El Positivismo En América Latina
Enviado por dakeysi • 9 de Junio de 2012 • 2.213 Palabras (9 Páginas) • 886 Visitas
El positivismo en América Latina
El positivismo fue una corriente de pensamiento filosófico y político que surgió en Europa como reacción a las revoluciones, por el temor al desorden y al caos, y que le permitió a la naciente burguesía diseñar un nuevo orden político y social que les garantizara la posibilidad de ejercer sus privilegios económicos. Esta corriente se opuso a las ideas liberales de cambio en las estructuras políticas y sociales, pero apoyó y legitimó el modelo capitalista con su división del trabajo, el libre juego de la producción según la ley de la oferta y la demanda, la industrialización, la división social en clases y la no intervención estatal en la producción y su poca participación en la economía.
En América Latina, con el fin de remplazar la herencia colonial, se adoptaron las ideas positivistas de Comte. para los proyectos de nación que estaban surgiendo en las nuevas repúblicas. Varios líderes de la región aceptaron la concepción del progreso siguiendo el ejemplo de los países industriales y capitalistas europeos, pues era vista como la única forma de entrar a hacer parte de la "civilización". Para ello dieron gran importancia a una nueva educación basada en los principios positivistas, para así superar el estado de "barbarie" de la sociedad americana, y propusieron una "mejora" de la raza a través de la inmigración europea, principalmente de países del norte de Europa.
Bajo la idea del "orden y el progreso", se planteó un gran esfuerzo por implantar en las nuevas repúblicas una forma de pensar y una sangre que no era la suya, en otras palabras, la des latinización por medio de la filosofía positivista nacida en Europa, que implicaba una especie de canonización que no era más que una forma auto impuesta de "civilización". Algunas de las raíces de las ideas positivistas estuvieron presentes en importantes líderes latinoamericanos como Simón Bolívar, quienes sentían que la realidad surgida por la colonización era ajena a su proyecto de nación, pues implicaba un pasado servil a partir del cual estos hombres veían la negación de su propia identidad, lo que a su vez dificultaba la construcción y el gobierno de una nueva sociedad. A esta problemática se añadió luego el debate de la raza, con líderes como el argentino Domingo Faustino Sarmiento, que se preguntaba quiénes eran en realidad los criollos, pues no podían ser considerados igual al conquistador, ni al indígena, ni al mestizo.
El racionalismo en América Latina
En filosofía, la cuestión del origen del conocimiento generó muchas controversias, una de las cuales se da por el surgimiento del racionalismo en contraposición al empirismo, que terminaría por sobrepasarlo y pasaría a ser uno de los paradigmas de la modernidad, por proponer el uso y la total confianza del hombre en su propia razón:
La cuestión del conocimiento humano puede tener un sentido psicológico o un sentido lógico. Si se atribuye al pensamiento, a la razón, la única base, estará convencido de la especificad y autonomía psicológica de los procesos del pensamiento; por el contrario, si se funda sólo en la experiencia, negará la autonomía del pensamiento, incluso en el sentido psicológico.
Si la posición epistemológica se apoya en la razón, como fuente principal, se la llama racionalismo (griego ratio= razón); afirma que un conocimiento es válido sólo cuando es lógicamente necesario y universal. Y se confirma este hecho en el juicio “el todo es mayor que la parte”, algo que tiene que ser siempre así y en todas partes. En cambio, si afirmamos que el agua hierve a 100º, tal cosa no siempre tiene que ser así, ya que el agua puede hervir a temperaturas superiores o inferiores; es decir, este juicio, no tiene un valor universal, sino limitado. Esto significa que este conocimiento se apoya en la experiencia. Pero si decimos que todos los cuerpos son extensos, tal condición no se basa en la experiencia, sino en el pensamiento, procede de la razón, posee una necesidad lógica y tiene validez universal, condiciones que requiere el racionalismo, porque afirma que la verdadera fuente y base del conocimiento humano, es el pensamiento.
El historicismo
El historicismo, es una tendencia filosófica, es un complemento de la historia. Su tarea consiste en llevar a cabo una teoría de la historia. Esta se propone efectuar una exploración sistemática de los hechos históricos. Los hechos políticos, científicos, técnicos, artísticos, religiosos, etc., pueden ser considerados hechos históricos porque tienen importancia para la vida del hombre.
La asimilación que en América Latina se hizo del historicismo no obedeció a una moda intelectual fortuita, sino a la necesidad del hombre de esta región para comprenderse y revalorizar sus productos culturales e intelectuales, ello a partir de verlos como resultado de su peculiar desenvolvimiento histórico, lo cual permitió apreciar que, pese a la yuxtaposición de factores foráneos, en ese desenvolvimiento histórico preexiste una dimensión propia y de originalidad en su hacer espiritual. El historicismo conlleva, por tanto, un proceso de reconstrucción de la trayectoria y sentido cultural del continente. Y dada la índole filosófica de esta tendencia se hace hincapié especialmente en la reconstrucción de la evolución filosófica latinoamericana. El historicismo tiene como supuesto primordial el que la historicidad del hombre, y con él su pensamiento filosófico, tiene una estrecha unidad con las estructuras histórico-sociales que lo enmarcan. Así, las ideas filosóficas tienen una textura histórica a la que puede accederse desde la comprensión de la circunstancia concreta que en su gestación o adopción las han rodeado. Cada idea filosófica manifiesta una vivencia humana que tiene un valor particular e intransferible dentro del devenir cultural de las sociedades. Este supuesto del historicismo que remarca la conexión de hombre, pensamiento y circunstancia fue el basamento sobre el que erigió el proyecto continental de la historia de las ideas.
Filosofía de la liberación
El profesor Leopoldo Zea pertenece a esa clase de intelectuales, cada día más numerosos en nuestro continente, que se afana por encontrar para la América la debida expresión cultural, que se desvela por descubrir los lineamientos cabales para la creación de una auténtica cultura americana y para la elaboración de una filosofía que arranque de la raíz de nuestra propia circunstancia histórica y social.
Leopoldo Zea ha escrito diversos ensayos filosóficos que han visto la luz en importantes publicaciones del Continente. Entre sus trabajos más destacados hay que citar El Positivismo en México, obra en dos tomos, con la cual hay necesariamente que
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