¿Y si, al momento de su aparición, la muerte se equivocó?.
Enviado por pabel1109 • 2 de Marzo de 2023 • Ensayo • 2.759 Palabras (12 Páginas) • 62 Visitas
¿Y si, al momento de su aparición, la muerte se equivocó?.
La muerte tiene varias caras, y puede mostrarse a los humanos ojos de manera diferente, para algunos será una bendición, para otros un regalo, para el resto un castigo o quizás una injusticia.
¡Quien invento la vida también invento la muerte? ¡Que frágil es la vida siempre¡ Que impredecible y aún más en época de pandemia. No hay duda que algunos se creen, o nos creemos, intocables e inmortales, pero la cruda realidad de los tiempos actuales nos restriega en la cara lo fácil que la vida nos abandona, o dicho de otra manera la sorpresiva aparición de nuestra eterna compañera, la muerte. Cualquier día nos toma de la mano y nos lleva a otra dimensión, dicen que esa es su misión, no permitir que los humanos se sientan dioses, ¿a saber?
Mi entrañable hermano Gabriel abandono este barco y se fue a otro nivel, a pesar de que en su momento, nunca le falto atención, tanto de los médicos privados como de la institución pública que generosamente le atendió en el Estado de Puebla, porque en la segunda ola los hospitales de la región se saturaron, desgraciadamente la resistencia de su cuerpo claudico. Sé que esta muy cerca, en algún lugar desde el cual puede vernos y escucharnos a todos los que lo queremos y recordamos.
Pienso que en su caso la guadaña de la parca sesgo su vida de manera prematura, tenía tanto que disfrutar, tanto por que vivir, y aunque parezca un trillada discurso, era una buena persona, desde luego no era perfecto, pero nunca le hizo daño a nadie, con un carácter relajado, campechano, desparpajado, tenía la facilidad de hacer amigos donde se paraba, sin falsas poses, ni dobleces siempre era autentico, generoso y afable en su trato con los demás. En sus años mozos fue buen futbolista, después dedicado a las tareas campiranas y como ejidatario siempre disfruto y aporto su acción y pensamiento en bien de la comunidad campesina, incluso varias veces formo parte del Comisariado Ejidal. Y de la nada la pandemia lo borro de este planeta.
En la ruleta rusa, ¿Cómo fue que le toco la bolita? Los que presenciamos de cerca como se agravo y pronto su corazón dejo de saltar, casi no lo podemos creer…si, ya no esta. A veces pienso que el como todos los que ya no están, porque la pandemia se los llevo, nos ayudan a valorar mejor la vida a los que todavía permanecemos aquí. Tal vez solo estamos soñando que vivimos y cuando despertamos, es porque estamos muertos. ¿Vendremos de la muerte a la vida y luego vamos de la vida a la muerte? Sera que la vida es solo un sueño, que la excesiva riqueza material es una fantasía, un sueño efímero del que la muerte nos despierta, porque todo lo acumulado materialmente, por más que intentemos, no cabe en el cajón donde descansaran nuestros mortales restos, mas allá de las vivencias, no nos llevamos nada.
Sera que solo cambiamos de escenario, pero el juego sigue, como lo afirman los hindúes y muchas otras culturas. Para los antiguos mayas solo éramos energía, que fluye siempre cambiando de forma, de manera interminable.
Y en esta supuesta cadena espiritual, de apariciones y cambio de máscaras, el Karma, o consecuencia de nuestros actos, siempre nos alcanzara aquí o donde vayamos. Supuestamente es una ley eterna y universal, afirman muchas religiones, aunque otras dicen que con solo arrepentirse antes de dar el último suspiro, puedes burlar su equilibradora balanza; la ley de causa y efecto nos asegura que siempre habrá consecuencia de lo que hacemos. Quizás no es acertado hablar de justicia pero si de responsabilidad, y si el Karma existe, moral y matemáticamente es correcto y necesario: agregas-creces o quitas-empequeñeces, no puede ser de otra manera. Como alma cual llama se enciende más, o pierde fuerza y languideces en su mezquindad.
La otra versión, la religiosa, sería ir al cielo o al infierno, versión cristianamente-industrial-capitalista, aunque los que lo pregonan se las arreglan para, detrás de la palabra, acumula todo el dinero que pueden porque eso es una bendición de su Dios, además al mismo tiempo le rinden tributo y culto al becerro de oro, su Dios-dinero, todo ello invariablemente a costa de los más ingenuos, pobres de espíritu, explotados, desposeídos, engañados, manipulados, despreciados.
Pero más allá de disquisiciones y afirmaciones religiosas, si queremos trascender en vida y en muerte, cuidemos nuestros cotidianos actos para llevar una existencia digna, solidariamente humana, porque si la vida es un milagro, hagámosla brillar cada día con buenos pensamientos, positivas emociones, buenos actos en pro de bien común, ejercicio, sana y sabrosa comida a la cual invitar, en noviembre, a nuestros queridos difuntos, a compartir en época de altares llenos de los tradicionales y típicos platillos como son el mole con pollo o guajolote, esponjados tamales, anisado dulce de tejocote, camote y calabaza en almíbar, entre otros manjares nuestros, complementados por la llamativa y aromática flor de cempasúchil, que con el color de sus luminosos pétalos alumbrara el camino de las almas, tanto en su retorno a la vida como en su regreso al inframundo. Y desde luego no debe faltar nuestra deliciosa hostia gigante cubierta de humanos huesos sobre una esponjosa y olorosa tumba de harina, sabor a mantequilla y canela.
Compartiendo lo que tenemos y lo que somos, tanto a vivos como a muertos, cultivaremos la vida y no temeremos a lo impredecible. Al mismo tiempo, en un acto solemne, profundamente íntimo y espiritual, ratificaremos el pacto de no olvido con los que ya no están, porque mientras los recordemos vivirán en nosotros. Tanto más vivamos, más vivirán ellos también.
Los vivos también somos convidados de la fiesta de nuestros difuntos.
Vivan los muertos
en noviembre.
Y por siempre.
En pueblo y cultura distintos.
Habia una vez en un cercano lugar..o era lejano? La verdad ya no me acuerdo, un pueblo ingenuo que le rendia culto a la chilladera recurrente, autoengañandose con inexistentes amores eternos, sintiéndose dueño del otras pesonas que en el accidentado camino de las vida, solo porque el trato y la bioquímica hormonal y glandular los llevo a expresarles gestos de cariño y aceptación, a compartir en algunos momentos sus cuerpos, sus sueños, proyectos, y emociones, pero que siempre t+endian, después de cierta cotidianidad y con el paso del tiempo, a recuperar sus alas de exploradores y experimentadores, en busca de nuevos juegos y juguetes con que experimentar entretenerse , pero el caso es que en ese lugar ocurrio un extraño fenómeno, algo nunca visto por estos terruños, en lugar de alcoholizarse cada vez que algún cristiano o hereje tenía una decepción o desengaño amoroso, no corria raudo y veloz a autoinmolarse en una cantina, o a comprar alcohol a la tienda de la esquina, lle3nandole el bolsillo o la cuenta bancaria a los vinateros, cerveceros,, siempre avidos de dinero, haciendose el hara kiri por la inefable traición del ser amado, casi siempre el decepcionado y engañado era el baron, la traicfionera era la mujer, siempre desde una perspectiva machista y patriarcal, alimentado por una cultura ampliamente difundida en películas de Pedrito Infante, Luis Aguilar, Jorge Negreta, el Charro Avitia, y otros iconos de la cultura borrachenta y pendenciera, con la figura del mujeriego, infiel, burlador, mentiroso, descarado, retador, irresponsable, jugador y enamorado. Borracheras no exentas de cierta dosis de chantaje a la persona dizque amada. Expresion clara de el neocolonialismo emocional y etílico que le redituaba pingues ganancias a los criollos que mantenían a un pueblo en la somnolencia y embrutecimiento etílico, de las bebidas espiruosas. La borrachera chillona que es una minita de oro, y una forma de distraer a un pueblo para que se quede en la pobreza espiritual de la que es el reyno de los enanos mentales.
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