Deuda Externa Argentina
Enviado por MBPG • 31 de Agosto de 2013 • 6.086 Palabras (25 Páginas) • 505 Visitas
Cuando decimos "deuda externa," nos referimos al dinero que un país debe a otros países o a acreedores extranjeros, en una moneda extranjera. Se llama "externa" porque es una deuda que viene desde fuera, desde el exterior, de un país. Los préstamos pueden venir de un gobierno nacional, una institución financiera internacional como el FMI, o de un banco privado. La deuda externa de un país es la suma de todo el dinero, más intereses, que ese país debe a acreedores en el extranjero.
También se considera deuda pública externa a todas las deudas del Estado contraídas en moneda extranjera.
¿La deuda externa se parece a la deuda de un individuo?
Sí y no. Ambas son deudas, pero tienen diferencias importantes. Los sistemas legales protegen a los individuos con el concepto legal de bancarrota. Cuando un individuo o una empresa endeudada piensa que es imposible pagar sus deudas, una corte examina el caso. Si el juez decide que verdaderamente no puede pagar toda la deuda, la persona o empresa tiene que pagar lo que puede y entrar en bancarrota. Estar en bancarrota significa que el endeudado ya no tiene que pagar el resto de su deuda. Así, los individuos y empresas están protegidos por la ley de estar atrapados en un ciclo de deuda imposible de escapar.
Pero en la ley internacional, no existe bancarrota para los países. Esto quiere decir que no importa lo grande que sea la deuda, ni importa si la economía del país es incapaz de generar suficiente dinero para pagarla-el país sigue endeudado. Un juez no puede determinar que un país es incapaz de pagar y cancelar parte o toda su deuda.
La deuda externa, su comienzo.
El déficit fiscal de EEUU en los años sesenta, originó una fuerte devaluación del dólar. Este hecho supuso un revés para los principales países productores de petróleo, ya que el precio estaba fijado
en dólares, disminuyendo así el valor de sus exportaciones. En 1973 los países productores decidieron multiplicar el precio del crudo. Al ser un producto básico la demanda se mantuvo y estos países recibieron cantidades enormes de dinero que depositaron en los bancos de Occidente. Esta circunstancia fue decisiva en el comienzo del problema. Los tipos de interés se desplomaron y los bancos tuvieron que hacer frente a la situación de crisis financiera internacional. Había mucho dinero que tenía que ser prestado para poder obtener rentabilidad del mismo y sólo los países del Sur, con carencias estructurales, aceptaron esos préstamos para mantener el modelo de desarrollo y hacer frente al incremento del precio del petróleo.
Los bancos adoptaron una política crediticia irresponsable ya que no tomaron las precauciones sobre la posibilidad de impago, despreocupándose de la ejecución de los proyectos para los que se solicitaba el dinero. Por su parte los gobernantes de los países del Sur no cesaban de aceptar los atractivos créditos. Los préstamos tenían tipos de interés variables, en una situación de inflación alta, lo que hacía que hubiera un tipo de interés real bajo (3-7%). Los gobiernos de los países del Sur destinaron una gran cantidad de estos préstamos a fines improductivos. Se calcula que una quinta parte se dedicó a armas, a menudo para sostener regímenes opresores. Alrededor de un quinto del total de la deuda tiene su origen en créditos concedidos en periodos de dictaduras. Dictadores como Mobutu, Marcos, Hassan II, o Suharto recibieron grandes sumas a pesar de ser conocidas las violaciones de los derechos humanos, el funcionamiento corrupto de sus gobiernos y el uso personal de buena parte de los préstamos. Sólo una parte pequeña del dinero se destinó al desarrollo del país y benefició a los sectores más necesitados. En el comienzo de los años ochenta los tipos de interés de los créditos subieron, empujados por el crecimiento de éstos en los EEUU (a consecuencia del déficit fiscal). Paralelamente se incrementó de nuevo el precio del petróleo y cayeron los precios de los productos agrícolas en los que los países del Sur basaban sus exportaciones. Como consecuencia estos países estaban recibiendo menos dinero que antes por sus exportaciones y pagando más que nunca por los préstamos y por las importaciones. Para poder afrontar esta situación tuvieron que pedir nuevos préstamos. Cuando México advirtió en 1982 que el volumen de su deuda resultaba impagable, todo el sistema de crédito internacional quedó amenazado. La situación se podía extender a otros países. Los bancos de EEUU y de Europa no querían perder la enorme cantidad de dinero que habían prestado y se asociaron para defender mejor sus intereses. En su objetivo de renegociar las deudas recibieron el apoyo del FMI. A partir de entonces las
concesiones de nuevos préstamos llevaron aparejadas condiciones, que se centraban no en la ejecución de la finalidad para la que se solicitaba el préstamo o en la orientación del proyecto al desarrollo del país, sino en la sostenibilidad económica del Estado, con el fin de que fuera capaz de devolver la deuda. Los gobiernos deudores desde entonces tienen que aceptar que se impongan programas muy estrictos económicamente antes de renegociar sus deudas o pedir prestado más dinero. Las consecuencias macroeconómicas de estas medidas, conocidas como programas de ajuste estructural, han sido en general positivas, pero al mismo tiempo han ocasionado un fuerte desequilibrio social, empeorándose las condiciones laborales y aumentando la pobreza y la desigualdad.
Hay varias maneras de medir el endeudamiento de los países, pero lo verdaderamente importante es conocer cuánto debe un país en relación con su población, su nivel de renta y/o su capacidad económica. Comparando la deuda externa total con el producto o renta nacional (PNB) o con sus exportaciones, que marcan la capacidad de un país para obtener las divisas necesarias para pagar al exterior, nos encontramos con un grupo de países que, en total deben menos, pero en relación con su propia población, su renta y su economía, son los que más deben y para los que es más difícil soportar la carga de la deuda externa.
Un poco de historia causante antes de continuar.
Entre 1973 y 1978, la acción concertada de los países exportadores de petróleo llevó a un aumento abrupto en su precio mundial. Como estos países no podían gastar todos sus inesperados beneficios en sus propios mercados, comenzaron a efectuar depósitos masivos de divisas en bancos internacionales, mayoritariamente de capitales norteamericanos.
Estos bancos, se encontraron así con importantísimas sumas de dinero disponible que les permitieron ofrecer créditos a bajas tasas de interés. Los banqueros de Europa y los Estados Unidos pensaron que los países latinoamericanos, manejados mayoritariamente por dictaduras que no tendrían que
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