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"Antesala de lo peor": La economía argentina entre 1914 y 1930.


Enviado por   •  29 de Febrero de 2020  •  Resumen  •  2.424 Palabras (10 Páginas)  •  1.030 Visitas

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"Antesala de lo peor": La economía argentina entre 1914 y 1930.

La Primera Guerra, lo que inaugura es una etapa en la que las fuerzas integradoras de la economía mundial pierden el impulso expansivo de la etapa anterior, con lo que el crecimiento sufre alguna desaceleración y se hace más errático. En la historia argentina representa un corte fundamental.

La paralización del comercio y los flujos de capitales y mano de obra fueron tan drásticos que hizo necesario un importante proceso productivo destinado a la sustitución de importaciones, lo que ayudó a desarrollar una industria nacional. Esta crisis, dejó en evidencia las falencias del aparato estatal haciendo tambalear el sistema monetario internacional y necesitando así, la intervención del estado dejando atrás "la mano invisible" de mercado. Cambios en la composición de la riqueza hacen que los mercados para las materias primas se estrechen y se vuelvan más volátiles de ahí en más;por otro lado, la hegemonía británica con su economía debilitada recibe con la guerra un golpe de gracia y será reemplazada por la de los Estados Unidos, que se convertirá en esos años en el centro de las finanzas mundiales y el principal proveedor de crédito.

  • Periodos de depresión: 1913-1917/1921-1924
  • Periodos de recuperación y expansión: 1918-1921/1925-1929

LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y SUS EFECTOS.

La Primera Guerra Mundial de 1914, venía a superponerse a otra crisis: la que se desata en 1913 cuando el banco de inglaterra, para corregir la incertidumbre financiera causada por la guerra de los Balcanes que generó un déficit en la balanza de pagos, aumenta los tipos de intereses. Esta restricción monetaria en Europa refundó en una salida neta de capitales de ese origen de Latinoamérica. Esta situación afectó a países como la Argentina que dependían de esos capitales externos para mantener equilibrada su balanza de pagos. Sumada a esa situación, descienden drásticamente los ingresos por exportaciones ya que caen los precios mundiales de los cereales y la carne y hay malas cosechas en 1913-1914.

Estas dos circunstancias combinadas generaron una contracción monetaria y una aguda crisis de liquidez (ya que se encontraba el patrón oro vigente). Dada la paralización del comercio y quiebras de numerosas empresas el gobierno determinó suspender la convertibilidad en 1914, para evitar que siga el drenaje de divisas.

La caída del comercio exterior se revierte al año siguiente, aunque sin alcanzar los niveles de la preguerra hasta 1918. El déficit comercial se comienza a transformar en un superávit durante la guerra, de la mano de una recuperación de las exportaciones y una drástica caída de las importaciones.

Las exportaciones crecen gracias a la demanda de guerra. La guerra submarina impuesta por Alemania suponía un serio riesgo para la navegación comercial, haciendo preferir embarques que tuvieran mayor valor por unidad de volumen. Es así que crecen las exportaciones de carne y disminuyen las de cereales.

Las importaciones, descendieron drásticamente debido a las dificultades para la navegación y la paralización de las exportaciones de los países europeos. Esta disminución tenía un efecto positivo para la balanza comercial argentina y uno negativo para los términos de intercambio: la escasez de productos manufacturados hizo que los artículos de importación subieran aún más que aquellos, neutralizando los efectos positivos de la balanza comercial. Otro efecto fue que se desarrolló una industria sustitutiva de importaciones en aquellos países que contaban con un desarrollo previo y tenían las capacidades.

En el caso argentino, la recesión de la guerra había provocado una caída del salario real y una creciente desocupación, afectando directamente al consumo. Por otro lado,la misma caída de la importaciones afectaba a ciertas ramas de la industria que dependían de insumos importados para su cadena productiva.

Otro efecto importante de la disminución de las importaciones fue el impacto negativo que tuvo sobre las arcas fiscales. Este panorama fiscal se agravaba por el cese de la inversión extranjera. Aun así, el Estado recurrió al endeudamiento tanto externo, sobre todo con bancos norteamericanos, como interior, emitiendo obligaciones. Como resultado, la deuda pública aumentó.

El endeudamiento no bastó para solucionar la crisis financiera del Estado, que se vio obligado a una reducción forzosa del gasto público en el sector de las obras y los empleos públicos. Se generaron grandes niveles de desocupación.

La caida de salario real afecto especialmente al consumo popular, provocando protestas.

 

El largo plazo.

La guerra expresó en toda su dimensión el lento proceso de decadencia de Inglaterra y del patrón oro como ejes del orden económico mundial y su reemplazo paulatino por la hegemonía de Estados Unidos.

Durante la contienda, Estados Unidos adquirió ciertas ventajas relativas tanto en el aspecto comercial (por su posición geográfica) como en el financiero (dada la solidez de su creciente economía). Paralelamente los países europeos de mayor influencia comercial y financiera en América latina tenían enormes obstáculos para atender adecuadamente esos mercados. En consecuencia, se había generado un gran vacío de importaciones a Latinoamérica que Estados Unidos supo aprovechar.

Las inversiones de origen norteamericano se destinaron a financiar obras públicas o producción interna en Argentina.

El segundo proceso de largo plazo que venía afectando al orden económico mundial desde antes de la guerra era una sobre oferta de productos primarios. Este fenómeno respondía tanto a cambios en la oferta como en la demanda de alimentos de materias primas a nivel mundial.

Una consecuencia de esta tendencia declinante de los mercados de productos primarios, va a ser la insatisfacción de los productores agrícolas estadounidenses y europeos que, además de soportar la tendencia declinante del mercado debían competir con los bajos precios de países como la Argentina. Esto va a derivar en un mayor proteccionismo tanto en Europa como en Estados Unidos y, por lo tanto, en un gradual estrechamiento de los mercados para Latinoamérica aún terminada la Primera Guerra.

LOS AÑOS VEINTE.

Estos años se caracterizan por una trabajosa vuelta al equilibrio antes de la guerra. Se consigue un retorno a la normalidad en el sistema monetario mundial a mediados de la década.

En la Argentina, con la paz, vuelve la prosperidad. Las inversiones retornan decididamente

al país, los precios se recuperan, se normaliza el comercio y las arcas públicas encuentran estabilidad. Sin embargo, lo que mejor define a los años veinte en la economía argentina es la inestabilidad del ciclo económico y una gran volatilidad en los precios.

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