DEL ARTE A LOS INTERESES SUPERFLUOS

¿Remueven las edificaciones actuales sensaciones íntimas? La visión cosmopolita de la estética tiende a mitigar como banal el ámbito del arte, sin embargo esta condición no siempre ha sido la misma. Si viviéramos en el pasado, aproximadamente hace tres siglos, el contexto de esa época permitiría involucrarnos emocionalmente con las reproducciones artísticas. Durante este lapso de tiempo, el paso de un movimiento imperante como lo era el barroco a un nuevo estilo tal lo es el Rococó, impulsó la máxima expresión del ser humano. Lleno de excesos y opulencia el rococó ambientaliza los deseos de la clase alta, con escenarios que se ubican en la trama pictórica que contribuye a que la sociedad se identifique con sentimientos, si es el caso ajeno a los suyos, puesto que refleja lo que la gente codicia: la fiesta, los lujos y la comodidad. En una so-cie¬dad ca¬da vez más in¬di¬vi¬dua¬lis¬ta, re¬gi¬da por las le¬yes del mer¬ca¬do, es difícil la apreciación del arte, así como se hacía anteriormente, debido a que el hombre obvia sus sentimientos y los aliena a la opresión del consumismo.

El sentimiento que hacía primar este nuevo arte radicaba en la representación de la exquisitez y la exuberancia, la superficialidad, el sensualismo y el placer; que son sentimientos netamente mundanos, a partir de la alta decoración en interiores, la vivacidad en los colores en las obras pictóricas, un trazo externo simple en la arquitectura, entre otras cosas que hacen particular al movimiento. A este punto es prudente resaltar el aspecto en el que mejor se desenvolvió el Rococó, que fue el diseño de interiores. Aquí los ornamentos contenían motivos de sutileza femenina, además del uso de superficies curvas, finos detalles, la utilización de elementos de orfebrería y cerámica, tapicería para grandes salas de palacios.etc.

Las extravagancias del rococó se hacen evidentes en la película “Vatel”, en la cual se ambientaliza con éxito los desparpajos de la corte francesa, la escenografía aporta fantasía y elegancia que se complementan con la ornamentación recargada. Esta ornamentación consta de molduras doradas, paredes y techos color pastel y oro, y tapizados finos. En la actualidad esto puede parecer excéntrico, un mundo lleno de placeres que trata sentimientos superfluos y que se alejan de la realidad, un mundo frívolo que enmarca un escenario idílico, un mundo de placeres. La situación socio-cultural de esta época se asemeja a la presente, en donde el hombre solo busca el desarrollo de sus intereses efímeros, pero ahora bajo circunstancias divergentes. Ahora bien, ¿influye esto en por qué hoy por hoy no aprendemos del arte? En la medida en que el hombre se enriquezca educativamente a nivel artístico, se fortalecerá el espíritu y se contribuirá una mejor sociedad, con una visión más prudente de la realidad.

A pesar de que la película exterioriza principalmente lo vano de la vida aristocrática, llega al detalle de la belleza y la sensualidad de la mujer, que dan en este contexto, la sensación

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