Soluciones para una sociedad Democrática.

Ser y Cosmos

Martín Buitrón

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Jueves, 12 de mayo de 2016

Una nación es un alma, un principio espiritual. Dos cosas que no forman sino una, a decir verdad, constituyen esta alma, este principio espiritual. Una está en el pasado, la otra en el presente. Una es la posesión en común de un rico legado de recuerdos; la otra es el consentimiento actual, el deseo de vivir juntos, la voluntad de continuar haciendo valer la herencia que se ha recibido indivisa. (Renan, 1957).

Es de carácter imperativo considerar que el ser humano o toda actividad humana tiene un fin en específico. Este fin específico desde el inicio de la filosofía ha sido la felicidad y bienestar del ser humano. El hombre busca el cambio para desarrollar una mejor forma de vida, es precisamente lo que se desea plantear en este ensayo. Un cambio hacia la felicidad del hombre y el bienestar comunitario en el modus vivendi (Aristóteles, 1997).

A lo largo de los años la cultura ha recurrido ha opresiones de diversas maneras. Primero, se ha establecido varios tipos de discursos en el que el individuo mimetiza el comportamiento ajeno sintiendo fuera de si. En el caso puntual de America Latina los individuos se siente fuera de si ya que el discurso jamás fue parte de ellos. Siempre se buscó acomplarse al discurso extranjero y negar la existencia y el respeto hacia el otro. (Foucault, 2004).

Los orígenes del problema para Hopenyan (2014): La causa principal para la creación de un ethos nacional es el mestizaje; sin embargo, esta razón principal del mestizaje ha sido cuestionada, esto debido a que el proceso de colonización y mestizaje ha servido como un manto para hacer creer que existe un proceso de multiculturalidad.

El verdadero conflicto se da en que el mestizaje ha hecho creer a los mestizos que obtienen el poder cuando la mayoría latinoamericana no ha participado de los procesos de desarrollo y política en si. El poder del mestizaje latinoamericano solo se ha convertido en un poder simbólico ya que no podemos inmiscuirnos y crear verdaderamente una interculturalidad. (Nos, ). 

A lo largo de los años y especialmente en las dós ultimas decadas. Hay que tener en cuenta que America Latina es una región extremandamente pluralista y multicultural. Es por este motivo que la democracia en America Latina ha sido el punto de inflexión en tratados para muchas identidades políticas, entre ellas las convenciones anuales por parte de la Organización de Estados Americanos (OEA) (Neumman, 2016).

Sin embargo, el verdadero reto se encuentra en que el cambio debe surgir en acoplar las condiciones de vida en latioamerica, es decir, se debe encontrar una manera que el ethos latinoamericano tenga un funcionamiento para y con el desarrollo en la sociedad actual. En otras palabras que el paso de la modernidad pueda caminar conjuntamente con el ethos nacional latinoamericano; hay que enfatizar en el reconocimiento de la identidad para de esta manera haber formando un precedente cultural que sirva como base de formación de la nación. (Echeverría, 1996).

        Solo los acontecimientos históricos, buenos y malos momentos crean en una nación las bases solidad para el futuro. En America Latina,  el tópico del precedente cultural se ve seriamente afectado por el mestizaje. No existe aquella tradición ni filósofica o de pensamiento como en Europa para partir hacia nuevas ideas. Al contrario la falta de precedentes claro y el uso extremo de historias adaptadas a una grandeza apócrifa hace de las bases de America Latina una busqueda desesperada por encontrar un factor común.

        El primer reto planteado es la consolidación de la democracia en America Latina. Durante todo el proceso de conquista, independencia y posteriormente instauración de la república, los estado latinoamericanos han sufrido de intensos procesos de aculturación por parte de culturas extranjes y en especial sus propias culturas influenciadas por la falta de identidad. Esta mismas falencias ideológicas hicieron que nunca se respete el ethos del otro; en este momento se construye el muro de la democracia en America Latina.

Para llegar a una busqueda de consolidar los procesos democráticaos de America Latina se presenta un reto extremadamente grande para el ethos nacional. La razón se encuentra en que la manera de hacer política y aplicar las leyes siempre tiene que estar regido a la multiculturalidad del contexto. El verdadero uso de la política formal comprende la proliferación de la libertad y la multiculturalidad. Para Arendt (2014): El sentido de la política formal solo se da en un ambiente de libertad, además está libertad tiene que estar acompañada del término plural de diversidad.

Por este motivo la consolidación de la democracia en América Latina se plantea como un reto que no tiene solución. El ethos latinoamericano que es la derivación objetiva del ethos barroco comprende una visión cosmogónica de la totalidad, es decir, el multiculturalismo; el respertar y proteger lo que no es mío, no entra en la concepción ideológica latinoamericana. Debido al exceso de cultura la concepción latinoamericana se acopla a la inclusión de todos en todo. No existe ese respeto ante la idea diferente o ajena; al contrario, trata de acoplarla a su cultura e incluirla para que no cree una desentonancia entre la propia cultura. No existe una solución para la democracia o cualquier proceso en el que la política formal tenga que convivir entre el multiculturalismo.

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