Avicultura
Enviado por Auceda • 4 de Diciembre de 2013 • 1.706 Palabras (7 Páginas) • 347 Visitas
Historia de la Avicultura en el Mundo
El huevo de gallina es uno de los alimentos más importantes para el hombre y da origen a un sector específico en el conjunto de la producción ganadera y la industria alimentaria.
La gallina aparece como ave doméstica en tiempos que se pierden en la oscuridad de los tiempos. En las cavernas del Thibet (región autónoma del suroeste de China), aparecen ya sus dibujos, y los arqueólogos lo datan de 4000 años antes de la era cristiana. En Egipto, en el viejo Egipto de los faraones, era conocido el pollo cerca de 3000 años antes de nuestra era, figurando dos de ellos en las tumbas de Beni Hassan en la tibaida (es una localidad del Egipto Medio, situada en la orilla oriental del Nilo, a unos 20 kilómetros al sur de Menia y unos 270 kilómetros al sur del Cairo), tumbas que datan en la doceava dinastía.
La avicultura tiene su origen hace unos 8000 años, cuando en ciertas regiones de Asia como India y China iniciaron la domesticación de la gallina salvaje. Las tribus nómadas llevaron las gallinas cruzando Mesopotamia hasta llegar a Grecia. Más tarde, serían los celtas quienes en sus rutas de conquista fueron estableciendo núcleos de población que facilitaron la propagación de las gallinas por toda Europa. Aquellas gallinas ponían alrededor de 30 huevos al año.
Casi en esa época aparecieron en las tierras faraónicas los hornos de incubación, los maamal, el katefit, (herramientas utilizadas por los campesinos del oriente en Egipto y Siria para desarrollar sus trabajos e incluso para preparar sus comidas) que aún en nuestros días usan los felahs, los campesinos egipcios, descendientes directos de los que construyeron las pirámides.
Por otro lado, los hebreos conocieron a la gallina doméstica; en la biblia figura ya como ejemplo de amor maternal; la conocieron griegos y romanos que la utilizaban ya como deporte, ya como manjar. Los bretones primitivos habitantes de Inglaterra criaban solo gallinas de riña, que no comían jamás. Teniendo los romanos, como cuenta a Julio César en sus comentarios: que deberían introducir otra raza de gallina para comer, cuando invadieron aquel país 55 años antes de Jesucristo.
Casi todos los zoólogos están de acuerdo en considerar como el antepasado de la gallina doméstica a la especie salvaje: “Gallus Bankiva” que vive en estado salvaje desde la India a Filipinas. No obstante no han faltado autores que consideran como antepasado de nuestras gallinas al “Gallus soneratii” originario de la India. Otros hablan del “Gallus Stanleyii” oriundo de Ceilán, también llamado “Gallus Lafallettii” como origen de nuestras gallinas.
.En la Edad Moderna, tener un gallinero familiar era un seguro de supervivencia, de él se mantenía toda la familia y aún, con los excedentes, se podía establecer un pequeño comercio.
Fueron los ingleses quienes dieron un importante impulso a la crianza de las gallinas de raza, mejorando las existentes con importación y cruce de otras razas como la menorquina o la andaluza azul, españolas. El gran impulso fue debido a que se trataba de una avicultura de aficionados que se dedicaban a competir en concursos y para ello era fundamental mejorar las razas. Pero fue desde Inglaterra, desde donde llegaron las nuevas razas mejoradas que se extendieron por toda Europa y América.
A principios del siglo XIX coge el relevo de Inglaterra, como impulsor de la avicultura, y en los Estados Unidos, donde se empieza a tener conciencia de la importancia de la avicultura como industria.
A lo largo del siglo XIX, e incluso hasta bien entrado el siglo XX, la avicultura en España, como en otros países, seguía siendo una actividad ligada al medio rural. Las gallinas buscaban el alimento por su cuenta y únicamente recibían algo de grano, sobras de las comidas del hogar y del huerto y un alojamiento no demasiado frío en los meses de invierno.
A principios de 1900 la avicultura industrial inicia los primeros pasos favorecida por la Exposición Avícola celebrada en Madrid en 1902 y a la que concurrieron razas de ponedoras de todo el mundo, famosas ya por su aceptable nivel de producción.
Muy pronto, bajo los auspicios y sabiduría de D. Salvador Castelló, considerado como el padre de la avicultura moderna en España, la avicultura comenzó a adquirir un auge especial.
En estos primeros años de desarrollo avícola la selección en las razas de gallinas autóctonas permitió mejorar sensiblemente la producción.
Salvador Castelló estima que la población aviar a fines del siglo XIX no pasaba de los 20 millones de cabezas, excluyendo las palomas, indicándonos el mismo que la primera incubadora artificial se importó en 1877.
Como en otros países, en España la avicultura era una actividad ligada al medio rural. Las gallinas buscaban el alimento por su cuenta y únicamente recibían algo de grano, sobras de las comidas del hogar y del huerto y un alojamiento no demasiado frío en los meses de invierno.
Pero no fue hasta principios del siglo XX cuando la avicultura industrial comienza a dar los primeros pasos en España, favorecida por la creación en 1896 de la Real Escuela de Avicultura de Arenys de Mar (Barcelona) teniendo casi inmediatamente el reconocimiento oficial de “Real”. Fue
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