COMO ERA EL MUNDO INDIGENA
Enviado por Abigailjordan • 19 de Enero de 2016 • Ensayo • 1.859 Palabras (8 Páginas) • 415 Visitas
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Licenciatura en Educación Preescolar
V.J.S.M.J
¨Todos unidos hacia una mejora continua¨
Ciclo escolar 2015-2016
“El mundo indígena”
Educación histórica en diversos contextos
Profesor Ángel Santiago
Reséndiz Pacheco Abigail
Quinto Semestre
19 de noviembre de 2015
Introducción
A través de los años, el ser humano ha obtenido el derecho a recibir una educación mediante la cual se llena de conocimientos, se forma y se instruye, adquiere y desarrolla valores, costumbres y formas de actuar que le permiten desenvolverse en la sociedad y ser participe activo en ella. Por ello, la educación es sin duda alguna uno de los pilares más importantes para la construcción de nuestra vida y de las sociedades.
A lo largo del tiempo la educación se ha transformado mediante diversos cambios dependiendo del tipo de gobierno que dirige al país en ese momento. Cada Presidente que ocupa el mando del país tiene una forma distinta de pensar y a su vez tiene la responsabilidad de sacar adelante la educación de la nación, sin embargo, cada uno lo hace dependiendo de sus ideales y de su partido político.
Fue así, como en el gobierno de Adolfo López Mateos sucedieron distintos cambios y pasó lo mismo con sus sucesores, ejemplos de los cambios se observan desde el papel que jugaba la escuela rural y la escuela urbana, al igual que la población indígena, ya que se pretendía lograr la homogeneidad educativa en el país y para ello se elaboraron distintas estrategias que permitieron cambios positivos y por consiguiente cambios negativos.
Todo nuestro país se enfoca en la educación, porque es la medicina correcta para nuestra patria, ya que puede acabar con la pobreza, la ignorancia y el analfabetismo de nuestra nación. Cuando hay educación se pueden erradicar la mayor parte de los problemas y esta es una tarea muy importante para nosotros los docentes, porque impregnamos de conocimientos que encaminan a desarrollar eficazmente y en todos los sentidos a nuestro país, es por eso que debemos estar bien informados de lo que pasa dentro del sistema educativo para elegir qué es justo y qué no para los ciudadanos, además debemos velar por los intereses de nuestros alumnos y por lograr que la educación llegue a todos los espacios del país sin importar las zonas o las clases sociales que existan.
“El mundo indígena”
En las zonas indígenas había desigualdad. El Congreso de Pátzcuaro (1940) marcó los lineamientos de una nueva política con base en el respeto a la identidad y cultura indígenas, una sociedad culturalmente homogénea era la meta de la elite política de los años cuarenta. La diversidad cultural (barrera para el desarrollo) no lograba superarse: la escuela no había podido desterrar las lenguas autóctonas como tampoco castellanizar al indígena.
El Departamento de Asuntos Indígenas cerró sus puertas y sus funciones se transfirieron a la Dirección General de Asuntos Indígenas de la SEP que limitó su labor al ámbito escolar, manteniendo como norma el método de castellanización directa y aplicando programas únicos que regían al país. Los internados indígenas se convirtieron en Centros de Capacitación Económica y Técnica que impartían de cuarto a sexto año; capacitación agropecuaria e industrias regionales sobrevivieron a duras penas.
La política indigenista recobró vigor gracias a un grupo de antropólogos y científicos sociales. En 1948 se fundó el Instituto Nacional Indigenista (INI) bajo la dirección de Alfonso Caso, que replanteó el trabajo partiendo de principios aprobados en el Congreso de Pátzcuaro. Una acción integral basada en un programa de reforma social guió la labor de los Centros Coordinadores que el INI estableció en diversas regiones del país. Jóvenes indígenas bilingües, capacitados como promotores culturales, utilizarían la lengua materna del alumno en el proceso de aprendizaje como paso previo a su castellanización, añadiendo actividades para promover el desarrollo de la comunidad.
Los avances fueron significativos, para mediados de los años sesenta, la educación bilingüe se convirtió en política oficial. Se creó el Servicio Nacional de Promotores Indígenas, con el que la SEP tomaba bajo su custodia su capacitación hasta que obtuvieran el título de maestro normalista, labor que se llevaría a cabo a través del IFCM.
A pesar de estos cambios, la política indigenista no logró sustraerse del esquema homogeneizador del Estado. En México a finales de los sesenta, no se definía el medio que combinara culturas e idiomas, anhelo de progreso y respeto por las tradiciones. Las autoridades, convencidas de las bondades del modelo de desarrollo económico, no cuestionaron el concepto de progreso, ni la imposición de un modelo educativo uniforme en una sociedad heterogénea que reclamaba programas flexibles para adaptarlos a los diversos grupos y regiones.
De la teoría a la práctica
La Ley Orgánica de 1942 estableció que la enseñanza primaria sería igual en toda la República. Pero la heterogeneidad del sistema escolar impedía la uniformidad deseada. Había escuelas federales, estatales, municipales y particulares que podían ser urbanas, semiurbanas o rurales, de tres o de seis años. El sentido que se daba a las disposiciones oficiales dependía de la proximidad o lejanía del centro, de condiciones económicas, políticas, sociales, administrativas y de tradiciones locales. Directores, inspectores y maestros daban una interpretación distinta o simplemente no la cumplían. Además se apropiaban del discurso sin que el cambio se reflejara en la práctica pedagógica.
La contradicción entre las normas y la realidad se expresó sobre todo en las áreas rurales. Con la unificación curricular la escuela rural perdió el apoyo de años atrás. Lo que anteriormente se hacía con la mayor libertad, ahora había quedado normado o prohibido en nombre de un sistema educativo coherente y uniforme que buscaba la moderación. El papel del maestro se modificó, de líder social pasó a limitar su actividad al aspecto puramente académico, a la población en edad escolar y al perímetro de la escuela. Además, su afiliación a un sindicato magisterial único y atado a una gigantesca burocracia redujo su labor al simple seguimiento de reglas, a la subordinación al aparato estatal. Los informes de los inspectores se ajustaron a un cuestionario impreso, centrado en aspectos cuantitativos que poco decían de la realidad cotidiana de la vida escolar.
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