Cuatro artículos sobre mente y cerebro
Enviado por erick20070515 • 11 de Febrero de 2014 • Tesis • 2.588 Palabras (11 Páginas) • 341 Visitas
Cuatro artículos sobre mente y cerebro
1. Mente y cerebro
Por Enrique Cases *
Arvo Net, 19.05.2006
En el pensamiento materialista se hace necesario explicar la inteligencia con la única ayuda del cerebro. Esto no es así, pero conviene conocer las relaciones mente cerebro para ver la altísima función de este órgano y sus limitaciones.
En el pensamiento materialista se hace necesario explicar la inteligencia con la única ayuda del cerebro. Esto no es así, pero conviene conocer las relaciones mente cerebro para ver la altísima función de este órgano y sus limitaciones. Los estudios sobre el cerebro avanzan mucho actualmente, y como suele suceder en los estudios científicos, al principio algunos piensan que es posible comprender todo con el funcionamiento del órgano, pero al avanzar y descubrirlo mejor se advierte que necesita de una potencia superior para actuar como de hecho actúa. El cerebro es una estructura viva y abierta de tal manera que se adapta según el actuar espiritual.
Es evidente la conexión entre la conducta y el estado del cerebro en las dos direcciones, pues muchas acciones se explican sólo con el cerebro, y otras se explican porque el alma hace actuar al cerebro de ese modo y no de otro determinado [1]. En esta dualidad unitaria mente cerebro sigue siendo de actualidad el buen quehacer de Aristóteles que distinguió cuatro causas (eficiente, formal, material y final) para conocer con mayor perfección los efectos y la realidad. Si se intenta deducir el conocimiento sólo con la causa material sería como explicar la pintura por la constitución de la mano o del pincel, o como dice con crudeza el premio Nobel John Eccles: “el «emergentismo» no explica nada. No es más que un nombre sin contenido real, una etiqueta. Además, si lo que se pretende es reducir las características humanas a «emergencia», se trata de un materialismo reduccionista pseudocientífico e inaceptable: la ciencia no proporciona ninguna base para esa doctrina”; luego añade con fuerza: “El materialismo es una superstición”. El materialismo, si se lleva a sus últimas consecuencias, niega las experiencias más importantes de la vida humana: «nuestro mundo» personal seria imposible". Esto sólo para la relación mente cerebro, pero, además, en el hombre hay más realidades que la de pensar. “Los sentimientos, las emociones, la percepción de la belleza, la creatividad, el amor, la amistad, los valores morales, los pensamientos, las intenciones, la libertad... Todo «nuestro mundo», en definitiva. El materialismo no explica el hecho de que yo quiera hacer algo y lo haga”[2].
El estudio de la conexión mente-cerebro es importante para conocer al ser humano. También para matizar mejor la unidad sustancial del ser humano, distinguiendo lo que es corporal y lo que es espiritual, sin confundirlos. Esto es de gran importancia en la medicina, y en la educación[3]. El cerebro es el instrumento principal de la mente espiritual que lo usa. Al mismo tiempo le influye mucho su normalidad o enfermedad[4]. Recordemos actualizándolas las cuatro causas para entender el pensar y entender.
1.- La causa eficiente del conocer es el acto de ser que constituye a la persona como Luz.
2.- La causa formal la inteligencia como potencia del alma que recibe la luz de su intimidad y con ella ilumina y hace accionar todo el conocimiento, incluido la acción cerebral y la de los sentidos.
3.- La causa material es el cuerpo y principalmente el cerebro.
4.- La causa final es conocer como el hombre es conocido por Dios según su propio ser personal y natural.
Hablando desde la ciencia, pero sin espíritu reduccionista “el cerebro no es una caja oscura en la que entran determinados datos sensoriales y salen transformados en datos de conducta, si no que es un órgano activo con capacidad de cambio interno y dúctil a la voluntad del sujeto. Por tanto, la plasticidad neural en el ser humano es fundamental a la hora de las diferencias que condicionan y determinan el aprendizaje. Cabría preguntarse si esta capacidad es únicamente dependiente de la materialidad genética de cada ser humano. Para ello habría que estudiar seres humanos equivalentes desde el punto de vista genético. Es experiencia común que las capacidades que los gemelos desarrollan no son idénticas. La diferenciación va ligada al desarrollo de diversas funciones en el cerebro. Por ejemplo, un gemelo puede dominar un idioma y el otro no, o desarrollar una fobia y el otro no. Es decir, las redes neuronales desarrollan conexiones diversas según la decisión personal de cada sujeto. De ahí la enorme dignidad que radica en la persona humana, un ser que elige su destino, sin que esté determinado por condicionamientos genéticos o biológicos. Especie capaz de cambiar el propio sustrato neural de su pensamiento”[5].
Nos parece de gran lucidez los estudios de la Dra. Lopez Moratalla apoyados en la filosofía de Leonardo Polo. La tesis fundamental es que las facultades cognoscitivas actúan liberadas del automatismo orgánico según una medible inhibición; es decir que lo que en un animal con cerebro es siempre determinado y sin cambio notables, lo que se llamaba instinto, en el hombre es cambiante pues la mente es abierta y lleva al cerebro a tener inhibiciones de unas funciones para que se utilicen otras.
Por otra parte, el cerebro humano crece, cosa que no ocurre en los animales. “En tanto que el crecimiento orgánico es ilimitado, el tiempo juega a favor del hombre porque lo perfecciona, se desarrolla como hombre; mientras que al animal, por el contrario, el tiempo le desgasta. Además hay que destacar que, al término del crecimiento orgánico, el sistema nervioso es una unidad funcional que no constituye un todo respecto de sus componentes. Es respecto de ellos una organización “destotalizada” y por tanto admite una pluralidad de las facultades”[6]. Crece por la acción de la unidad superior espiritual sobre el órgano cerebral. El hombre no sólo pone en funcionamiento el superordenador, podríamos decir, sino que puede hacer crecer ese ordenador y perfeccionarlo materialmente.
Además, existen funciones no ligadas al órgano, cosa imposible de explicar a un materialista. “Las capacidades, como memoria, conocimiento animal, comportamiento animal surgen y dependen de la integración de circuitos neuronales. Descansan en la configuración de la materia, pero además, a cada hombre le pertenecen potencias o facultades ligadas al órgano y por tanto limitadas por él, como en los animales, y además otras facultades no dependientes directamente del órgano. Y con crecimiento no limitado por la configuración de la materia, sino con crecimiento por hábitos. La forma, en sentido clásico, no se agota en configurar la materia.
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