AMERICA O

Las Dictaduras tienen amargamente un sitio privilegiado en la memoria de toda Latinoamérica. Todos nos hemos visto relacionados, afectados o implicados directa o indirectamente en algún periodo dictatorial cuya marca indeleble permanece a través de generaciones. La intención de este ensayo está enmarcada en la exposición de ciertos factores que llevaron convertir a América Latina en un territorio hostil, perfecto para la proliferación de ideologías dictatoriales, como una salida hacia el orden gubernamental y “democrático”; nada más alejado de la realidad.

Si bien América Latina, tiene una gran diversidad y por lo mismo grandes diferencias de una región a otra, ningún continente parece estar tan cohesionado históricamente como el nuestro, en el que cada periodo histórico de un país, es la réplica o el anticipo del país vecino. Las dictaduras agregan una particularidad difícil de explicar, que podrían entenderse como la consecuencia de una degeneración común en la formación ideológica, que nos infunde una especie de vocación hacia las rupturas político-socio-culturales, explicadas en las innumerables ocasiones en que se dieron problemas de dictaduras militares y derrocamientos presidenciales.

Las dictaduras no solo tienen intereses políticos, sino también económicos, ideológicos y sociales. Examinar esos factores comunes en el origen de estas ideologías (superestructuras) nos entrega un recurso más para la comprensión de la identidad latinoamericana. Aunque la presencia militar es una constante histórica de la América independiente, es en las décadas de los 60´s y 70´s que los golpes militares se hicieron algo común y corriente por bizarro que esto suene. Un general, o coronel, con apoyo de sus compañeros se lanzaba a la conquista del poder. O bien, una junta militar en pleno, intervenía en la vida política y en la paz social.

Es de suma importancia señalar, la incidencia de las características personales del dictador, quien asume el rol de líder de un grupo político en la mayoría de los casos (por no decir todos) asociado a la burguesía, al conservadurismo, a la derecha. Personalidades obsesivas, egocéntricas, con componentes sicopáticos, de alto carisma y poder de convencimiento. Los dictadores encarnan a ese “héroe” del pueblo, con el poder de favorecer a la plebe en detrimento de aquellos a quien realmente está aliado.

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