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Defensa De Boquerpn


Enviado por   •  26 de Mayo de 2014  •  4.985 Palabras (20 Páginas)  •  438 Visitas

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DEFENSA DE BOQUERON

1. ANTECEDENTES.

INTRODUCCIÓN.

En la memoria de los bolivianos ha quedado grabada con cincel de hierro la gran epopeya y gloria de la defensa del fortín Boquerón en la guerra internacional frente al hermano país del Paraguay, donde el soldado Boliviano demostró su garra y valentía heroica jamás vista en la historia republicana, donde exactamente seiscientos veintiún (621) combatientes compuestos por soldados de diferentes lugares del país, es decir, vallunos ,altiplánicos, orientales, del campo y la ciudad al mando del legendario Tte.Cnl. Manuel Marzana hicieron frente al cerco de más de seis mil soldados paraguayos retroalimentados con tropas frescas del 8 al 29 de septiembre de año 1932, veintiún días sin alimentos, sin agua, sin medicamentos con muchos muertos y heridos, al final sin municiones, cerco humano enemigo temerariamente roto dos veces por otro héroe, Germán Busch, que al final extenuados, sin haber dormido muchas jornadas casi al filo de la locura marcaron esta leyenda denominada la epopeya del Boquerón, página gloriosa que sigue motivando la admiración de propios y extraños, pese a haber transcurrido cerca de ochenta (80) años.

Boquerón fue el tercer fortín paraguayo tomado por los bolivianos dentro del marco de represalias por la retorna de la laguna Pitiantuta. Establecido como vanguardia, a 60 km al sudoeste de Cacique Ramón (Isla Po'i), y 143 km de punta riel de Puerto Casado.

2. DESARROLLO.

LA TOMA DE BOQUERÓN

Luego del primer ataque boliviano, en 1928, la guarnición aumentó en efectivos, llegando a completar el de un escuadrón. En esa época se dio comienzo a la organización defensiva de la plaza consistente en una zanja continua, trazada en la periferia del fuerte, pero sin cerrarse en reducto, sino abarcando solamente el sector que da vista al gran cañadón, o sea, mirando al sur y suroeste.

El destacamento boliviano que debía tomar Boquerón salió del fortín Muñoz (actual General Díaz) bajo la comandancia del teniente coronel Luis Emilio Aguirre. Estaba compuesto por un escuadrón del regimiento Lanza, un batallón del Campos y otro del Campero.

Al amanecer del 31 de julio de 1932, los paraguayos notaron la presencia de fuerzas enemigas desde varias direcciones. Eran alrededor del millar de hombres que avanzaban incontenibles, apoyados por artillería y una escuadrilla aérea.

Durante dos horas la guarnición paraguaya de Boquerón resistió denodadamente, mientras las tropas bolivianas acortaban cada vez más la distancia. En momentos en que iba a producirse el asalto, las fuerzas paraguayas abandonaron Boquerón simulando una desordenada retirada hacia Isla Po'i.

Días antes del ataque, la oficialidad del fortín, al mando del teniente Eulalio Facetti, había concretado un ingenioso plan de defensa del fortín, concebido durante a comandancia del teniente Heriberto Florentín: una fortificación simulada, ubicada en un primer plano, y otra, también simulada, a orillas del bosque cañadón de por medio, al norte del fortín, con excelente visión hacia el mismo, a manera de emboscada. Cuando se acercaron los atacantes, los hombres de la guarnición del fortín se dirigieron a sus puestos de combate y desde allí se dispusieron a recibir a los infatuados atacantes con un ala de fuego sorpresiva y fulminante que destruyo a la columna, aniquilo a más de un centenar, abatiendo, inclusive, al propio jefe del destacamento, comandante Aguirre.

Aprovechando el desconcierto inicial, los paraguayos escaparon y los bolivianos capturaron el fortín. Ante la muerte del comandante Aguirre, tomo la jefatura de fortín el teniente coronel Manuel Marzana Oroza.

BOQUERÓN: PREPARATIVOS PARA EL ATAQUE.

Para ejecutar la orden del Presidente Eusebio Ayala, el teniente coronel Estigarribia instaló su puesto comando en Isla Po'i, convertido en Villa Militar, situado a 80 km de Punta Rieles y a 60 de Boquerón.

En pocos días, este fortín se convirtió en sitio de agrupación de reservistas. En sus alrededores se instalaron campamentos militares, grandes talleres, depósitos de materiales, etc.

En una reunión con sus oficiales, el teniente coronel Estigarribia dio a conocer su estrategia, la que iba a sostener a lo largo de los tres años de lucha: "Vamos a entrar en una guerra de comunicaciones, en la cual el ejercito que logre dominar las comunicaciones del enemigo será el vencedor".

Para realizar el ataque al fortín Boquerón, todo el mes de agosto, las fuerzas paraguayas fueron concentrándose en Villa Militar.

Para contrarrestar la que se consideraba cierta posibilidad de un ataque de gran envergadura, el general Carlos Quintanilla, comandante boliviano en el Chaco, instaló en el fortín Saavedra la VII División de Infantería boliviana, para respaldar a la VI División de Infantería de su ejército, además de proponer a su gobierno el ataque al fortín Nanawa, al sur, y al fortín Rojas Silva, al este. El primero fue descartado y se llevó adelante el segundo, capturando el fortín casi sin combatir, el 6 de septiembre.

Al día siguiente, los 5.000 hombres del Primer Cuerpo de Ejército paraguayo, comenzó a marchar rumbo a Boquerón por los dos caminos que convergían a aquel punto desde el este. Prisioneros tomados en escaramuzas anteriores en un lugar denominado Huijay (rebautizado Puesto Carayá), el comando paraguayo sabía que el fortín estaba ocupado por aproximadamente 1.200 hombres. Cinco mil paraguayos, consideró, eran más que suficientes para arrollarlos en pocas horas.

En la Villa Militar, el Teniente Coronel Estigarribia disponía de 9.500 hombres.

LA DEFENSA BOLIVIANA DE BOQUERÓN

A la muerte del teniente coronel Luis Emilio Aguirre, había asumido el mando de la guarnición de Boquerón el teniente coronel Manuel Marzana Oroza, un oficial sereno y modesto, Era uno de esos soldados para quienes "una orden que se da es una orden que se cumple".

La consigna que tenían los defensores bolivianos de Boquerón estaba expresada en el radiograma del Estado Mayor General Boliviano: "El Capitán General ordena y la Patria pide no abandonar Boquerón de ninguna manera, prefiriendo morir en su defensa antes de dar el parte de retirada. Quebrantar la ofensiva paraguaya en este punto será suficiente para desmoralizar al enemigo y sobre todo para dar un desmentido ante América de otra propaganda paraguaya sobre la incapacidad de nuestras tropas".

La posición de Marzana, ante esta consigna fue: "Hijos, vamos hacer respetar el uniforme que vestimos. Ningún soldado debe

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