Contextualizacion Euskadi Años 80

1. El País Vasco en la década de 1980.

 “Nosotros no hacemos música, hacemos caos” (Sex Pistols).  Con toda seguridad, esta sea la frase que mejor defina lo que hacían los punkis y a través de ella podemos deducir cual es la verdadera esencia del punk. Este movimiento musical, cultural y social se desarrolla en EEUU e Inglaterra, en un contexto de represión y de políticas de austeridad a mediados de los años 70, como una corriente que trataba de expresar los sentimientos de una juventud que no se sentía identificada con aquellos hippies pacifistas y que defendía algo más radical, directo y agresivo. Los Sex Pistols y The Clash en Gran Bretaña y Los Ramones en EEUU, por aquel entonces triunfan entre los jóvenes. El punk se va expandiendo como un virus; son los años de los peinados extravagantes, los colores chillones y los pantalones rotos.

Una década después, en el norte de España, encontramos una situación parecida, aunque con las particularidades propias de este país y de Euskadi en concreto.  Debemos tener siempre presente la influencia anglosajona en todas sus vertientes a la hora de analizar la escena musical del País Vasco en los años 80, pero existen como se acaba de decir otros factores propios de esta región que sirvieron para configurar con fuerza una escena musical que será fiel reflejo de estos indicadores.

La situación económica que atravesaba Euskadi durante los años 80, fue producto de las crisis del petróleo de la década de 1970 y de una crisis industrial, que desde mediados de esa misma década, afectaba sobre todo a las industrias pesadas, la siderurgia, la industria naval y también la industria textil.

El objetivo de entrar en la Comunidad Económica Europea, junto con la presión de los organismos internacionales, a lo que hay que sumar un contexto marcado por el encarecimiento de los costes, la aparición de nuevas tecnologías que empiezan a sustituir a los trabajadores de las fábricas, o el reforzamiento de la competencia de otros países,  precipitaron que España realizase una reconversión industrial enfocada hacia otros sectores más dinámicos, que lejos de ser un éxito, acabó generando altas tasas de paro, sobre todo juvenil, lo cual contrajo consigo esa sensación de inseguridad económica entre unos jóvenes que ahora se sentían desamparados  por las Administraciones Publicas

Estrechamente ligada a la cuestión económica encontramos la cuestión social. El aumento del desempleo trae consigo una desestructuración social al que se une un problema de inserción laboral que azota a la juventud vasca.

El “baby boom” de la década de 1955-1965 acaba generando grandes cohortes que se corresponden con los jóvenes de los años 80, lo que grava aún más la situación. Se vive entonces un clima de tensión, son tiempos de las luchas obreras, manifestaciones y represión. Es una época marcada también por un fuerte choque inter-generacional entre unos padres “ceñidos a la antigua” y unos jóvenes, que tras finalizar la transición demandaban una mayor libertad, quieren probar cosas nuevas, experimentar y empiezan a tener sus primeros contactos con Gran Bretaña y el punk.

En cuanto a la situación política se hace obligatorio mencionar el constante clima de tensión que se vive en el País Vasco durante los años 80. A la presencia de grupos terroristas como ETA (que en 1980 mató a más de 100 personas) por un lado y grupos antiterroristas como GAL por otro, hay que sumarle el Golpe de Estado de 1981 que también hizo aumentar la tensión en todo el país. Además, en 1979 se acababa de firmar el Estatuto de Autonomía del País Vasco y muchos ciudadanos, sobre todo de la izquierda abertzale, parecían no estar muy de acuerdo. En este punto destaca el plan Zona Especial Norte, diseñado por el PSOE con el fin de frenar la conflictividad social y la violencia terrorista en el País Vasco y Navarra. Como resultado de este plan, “Zona Especial Norte” será el nombre del primer LP de Eskorbuto compartido con R.I.P. en 1983.

En toda esta atmosfera, la juventud, que apenas vislumbraba su futuro y quería experimentar nuevas sensaciones, encontró refugio en la heroína. La pérdida de valores, de fe en sí mismos y en lo que les rodeaba al fin y al cabo, les conduce a un camino hacia la búsqueda de nuevos placeres. Aunque esta afectó a todas las capas sociales de la población, se cebó en especial con unos jóvenes que deambulaban por las calles sin nada que hacer debido a la escasa oferta cultural existente. Es entonces cuando “meterse un pico” se convierte en algo normal, del día a día, lo que hace aumentar la marginalidad y la aparición de suburbios.

Desde ciertos sectores de la población se defiende que la entrada de la heroína en el País Vasco no fue fruto de la casualidad, como tampoco lo fue su impacto ni la forma en que esta lo hizo. Nakor, miembro del Gazte Lokala (Asamblea de jóvenes) de Otxarkoaga, argumentó: “la droga como arma política de desmovilización (…) El claro objetivo de estas acciones era por la clara conveniencia del estado en que un sector de izquierdas, un sector duro, se desmovilizará”… “ Esta introducción voluntaria por parte de las Administraciones Públicas lo que pretendía era adormecer a estos jóvenes, mantenerlos dóciles y evitar que se rebelasen ante la situación que estaban viviendo”

El desconocimiento por parte de los consumidores de heroína y sus familias, sumado a que las Administraciones Públicas no proveían medios higiénicos para frenar el contagio al compartir jeringuillas entre los miembros de las “cuadrillas”, las cuales pretendían huir de una realidad con la que no se sentían identificados, hicieron que los infectados por SIDA en el País Vasco en 1988 fueran de 88 por millón mientras que la media nacional era de 47.

Como se ha dicho, la mala situación económica, las tensiones sociales y políticas de la época, y la escasa oferta cultural sirven de ingredientes para un punk que estalla en el País Vasco, gracias, también, a la influencia del mundo anglosajón. Ese sentimiento nihilistico que brotó en la juventud vasca junto con el rechazo de esta a la música que predominaba en Euskadi en aquella época, propiciaron la aparición de numerosos grupos de punk en la escena. Hablamos de Zarama, RIP, Cikatriz, MCD, La Polla Records, Kortatu, Las Vulpes, Tijuana in Blue o Eskorbuto entre muchos otros. Larga es la lista de grupos que nacen en este contexto y cuyo único objetivo es contar su historia, su forma de ver la vida y expresar su desencanto con lo que les rodeaba.  “Los 80 fueron hacia fuera, esto se acabó, esto revienta todo y vamos a ayudarlo a reventar” son palabras de Iñigo Muguruza, bajista de Kortatu, que explica muy bien ese sentimiento que estalló entre la juventud vasca de los años 80.

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