Ética en el sector educativo

    La ética se considera como una ciencia práctica y normativa que estudia el comportamiento de los hombres, que conviven socialmente bajo una serie de normas que le permiten ordenar sus actuaciones y que el mismo grupo social ha establecido. Este concepto está estrechamente relacionado a la moral, con competencia exclusiva a los actos humanos y a aquellas normas y creencias a partir de las cuales puede  obrar una persona o grupo social.

    En el intento de llegar a entender la ética como ciencia filosófica, es necesario hacer un  esfuerzo por entender el comportamiento humano, no solo como un ser en continua superación intelectual, sino como un ser en permanente convivencia social. El olvido de estos aspectos, es lo que aleja al hombre del respeto por su entorno y sus semejantes como sucede hoy día y lo acerca a su autodestrucción.

  El quehacer humano se desarrolla inmerso en los conflictos cotidianos del “yo estoy bien, tu estas mal”, con el intento permanente de demostrar la superioridad del individuo sobre los demás a toda costa. Siempre busca ejercitar cualquier acción por medio del dominio del conocimiento, de la inteligencia, cuando no de la fuerza.

    En este sentido, la ética o realidad moral, es la práctica vivencial y normativa, a través de la cual se pretende establecer lo bueno y lo malo de las acciones humanas. Es así, como su objeto material son los actos humanos y el objeto formal es la bondad o maldad de los mismos.

Es importante mencionar, que desde que el hombre aparece en la tierra, existe el hecho moral, esto es, el fenómeno humano en donde se dan las cualidades necesarias para formular un juicio de valoración ética, basado en los valores universales o normas de convivencia del ser humano, consideradas como cualidades positivas y válidas en una época determinada. Algunos de los valores universales pueden ser el respeto, la libertad, la bondad, la justicia, la igualdad, el amor, la responsabilidad, la honradez, la solidaridad, la verdad, la valentía, la amistad, el honor y la paz.

   En este sentido, el accionar de cada individuo depende de la importancia e interpretación dada a cada uno de los valores establecidos, cada persona suele priorizar y adecuar algunos de ellos según su propia escala, especialmente cuando se presentan situaciones de conflicto, en las que surge la interrogante de lo está bien o lo que está mal, aquello que es correcto o incorrecto. Toda acción debe ser ejercida en beneficio de la naturaleza humana como el amar, educar, trabajar, respetar, exaltar los valores humanos como un valor moral positivo, siempre que sus actos libres apunten a la realización de la propia perfección humana expresada en las leyes naturales.

   Las virtudes elevan al hombre mas allá de lo común, le dan una autentica personalidad, digna de admiración y de elogio. La moralización del hombre solo puede lograrse a base de las virtudes personales. Esta se lleva a cabo en la familia, escuela, Estado e iglesia, dado a que en cada uno de estos sitios se tienen reglas morales a las que debe sujetarse el individuo.  

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