Desigualdad racial, las dos caras de la moneda.

Desigualdad racial, las dos caras de la moneda.

Por: Teresita Ramírez.

Desde que el ser humano tiene uso de la razón, uno de sus principales quehaceres consistió en tratar de entender el mundo que lo rodeaba. Para esto ideó un sinfín de mecanismos, los cuales consistían básicamente en “etiquetar” y “clasificar”. Y aunque en la actualidad, gracias a los avances científicos y tecnológicos, se sabe que en teoría, hombres y mujeres, así como toda clase de organismo vivo,  provienen de un origen común (composición química) sin importar el lugar o la época en la que hayan nacido, sin embargo, durante los siglos XVIII y XIX se llevaron a cabo fuertes debates sobre la supremacía de ciertos individuos, basados en características físicas y cierto estatus social.

En el texto “The Anatomy of Difference: Race and Sex in Eighteenth—Century Science” de Londa Schirbinger podemos encontrar una recopilación de las distintas ideologías que imperaban en el mundo de la historia natural de siglos pasados. En él podemos notar cómo es que el  hombre, en su papel de ser racional, se coloca en la cúspide de una pirámide que busca establecer una jerarquía, partiendo de rasgos físicos que posiblemente en estos tiempos nos parecería completamente absurdos. Sin embargo, el que el hombre utilizara las diferencias físicas para poder establecer un parámetro de comparación fue un gran paso que permitió desarrollar estudios en anatomía, así mismo sentó las bases de la diferenciación sexual y racial, dando inicio a las interminables luchas por la desigualdad social.

Son muy interesantes los argumentos que se manejan para lograr entender el por qué en la cúspide de la pirámide se encuentra el hombre europeo, es sabido que la mayoría de los hombres (e incluso mujeres) de ciencia provienen de dicha zona geográfica, sin embargo, si tomamos en cuenta que en Europa durante los siglos XVIII y XIX surgieron una serie de movimientos que impulsaron la racionalidad y el pensamiento científico podríamos atribuir esta posición como consecuencia de la época y no sólo a la posesión de ciertos rasgos físicos.

Otro punto muy importante a resaltar en el texto es el papel de la mujer en el desarrollo de diversas ideologías. Se menciona que muchas veces la mujer era quien “degeneraba” la apariencia de sus hijos al cargarlos de tal o cual manera durante la infancia, también habla sobre la “inferioridad” de la mujer con respecto al hombre, esta “inferioridad” se acrecienta si la mujer es de origen negro.

Considero que lo que más llamó mi atención, y estoy de acuerdo con eso, es la incansable lucha que debieron tener hombres y mujeres negros para ser reconocidos como personas “a la altura” de los europeos, lo mismo para las mujeres europeas.

La lucha por la abolición, tanto de la esclavitud como de la discriminación y el empoderamiento de la mujer en sociedad es el resultado del desacuerdo de las ideologías ambientalistas que reinaban durante los siglos XVIII y XIX.

El texto nos presenta los conflictos que se generaron en cierta época debido a la poca tolerancia sobre hombres y mujeres diferentes a la “perfección” europea, y aunque en la actualidad se busca la inclusión de mujeres en ámbitos no sólo científicos y la no discriminación racial, tristemente podemos decir que ha habido un avance, pues en pleno siglo XXI todavía existen personas que ven con malos ojos a los africanos y tienen en un pedestal a los americanos y europeos.

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