Ética de máximos

Ética de máximos

La ética de máximos también llamada ética de bienes o de la felicidad, trata de dar razón del fenómeno moral a partir de propuestas de vida buena; refiriéndose al bien y a la autorrealización personal, la cual comprende una idea de vida planificada y de medios para conseguirla. Esta ética propone una forma de vida digna de ser vivida dentro de una perspectiva religiosa o laica.

Por lo tanto esta ética habla de la felicidad, las virtudes y del bien y, suele dar consejos de sensatez para orientar nuestras acciones en general, pero no puede exigir que se sigan, porque la felicidad es cosa de consejo e invitación, no de exigencia.

Por lo tanto la ética de máximos considera que la vida tiene una finalidad que es su plenitud, vivir bien y hacer el bien; teniendo una proposición de abundancia y un camino para lograrla, claro está que dicha ética es requerida tanto por los individuos como por las diferentes sociedades y culturas, es decir, que un individuo puede proponer un modelo de vida buena o seguir las que están presentes en su tradición.

Ética de mínimos.

La ética de mínimos también llamada ética de la justicia, hace referencia a los deberes y derechos que propone mínimos axiológicos y normativos (moral y jurídicos) compartidos en una sociedad, así como principios de convivencia que se obtienen por acuerdo social en relación de valores, ideas y normas que los ciudadanos de una cultura o sociedad comparten, que son posibles por la dimensión independiente del sujeto y de los que se ocupan de las éticas deontológicas de la justicia. Por lo tanto la autonomía o la independencia sería; la voluntad de dejarse orientar por lo que todos podrían querer en el sentido estrictamente moral, por ello la autonomía del sujeto en sentido moral es la que en el ámbito de las normas nos permite fundamentar lógicamente una ética de mínimos generalmente exigibles.

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