Como se da La importancia del estudio del Derecho Mexicano

El derecho mexicano vigente se asocia de manera genérica a la norma, aunque los abogados litigantes principalmente son los encargados de aplicarlas, todo jurista debe conocerlas ampliamente, sin embargo, en el derecho mexicano existe un trasfondo que no es objeto de estudio primordial para todos, la parte histórica. Por ello, surge la siguiente cuestión: ¿realmente es útil e importante el estudio de la historia del  derecho mexicano para un jurista?

Es necesario que toda persona conozca el pasado de la profesión, estudio o ciencia a la que se dedica, por lo cual no se amerita indagar en aquél cliché que expresa; “quien no conoce su pasado corre el riesgo de repetir los mismos errores”. En realidad, la respuesta es más amplia y conlleva una serie de aspectos, pero es una realidad mencionar que el abogado que conoce su pasado tiene una ventaja comparativa sobre quien no lo conoce. Entre un abogado que sabe historia del derecho mexicano y se cuestiona ¿qué pasó?, ¿por qué pasó? e indaga en la historia para llenar sus lagunas intelectuales, hay una gran diferencia con aquél que sólo aplica la norma, que no estudia cuándo y por qué se promulgó, su contexto y  necesidad de ser promulgada. Debido a estas carencias, el abogado que no estudia la historia, tendrá una actitud acrítica y una postura rígida, mientras que el historiador incluso podría pensar en un cambio de la norma, cuestionarse si en verdad ha sido funcional o de qué manera puede mejorarse, en términos filosóficos presentará la disposición al cambio.

La importancia y utilidad del estudio de la historia del derecho mexicano va más allá del manejo de la legislación o jurisprudencia existente, la formación histórica es muy importante para la formación integral, es decir, la historia del derecho es una disciplina fundamental para conseguir una autentica educación jurídica, aporta una conciencia crítica en el abogado, otorga las herramientas indispensables para interpretar con una visión más clara y acertada.

Además de enriquecer el conocimiento del jurista, dicha importancia tiene una finalidad positiva, pues el abogado es un ser humano que vive en sociedad y debe servir para la misma. La concentración del conocimiento histórico y la responsabilidad actual constituyen su conciencia histórica, encaminada a la realización del bien social, ya que poseerá un mayor panorama del derecho mexicano y así tendrá la capacidad de notar los avances y cambios que el derecho mexicano ha tenido a lo largo de la historia, entenderá porque se han generado dichos cambios e incluso podrá predecirlos, pues la historia además de encontrarse en un proceso de actualización, puede resurgir.

También sirve como un método de comprensión, satisface el desasosiego del jurista, pues nos hace comprender el trasfondo histórico de diversos aspectos que hoy en día se encuentran vigentes. Según Paolo Grossi “el historiador del derecho cumple una función de conciencia crítica dentro de la profesión”. Por ejemplo: un abogado que desconoce las raíces del derecho mexicano no mira del mismo modo al Estado que el abogado que conoce y estudia la historia del derecho mexicano, éste segundo sabrá el trasfondo histórico del Estado, cuándo surgió, cómo surgió, de qué elementos se conforma, como han ido evolucionando sus formas de gobierno y en general todos los acontecimientos que ocurrieron para que fuera como hoy en día lo conocemos, mientras el primero sólo mira al Estado como un ente que siempre ha estado ahí.

También es el caso para un abogado que está formado a partir de una idea del derecho estatal céntrico, al cual le es complicado ver otras fuentes del derecho como la costumbre indígena, no comprende que la norma vigente tiene características pretéritas.

Por otra parte, el jurista que estudia la historia -a diferencia del  jurista común que siempre se encuentra estable, manteniendo el vigor la norma actual sin estudiar su pasado- tendrá la capacidad de comparar (la historia usa el método comparativo). Sabrá que el derecho mexicano presenta características que lo distinguen de otros órdenes jurídicos que a su vez tienen antecedentes semejantes y procesos más o menos paralelos de evolución al nuestro. Podrían citarse algunas peculiaridades para dar un ejemplo, como: la soberanía, la existencia de un régimen federal y la convicción de que incorporando normas a la Constitución el derecho será cumplido. Pero lo que interesa señalar de las particularidades de nuestro sistema jurídico como las de otro, es que encuentran su razón de ser en la historia, razón por la cual, el jurista no debe pasar por desapercibida la historia del derecho mexicano, pues la forma en que juristas de épocas anteriores han resuelto problemas, pueden ser la base para dar respuesta a un determinado asunto jurídico de nuestros días. Por ende, el jurista que estudia la historia indudablemente tendrá un mayor número de soluciones para un determinado conflicto jurídico o de carácter social.

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