La Imagen Del Indio En Textos De Colón Y Cortés.

Piotr Nowicki

La imagen del indio en los textos de Colón y Cortés

S

i un corriente ciudadano de Polonia piensa sobre la historia del continente americano, sin duda en su mente aparece Cristóbal Colón, el héroe de la hazaña del encuentro de los dos mundos. No es imprescindible participar en la debate de tema si él merece la gloria eternal, o más apropiado es gritar Colón al paredón, para reconocer su considerable importancia y fama con respeto a la historia del mundo o literatura. En segundo lugar probablemente se ubicará Hernán Cortés. Ambos fueron unos de los primeros descubridores del Nuevo Mundo en los albores de su colonización por parte de la gente europea, a la decadencia del siglo XV y en la primera mitad del siglo XVI. Ambos hicieron una descripción de sus experiencias en la tierra desconocida y dejaron por escrito a próximas generaciones relaciones de sus viajes, en forma de diarios y cartas. Cuando leemos los textos de Colón y Cortés podemos notar que el modo de percibir y de retratar a la gente indígena americana es un problema trascendental de esos escritos. Prestar la atención a los indígenas es una de las pocas cosas que unen Colón y Cortés, porque sus relaciones y descripciones en general divergen.

Esta comparación debe comenzar con un recordatorio importante que los primitivos indios caribeños presentes en las obras de Colón distan tanto de los aztecas, ciudadanos de un fuerte y poderoso imperio, retratados por Cortés. Colón dedica muchas palabras por las descripciones de la gente extraña que encontraba durante sus viajes. Esa gente era muy exótica, totalmente diferente de la gente que él conocía, de la sociedad en que vivía, la sociedad europea del mundo cristiano, con sus reglas. Como lo sabemos hoy, casi todo gira en torno al sexo, así pues no es sorprendente que la primera cosa que le extrañó mucho la gente desnuda. Colón subrayaba ese hecho muchas veces: andan todos desnudos como su madre los parió, todos desnudos como los otros, este rey y todos los otros andvan desnudos como sus madres los parieron. Colón trata esta desnudez como manifestación de la gran pobreza. La desnudez era siempre la primera cosa que marcaba cuando veía a los indígenas. Y aquí llegamos mediante la comparación de los textos de los dos autores al núcleo de las obras. Lo que diferencian Colón y Cortés son los enfoques adoptados por ellos. Al tiempo que Colón se centra en los individuos, se concentra en el aspecto exterior de los indios, a Cortés éstos parecen menos interesantes, lo importante es la sociedad. De acuerdo con esta línea general, el genovés incorpora a su relato descripciones del aspecto físico de los indígenas. Además a la desnudez habla también de la hermosura de los cuerpos de los indios, nota que tienen buenas caras, los cabellos gruesos y peinados, tienen la piel del color de los canarios, ni negros ni blancos. Cuando menciona los caníbales, constata su fuerza física extraordinaria. No he encontrado descripciones de este tipo en textos de Cortés. A pesar de todo Colón menciona también a unos indios que llevaban algún tipo de ropa, bragas de algodón, los pechos y vientres cubiertos de hojas de palma, pañuelos. Teniendo en cuenta el nivel de desarrollo de la civilización azteca, las vestiduras descritas por Cortés, descritas raras veces, son mucho más complejos y selectos que las caribeñas.

He mencionado anteriormente el interés demostrado por los exploradores en la estructura de la sociedad de los indios. La descripción que nos ofrecen Colón y Cortés nos da la imagen de su organización social. Los del Caribe viven en unas aldeas. Sus hogares son sencillas, pero limpios. Usan hamacas para dormir. Los más importantes son caciques. Feministas de hoy probablemente serian asustadas por lo que las mujeres trabajan más que los hombres, pero sin buenos resultados, aunque los indios saben cultivar la tierra, producen poca comida. A su vez a los comunistas les gustaría la falta de la propiedad privada. Colón advierte desde el primer momento que la sociedad indígena está mucho menos avanzada que la sociedad europea del momento. En cambio los aztecas viven en las ciudades grandes y muy desarrolladas. El extremeño está impresionado por la capital de Tenochtitlan que considera como la ciudad única en su género, maravillosa y que lo dejo sin palabras. Las ciudades son bastante modernas, tienen mercados, cárceles, servicio de vigilancia, médicos, canales con agua y mucho más. Por donde se mire brillan oro, plata y piedras preciosas. La sociedad consiste en clases sociales, clara jerarquía ayuda a mantener el orden.

El interés de Cortés de los indios como sociedad puede translucir también en prestar atención al carácter de los indígenas. Él es un observador objetivo, analiza y saca conclusiones. Reconoce que los aztecas son inteligentes, pueden ser

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