hablamos de estas manifestaciones del hombre debemos entender que ellas surgen del impulso exterior y también de la influencia de la sociedad en el hombre; es decir, que cuando conocemos a alguien y formamos nuestra impresión, esa primera impresión es el resultado de lo que la sociedad ha forjado con nosotros, el prejuicio es la actitud que hace más fácil de entender la manera cómo influye la sociedad en el ser humano; no existiría un motivo para considerar a los afrodescendientes como inferiores y rechazarlos, como hace muy buena parte de la gente, si no fuera porque históricamente se ha construido el imaginario de que así es y culturalmente está idea se ha transmitido y se mantiene sin ningún problema.
Entender al ser humano es muy complejo, sin embargo, este capítulo precisará lo primero que ocurre en el hombre con las interacciones sociales, el hombre se construye en sociedad y por eso es indispensable entender como incide ella en nosotros y como el
hombre y mujer pueden cambiar su influencia social e impedir hasta cierto punto comportarse de manera injusta y discriminatoria en las relaciones sociales.
Lección número 1: Formación de Impresiones
Cuando empezamos a conocer a las personas, quisiéramos descubrir su interior y con ese conocimiento poder ajustar nuestras expectativas y conductas frente a ellos. Sin embargo, obtener dicha información suele ser difícil, no logramos descifrar plenamente al otro y suele sorprendernos su comportamiento o contrariarnos profundamente. No es de extrañar que, ante la imposibilidad de conocer a fondo de una forma u otra, recurramos a formar nuestras propias impresiones con poca evidencia; fijamos nuestra atención en la ropa, los gestos, la manera de hablar, el tono de la voz etc., y según lo que observamos vamos instalando a las personas en unas categorías ya establecidas por nosotros gracias a nuestra experiencia pasada en el trato con las personas. No importa que el tiempo de contacto sea aún muy limitado o que anteriormente nos hayamos equivocado con nuestras primeras impresiones. Seguiremos clasificando y categorizando a los individuos en nuestro primer encuentro. De nuestro primer contacto con las personas y según las impresiones que nos formamos durante el mismo, podríamos pensar que una persona es amable, amigable, honesta, sincera, seria, pudorosa, extrovertida etc., lo cual ocurre porque hemos tomado algunos de sus aspectos superficiales para creer que realmente esta persona responde al esquema con el cual relacionamos dicha categoría.
Los esquemas son un conjunto de creencias o expectativas sobre algo o alguien. Estas creencias son construidas también con respecto a situaciones pasadas. Dichos esquemas tienen varias funciones, entre ellas nos permiten inferir cosas acerca de las personas; es decir, asumimos que una persona amigable nos aceptará una invitación o nos hará un favor, esto sucede por el esquema que hemos creado de “persona amigable”. Los esquemas también juegan un papel importante en la manera en que recordamos e interpretamos la información. Es más, a las personas se les dificulta la información que nos se ajusta con algunos de sus esquemas establecidos. Los esquemas nos engañan haciéndonos “recordar” cosas que no observamos nunca sobre ciertas personas; es decir, asociamos que una persona tímida, reservada y ocupada en sus pensamientos es introvertida. Si notamos
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