Accionismo Vienes

EL ARTE CONTEMPORÁNEO

Sumergirnos en el mundo del arte contemporáneo es llevar a nuestros sentidos a desafiar los límites sensoriales y romper todo esquema preestablecido por alguna corriente artística específica sobre distintas teorías acerca de lo que es arte y lo que no lo es. El arte tiene como equivalencia, sin precisar definición alguna, la creación del hombre para expresarse. No es ni bello, ni feo. Expresa las infinitas dimensiones de la cualidad del ser humano y por lo tanto, todos llevamos el arte dentro de nosotros. Los que tienen la capacidad para expresarse libremente sin temor a la crítica ni al rechazo, usualmente los llamamos artistas.

Durante finales del siglo XIX se cuestionó mucho acerca de los principios del arte, lo que desembocó en el espíritu crítico del arte contemporáneo y que llevo a algunas corrientes artísticas radicales, como el Accionismo Vienés, a la negación absoluta de la estética, el arte y el artista. Este movimiento de carácter agresivo y provocador nunca se reconoció como una corriente artística pero incluyo en sus acciones, el happening, el performance art y el fluxus. Esta sinergia de recursos artísticos es una característica muy recurrente en el arte del siglo XX, ya que se puede adoptar más de una herramienta de otros movimientos para expresar de una forma más completa e innovadora sin perder autenticidad (las últimas tendencias artísticas mezclan música, ciencia, tecnología, teatro, arquitectura, entre otros). Por ejemplo, Joseph Beuys pionero del arte conceptual trabajó con varios medios y técnicas como escultura, performance, happening, vídeo e instalación.

Regresando al tema, muchos sectores conservadores de la sociedad europea se opusieron a Hermann Nitsch a pesar de tener toda una propuesta conceptual muy interesante acerca de sus acciones que pretendían acabar con el arte contemplativo y de reflexión. El campo de acción es el ser vivo, psíquico y físico. Eso determina la renuncia total a la mercantilización al ser el cuerpo su soporte. El público en general, no gusta de estas obras ni tampoco las entiende por englobar conceptos de psicología confusos y perturbadores. Pero el arte no busca ser comprendido y ser aclamado por todos. En este caso, es solo una expresión que se da a raíz del contexto ideológico de las revoluciones de mayo del 68 vividas en Austria.

Personalmente, a mí tampoco me gusto el Accionismo Vienés porque sencillamente no me gusta la violencia ni el maltrato a los animales. Pero entiendo que lo mounstroso, lo feo y lo violento también pueden ser exitosos medios artísticos de comunicación.

Durante el siglo XX no todos los movimientos artísticos fueron tan conceptuales ni agresivos. Algunos dieron prioridad al placer de lo estético. El hiperrealismo, sucesor del pop art, fue una corriente muy conservadora de la pintura y la escultura representacional que exaltaba los detalles de la realidad. Por ejemplo, el reflejo de los objetos sobre una ventana podía llegar a ser casi un espejo. El minimalismo reducía las características sobrantes de un elemento para dejarlo en su esencia y no representaba conceptos tan complejos como la de otras corrientes, sin que esto sea bueno o malo.

Otros se ocuparon más de los efectos ópticos y los movimientos que tenían sus obras. El arte óptico se caracterizó por producir la ilusión de vibración o movimiento en la superficie del cuadro. Sentían una extraña fascinación por confundir al ojo humano mediante la repetición de formas básicas y un habilidoso uso de sombras, luces y colores. Se diferencia del arte cinético por la ausencia total de movimiento real. Se puede afirmar que, durante el siglo XX, ciertos artistas se preocuparon por integrar movimiento

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