Crisis Del Antiguo Regimen

CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN (1788-1833)

“Tras la muerte de Carlos III en 1788, subió al trono su hijo Carlos IV, el cual se vio desbordado por la compleja situación creada por la Revolución Francesa en 1789, el miedo a la expansión revolucionaria en España congelo todas las propuestas ilustradas iniciadas por Carlos III.”

1. CRISIS DEL REINADO DE CARLOS IV (1788-1801)

1.1. LA MONARQUIA DE CARLOS IV

Carlos IV aparto del gobierno a los ministros ilustrados y en 1792 confió el poder a un joven militar Manuel Godoy, de origen relativamente humilde, esto mostraba la gran desconfianza que sentía el monarca hacia los nobles y su deseo de encontrar a alguien en quien poder confiar.

La ejecución del monarca francés impulso a Carlos IV a declarar la guerra a Francia como muchos de otros países. Pero la gran derrota de España contra los franceses, provoco en España el temor a Francia debido al ascenso de Napoleón y el intento de pactar con ella para evitar el enfrentamiento con el poderoso ejército napoleónico. Las alianzas con Francia provocaron un conflicto con Gran Bretaña celosa de su dominio marítimo. El enfrentamiento tuvo lugar en dos fases (1795-1801 y 1804-1808) y la batalla de TRAFALGAR en 1805 que fue una gran derrota ya que la armada francoespañola fue destrozada lo que supuso la pérdida de casi todo la flota de Carlos IV. El desastre naval acentuó todavía más la crisis de Hacienda Real, agravada por la reducción de los ingresos, debido al descenso del comercio colonial lo cual era debido a la perdía de la flota española.

Ante esto Godoy recurrió al endeudamiento, al aumento de las contribuciones y planteo reformas como la desamortización de tierras eclesiásticas, esto produjo una gran oposición de la nobleza y el clero ante Godoy al que ya rechazaban por su condición de plebeyo.

Por otro lado, los campesinos apenas podían sobrevivir debido a los impuestos señoriales y a los del estado, este descontento se veía acentuado por las epidemias el hambre y la escasez.

La incapacidad para resolver esta situación alimento motines y revueltas que responsabilizaban a Godoy de la situación.

1.2. EL MOTIZ DE ARANJUEZ

La situación anterior empeoro todavía más cuando, en 1807, Godoy con la aceptación de Carlos IV firmó un tratado con Napoleón en el que permitía a su ejército entrar en España para así atacar a Portugal, aliada de Gran Bretaña. A cambio cuando conquistara Portugal se lo repartirían entre ambos países. Esto provoco la irritación de la población y el 18 de marzo de 1808 estallo un motín en Aranjuez, ciudad donde se encontraban los reyes, quienes aconsejados por Godoy y temerosos de que Francia invadiera el país se retiraron hacia el sur de la península. El motín con participación popular pero dirigido por la nobleza y el clero, perseguía la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII. Los amotinados consiguieron su objetivo y Carlos IV escribió a Napoleón informándole de lo ocurrido y pidiéndole su ayuda para recuperar el trono que le había sido arrebatado por su hijo, esto le demostró a Napoleón lo débil y lo incapaz que era la monarquía española por lo que se decidió a invadir España y ocupar el trono.

1.3. LA MONARQUIA DE JOSE BONAPARTE

Carlos IV y Fernando VII, fueron llamados por Napoleón a Bayona donde ambos abdicaron en la persona de Napoleón el cual nombro a su hermano José Bonaparte como rey de España y convoco a Cortes a fin de aprobar una constitución que acabase con el Antiguo Régimen. El nuevo código de Bayona reconocía la igualdad de los españoles ante la ley, los impuestos y el acceso a cargos públicos.

José Bonaparte inició una experiencia reformista que pretendía la liquidación del antiguo régimen y que se concretó en la abolición del régimen señorial, la desamortización de tierra de la Iglesia y la desvinculación de mayorazgos y tierras de manos muertas, sin embargo, estas propuestas contaron con pocos apoyos y una total incomprensión, para gran parte del pueblo el gobierno era ilegitimo, extranjero y sustentado en el poder de las armas.

2. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1801-1814)

2.1. REVUELTA POPULR Y FORMACION DE JUNTAS.

El 2 de mayo de 1808, el resto de la familia real se preparaba para partir a Bayona, donde se creía que Napoleón tenía secuestrado a Fernando VII. Una gran multitud de personas se congrego en palacio para impedir su partida y se alzó de forma espontánea en contra de la presencia francesa, pero la revuelta fue reducida por las tropas francesas al mando del general Murat, aunque esta revuelta sirvió de ejemplo por todo el país y esto freno el avance de las tropas imperiales.

Esto produjo que se fueran formando las primeras Juntas de armamento y defensa que permitían la organización del pueblo. Las juntas fueron primero locales y estaban formadas por partidarios de Fernando VII que pretendían canalizar la agitación popular, poco después la necesidad de coordinación permitió la creación de Juntas provinciales, las cuales asumieron la soberanía en ausencia del rey y declararon la guerra a Napoleón, buscando el apoyo en Gran Bretaña.

En septiembre de 1808 aprovechando la retirada momentánea de las tropas francesas las juntas enviaron representantes a Aranjuez donde se formó la Junta Suprema Central que coordinaba la lucha y dirigía el país, esto era algo completamente nuevo. Jovellanos y Floridablanca eran los principales miembros de la junta que reconocieron a Fernando VII como rey legítimo de España y asumieron la autoridad del país hasta su retorno, ante el avance de las tropas francesas la junta huyo a Cádiz, la única ciudad que ayudada por los británicos, resistía el asedio Francés.

2.2. LA RESITENCIA: SITIOS Y GUERRILLAS.

La invasión no fue como Napoleón esperaba ya que a pesar de la desorganización de la resistencia, ciudades como Girona, Zaragoza o Tarragona, sometidas a sitios, inmovilizaron parte del ejército francés impidiendo el avance hacia el Levante. Durante 1808 también se formaron guerrillas que eran grupos de entre 30 o 50 hombres los cuales eran labradores, artesanos, abogados…), aunque los dirigían militares o clérigos, las guerrillas contaban con el factor sorpresa destruyendo instalaciones del ejército francés, interferían en sus movimientos, asaltaban convoyes,

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