Cruzadas educativas

Escuela de la Casa del Obrero de la Colonia de la Bolsa, era uno de los centros más miserables del México en ese entonces. El Universal reportaba la pestilencia de la zona debido a las pésimas condiciones higiénicas y a la suciedad que todo lo invadía y obligaba a los transeúntes a apretarse las narices.

La Casa del Obrero fue uno de los primeros en responder al llamado de la Universidad Nacional de México, para una semana 400 alumnos a los que dotó de todos los útiles necesarios para sus tareas. Más tarde ésta escuela se llamó Francisco I. Madero debido al entusiasmo de un generoso maestro, Arturo Orope decidieron fundar en esa barriada un centro de alfabetización y prepar a un grupo de personas humildes para que pudieran leer.

Oropeza y sus colaboradores lograron pronto ser maestro honorarios de la campaña contra el analfabetismo, se les instaló luz eléctrica para que pudieran proseguir sus labores durante la noche. La Escuela de la Bolsa logró identificarse de tal modo con la comunidad que se convirtió en centro de vacunación y profilaxis, y se instaló un departamento de salud.

La escuela prestaba libros y los residentes del área dejaba abierto el salón hasta las 22 horas. La SEP convocó a los padres de los estudiantes y les informó que no se podía educar a sus hijos que vinieran en estado de suciedad. Debían limpiar su colonia y formaron cuadrillas los sábados por la tarde y se obtuvo una respuesta entusiasta por parte de los adultos y niños.

La escuela Fco. I. Madero tenía en 1923 una matrícula de 300 niños en clases diurnas y más de 900 obreros en las nocturnas. Su éxito se debe a su transformación a un centro cultural y educativo, además por la ayuda de José Vasconcelos, Roberto Medellín y Elena Torres.

Las comidas servidas a los niños y el trato amable que éstos recibían de los maestros eran incentivos para la buena conducta. Vasconcelos y sus colaboradores, al emplear la Escuela Francisco I. Madero el principio de mejorar la suerte educativa, económica y moral de los niños y adultos de la comunidad, fueron los iniciadores de la educación fundamental.

Vasconcelos consideró que el papel de la SEP en la campaña de alfabetización era de catalizador: pagaba a los maestros, hacia propaganda de la campaña en diarios y proporcionaba a los maestros y niños útiles escolares. En 1924 se crearon ocho centros de educación y cultura social en los barrios más populares y necesitadas de la capital.

La cruzada de alfabetización se convirtió de un ingenioso invento para combatir la ignorancia a suscitar un cambio de actitud en muchos ciudadanos y para adoptar una solución gratuita de combatir la ignorancia por medio de los maestros honorarios. Los defectos de la cruzada reportados por Eulalia Guzmán era que no existía experiencia previa alguna para combatir la ignorancia a escala nacional, el tiempo de servicio de los maestros era breve, la resistencia de los alumnos a aprender a leer y a escribir debido a que no entendían en qué les podría servir más adelante y además cualquiera podía ser maestro, por lo que no estaban bien entrenados.

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