Análisis De La Brevísima Relacción De La Destrucción De Las Indias

Análisis de la Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias

La llegada de los europeos cristianos a América hizo originarse un intenso debate teológico sobre la naturaleza de sus habitantes para su incorporación, expulsión o destrucción de los territorios que serían dominados por el Imperio Español. Esta polémica se saldó con la oposición de la Corona a la esclavitud de ellos y la incorporación de los nativos americanos como súbditos de la Corona con todos sus derechos. Así, desde comienzos del siglo XVI, teólogos y filósofos como Juan López de Palacios Rubios de la Universidad de Salamanca y Bartolomé de las Casas de los propios territorios americanos, enfrentan el problema de la naturaleza de estos pueblos desde diferentes visiones.

A partir de la bula del papa Pablo III, en 1537, en la que se declara a los indígenas como hombres en todas sus capacidades, las leyes de la Corona Española establecieron que los indígenas americanos no serían sometidos a la esclavitud, sino a un régimen de servidumbre denominado "encomienda", mediante el cual eran dados a encomenderos españoles. El régimen de encomienda establecía que los indígenas debían trabajar obligatoriamente para el encomendero, y que éste se obligaba del cuidado y evangelización de los indígenas. Uno de los críticos más famosos del sistema de encomiendas fue Fray Bartolomé de las Casas, cuya obra más representativa es la Brevísima relación de la destrucción de las Indias.

Como los españoles aceptaron a los americanos como personas dotadas de alma, uno de sus objetivos era la evangelización de ellos. En algunas ocasiones los religiosos católicos se relacionaban estrechamente con los nativos, involucrándose en sus problemas y en los abusos que sufrían por parte de algunos conquistadores y encomenderos, trasmitiendo las injusticias a las autoridades de la Península, como es el caso de Las Casas. Y es con este objetivo que el fray escribe una carta a don Felipe, príncipe de España.

La Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias se va a dar por la contradicción que surge entre Bartolomé de las Casas y Juan Gines de Sepúlveda, el cual argumenta que es lícito e indispensable la guerra contra los indios antes de la evangelización, sin embargo las Casas dice que no es ni lícito ni conveniente, sino que es muy perverso y contrario a la doctrina cristiana.

Sabemos que la función principal de la crónica histórica es la función informativa. Así, queda bastante claro que la intención principal de Fray Bartolomé era la información. Pero, para cumplir con su objetivo, el español debía buscar el soporte textual más adecuado para que su voz resonara con cierto eco al príncipe Felipe II, responsable real de los asuntos de Indias en aquellos años. Este hecho viene respaldado por la desatención que la denuncia había recibido ante sus anteriores escritos condenatorios (Historia de las Indias y la Apologética Historia).

El título mismo contribuye para eso. Intitulada de "brevísima", su Relación se alejaba del grueso volumen de hojas de sus anteriores obras. La vasta extensión de sus denuncias anteriores pudo ser la causa del olvido de Felipe II:

"...deliberé, por no ser reo, de las peticiones de ánimas y cuerpos infinitos que los tales perpetuaran, poner en molde algunas y muy pocas que los días pasados colegí de innumerables que con verdad podría referir, para que más facilidad Vuestra Alteza las pueda leer." (CASAS, 1552)

De la cita expuesta se puede entender que la forma y estructura de la brevísima no es casual, que Las Casas decidió insertar sus denuncias en una estructura episódica por un motivo premeditado. En el prólogo, vuelve a referirse a esta cuestión:

"...y parecióle cosa conveniente ponella en molde, porque Su Alteza, la leyese con más facilidad.” (CASAS, 1552)

Además de la estructura episódica, el Fray Bartolomé de las Casas tuvo que utilizar algunos argumentos que fuesen capaces de convencer al rey de lo maléfico que era aquello “que ellos llaman conquistas, siendo invasiones violentas de crueles tiranos, condenados no sólo por la ley de Dios, pero por todas las leyes humanas”. Utilizando el argumento religioso de que la guerra era contra la doctrina cristiana y describiendo las terribles hazañas de los españoles en el Nuevo Mundo, Las Casas dice en su texto:

“Esta es la fama y honra que Dios e nuestra fee ha ganado con los cristianos que han ido a las Indias.” (CASAS, 1552)

El argumento religioso es uno de los más fuertemente utilizados por Las Casas para convencer al príncipe y al rey de la obligación que éste tenía de hacer algo para acabar con aquella sucesión de injusticias. Desde el prólogo se puede ver esta estrategia:

“Como la providencia divina tenga ordenado en su mundo que para dirección y común utilidad del linaje humano se construyesen, en los reinos y pueblos, reyes, como padres y pastores (según los nombra Homero), y, por consiguiente, sean los más nobles y generosos miembros de las repúblicas, ninguna duda de la rectitud de sus ánimos reales se tiene, o con recta razón se debe tener, que si algunos defectos, nocumentos y males se padecen en ellas, no ser otra la causa sino carecer los reyes de la noticia de ellos. […] Esto parece haber dado a entender la divina Escriptura de los proverbios de Salomón.” (CASAS, 1552)

Toda la obra es articulada por una contradicción única, a la cual llegan todos los argumentos planteados por el Fray: la oposición entre la mansedumbre de los amerindios y la crueldad de los españoles. Ya en el prólogo se establece dicha oposición, al destacarse que las supuestas conquistas “(hechas contra aquellas indianas gentes, pacíficas, humildes y mansas que a nadie ofenden), son inicuas, tiránicas y por toda ley natural, divina y humana, condenadas, detestadas y malditas”. Las Casas manifiesta que los indios se ven acorralados por la tiranía y crueldad de los españoles siendo esto una injusticia ya que, según señala las Casas, los indios son gentes con cualidades como la bondad, fidelidad, humildad, el pacifismo así como sin rencores, ni odios ni deseos de venganza.

Una de las estrategias que usa Las Casas para mostrar la ingenuidad de los indígenas es contar lo qué pasó con un cacique muy principal de la isla de Cuba. Cuando estaba huyendo de las crueldades de los españoles, él habló con los nativos diciéndoles que los cristianos no hacían aquellas maldades sólo por que eran malos de naturaleza, sino que también las hacían por que tenían un dios a quien ellos adoraban y querían mucho, y por su deseo los mataban.

Una matiz que a Las Casas siempre le interesa resaltar en la Brevísima es el indicio referido a los indios generalmente a su carácter pacifico,

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