CARACTERISITCAS DEL DIAGNOSTICO

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Para la elaboración de la reseña crítica del texto de Ricard Marí Mollá denominado “Diagnóstico Pedagógico. Un Modelo para la Intervención Pedagógica”, se sigue una ruta de análisis compuesta de tres momentos: en el primero se analiza cada uno de los capítulos que comprende la obra, en un segundo momento se realiza un análisis global del texto y en un tercer momento se elabora un abstract con lo que se considera es la principal aportación del texto.

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ESTRATEGIA DE ANÁLISIS

Para la elaboración de la reseña crítica del texto de Ricard Marí Mollá denominado “Diagnóstico Pedagógico. Un Modelo para la Intervención Pedagógica”, se sigue una ruta de análisis compuesta de tres momentos: en el primero se analiza cada uno de los capítulos que comprende la obra, en un segundo momento se realiza un análisis global del texto y en un tercer momento se elabora un abstract con lo que se considera es la principal aportación del texto.

PRIMER MOMENTO DE ANÁLISIS

El Texto de Marí (2001) se organiza para su exposición en seis capítulos: 1) Marco disciplinar del Diagnóstico Pedagógico; 2) Delimitación conceptual del Diagnóstico Pedagógico; 3) La investigación y el Diagnóstico en Educación: Conceptos y Tendencias; 4) Modelos de Diagnósticos en Educación; 5) Modelo de Diagnóstico Pedagógicos; y 6) Dimensión profesional del Diagnóstico Pedagógico.

El primer capítulo es, sin lugar dudas, uno de los capítulos menos trabajados y sin temor a equivocación el que menos aporta al contenido general de la obra. La pretensión central de Marí de presentar al Diagnóstico Pedagógico como una entidad científica propia se diluye ante la falta de una buena argumentación y la superficialidad de los análisis realizados, ya que partir de clasificaciones de las denominadas ciencias de la educación es hacer tabula rasa de todo un campo de estudio que va desde la posición epistemológica tradicional, de carácter normativo, hasta las nuevas propuestas de epistemologías regionales, sin olvidar que la discusión sobre el estatus científico de la “pedagogía”, la “ciencia de la educación”, las “ciencias de la educación” y las “ciencias aplicadas a la educación” es un tema abierto sobre el que hay que tomar una posición.

El segundo capítulo, que desde mi perspectiva personal debería ser el primero, realiza una discusión conceptual muy bien lograda ya que: a) la identificación de los términos (evaluación, investigación evaluativa, medición y estimación-valoración) que componen el sistema conceptual donde se mueve el Diagnóstico Pedagógico es la adecuada; b) la revisión de literatura que soporta su análisis es bastante amplia (aún en temas áridos como el de estimación son citados 19 autores); y c) la lógica de exposición conduce a posturas concluyentes (el subapartado de características diferenciales del Diagnóstico Pedagógico sirve de insumo a los dos últimos apartados que hacen el papel de conclusiones en este capítulo). En ese sentido este capítulo se constituye en uno de los pilares fuertes del texto de Ricard y ofrece los insumos necesarios para la caracterización del Diagnóstico Pedagógico.

El capítulo tercero se compone de cinco apartados que, por la forma en que se trabajaron, presentan mayor o menor pertinencia para la construcción de la obra: el segundo y tercer apartado ofrecen mayor información que la que se necesitaba para fundamentar al Diagnóstico Pedagógico como actividad científica y asumir una posición epistemológica de complementariedad, en ese sentido se podría eliminar información y no afectaría a la obra en su conjunto; con relación al los apartados cuatro y cinco considero son la parte central de este capítulo, pero desafortunadamente algunos apartados no son lo suficientemente trabajados y dejan grandes lagunas de información (v. gr. los apartados referidos al paradigma crítico).

El capítulo cuatro, salvo una pequeña digresión sobre la investigación aplicada, la lógica de exposición es la adecuada, sin embargo la duda que queda es la pertinencia de la información para el conjunto total de la obra, ya que directamente no aporta elementos a la conceptualización del Diagnóstico Pedagógico que se elabora en la obra y la pretensión explícita del autor “comprender donde y cómo difieren los modelos diagnósticos es un prerrequisito para hacer una elección de teorías y diseñar un procedimiento de investigación apropiado (Van Meel, 1991)” (pg.132) justificaría solamente al interior del capítulo el abordaje de los modelos pero no en el conjunto total de la obra. Tal vez bajo una perspectiva genérica se podría firmar que este capítulo puede constituir un marco referencial para entender donde se inserta el modelo de Diagnóstico Pedagógico que se presenta en el texto, sin embargo si esta fuera su función se

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