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Sun Tzu


Enviado por   •  29 de Abril de 2015  •  Tesis  •  2.005 Palabras (9 Páginas)  •  179 Visitas

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“El Lobo de Miguel Curtois, análisis del Informante y su importancia para una investigación”

I. RESUMEN:

El Lobo, es una película del año 2004 dirigida por el director franco-español Miguel Curtois en la cual nos muestra la historia real de un ciudadano vasco, Mikel Lesarja, que sin esperarlo, se encuentra infiltrado de un momento a otro en la cúpula de ETA desde el año 1973 al año 1975, años que se caracterizaron por ser los más sangrientos de la banda armada. Dicho ciudadano, sirvió de enlace o informante con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado en el desmantelamiento de algunas de las acciones y comandos operativos de esta organización criminal en España antes de la muerte de Franco.

En el presente ensayo, se pretende analizar la figura del informante, denominado Lobo en la película, desde el punto de vista criminológico y penal, sus características y el tratamiento que se debe tener con esta fuente de informacion, no olvidando que se trata de una persona que se encuentra arriesgando su vida con la finalidad de cooperar, sea cual sea su motivo, para con nuestra organización y nuestros fines. De esta forma se hace una diferencia con lo presentado en la película donde las ansias de poder en los distintos estamentos de seguridad, se traspasan al desarrollo normal de las actividades antiterroristas o investigativas y las personas eran usadas sin escrúpulos no importando si eran del lado terrorista o estatal.

Palabras clave: Informante, Organización, terrorismo.

II. INTRODUCCIÓN:

Con la finalidad de adentrarnos en el tema presentado por la película “El Lobo” y poder ejecutar nuestro análisis, es necesario saber que al referirnos a un Informante, nos referíamos a “Una persona que no pertenece a la policía, y cuyos datos son reservados, que suministra confidencialmente información a las autoridades acerca de delitos, prestando una valiosa ayuda a los funcionarios encargados de la investigación penal. Llamados también «confidentes policiales», muchas veces son personas que viven en torno al mundo de la delincuencia y están capacitados para dar información tan pronto tengan conocimiento de los preparativos de un ilícito, recibiendo o no un beneficio de las autoridades por su colaboración. Estos individuos pueden aportar información de manera ocasional o constante, y los motivos que los llevan a hacerlo son diversos: unos por patriotismo, otros son delincuentes que buscan vengarse de enemigos, ciertas recompensas, inmunidad de persecución, benignidad de los cargos o de las penas, dinero, libertad de la cárcel o solución de problemas con el gobierno. Los informantes pueden ser autorizados para tomar parte en operativos encubiertos de la policía, tendientes a infiltrarlos en una organización delictiva participando, por ejemplo, en simulacros de compra o venta de drogas, armas, etc., requiriendo protección y ayuda para luego reubicarse en otro lugar y obtener una nueva identidad.” .

Una vez ya definido el término “Informante”, sus funciones y posibles orígenes, es necesario conocer el contexto delictual en el cual se desarrolla esta película, el cual corresponde a una Organización de tipo Terrorista. Si bien es cierto que Organización Terrorista se puede definir como: “Acción violenta repetida por parte de un individuo o grupo (semi) clandestino o por agentes del estado, por motivos idiosincráticos, criminales o políticos, en los que - a diferencia del asesinato - los blancos directos de la violencia no son los blancos principales. Las víctimas humanas inmediatas de la violencia son generalmente elegidas al azar (blancos de oportunidad) de una población blanco, y son usadas como generadoras de un mensaje. Los procesos de comunicación basados en la amenaza - y en la violencia- entre el terrorista (la organización terrorista), las víctimas puestas en peligro y los blancos principales son usados para manipular a las audiencias blanco, convirtiéndolas en blanco de terror, blanco de demandas o blanco de atención, según que se busque primariamente su intimidación, su coerción o la propaganda.”

Sumado a lo anterior, debemos tener en cuenta el contexto histórico en el cual transcurre la película “El Lobo” de Miguel Curtois, la cual transcurre entre los años 1973 y 1975, años de suma importancia para comprender lo que sería el desarrollo de la política española: la Transición y la democracia. Años en que la ETA, siglas de Euskadi Ta Askatasuna (País Vasco y Libertad), organización terrorista de carácter político-social que se caracterizaba por ser antifranquista y que buscaba la independencia del país Vasco, comienzan a atacar diversos blancos, tanto políticos como gubernamentales en rechazo al represión y violencia por parte de los cuerpos de seguridad del estado contra toda la población civil del País Vasco, sobre todo contra quienes resultaran ser sospechosos de simpatizar con el movimiento etarra. Consecuente lo señalado, es importante que procut de esta oposición al gobierno, la ETA, recibía un gran respaldo por parte de la población lo cual se traducía en que la identificación de sus participantes fue dificultosa. Es por este motivo que la infiltración de Mikel Lesarja (Txema en la película), apodado “El Lobo”, fue de gran importancia y éxito para los llamados cuerpos de seguridad del estado ya que facilitó el conocer el funcionamiento de ETA y los miembros pertenecientes desde el interior de la misma, culminando con la detención de cerca de 150 activistas, incluida la cúpula de la organización en el año 1975. Esto hubiese resultado un éxito de no ser por la notable desorganización, puga entre poderes y el notable abandono en el cual después quedo el informante, el cual trataremos a continuación.

III. DESARROLLO:

Definidos los grandes términos en los cuales se desarrolla la película, informante y organización terrorista, además de explicado el contexto histórico en el cual se ubica, podemos comprender y entender a “El Lobo” como un agente de los servicios secretos españoles, que no siendo policía, consiguió infiltrarse en la ETA entre los años 1973 y 1975, allegándose inclusive hasta su cúpula y logrando la caída de una cuarta parte de la militancia etarra de la época, unos ciento cincuenta activistas y colaboradores, incluyendo a los miembros más destacados de sus comandos especiales, lo cual si bien fue éxito, no tenía protocolos de actuación ni protección en cuanto al informante, arriesgándolo muchas veces, lo cual hubiese perjudicado el término

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