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Dioses Romanos


Enviado por   •  7 de Diciembre de 2012  •  1.575 Palabras (7 Páginas)  •  651 Visitas

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DIOSES ROMANOS

• JUPITER.- Soberano de los dioses, el más poderoso de todos los habitantes del Olimpo, hijo del dios Saturno a quien derrocó. Originalmente dios del cielo y rey del firmamento, Júpiter era venerado como dios de la lluvia, el rayo y el relámpago. Como protector de Roma le llamaban Júpiter Optimus Maximus (el mejor y más alto). Como Júpiter era guardián de la ley, defensor de la verdad y protector de la justicia y la virtud, los romanos identificaban a Júpiter con Zeus, el dios supremo de los griegos, y asignaban al dios romano los atributos y mitos de la divinidad griega. El Júpiter de la literatura latina, por tanto, tiene muchas características griegas, pero el Júpiter del culto religioso romano.

• JUNO.- La diosa Juno, en la mitología romana, reina de los dioses, mujer y hermana del dios Júpiter. Era la protectora de las mujeres y se le veneraba bajo diferentes nombres: como Juno Lucina ayudaba a las mujeres en el parto, como Juno Regina

era la consejera y protectora especial del Estado romano. Las fiestas en su honor, las mationalia, se celebraban el 1 de marzo. Juno es la equivalente de la reina griega de los dioses, Hera. El nombre del mes de junio proviene del de la diosa Juno.

• NEPTUNO.- Neptuno fue el nombre que los romanos antiguos le dieron al dios griego de los mares y los terremotos, Poseidón. Él era el hermano de Júpiter (Zeus) y de Plutón (Hades). Después de la derrota de su padre Saturno (Cronos), los tres hermanos dividieron al mundo en tres partes para ser gobernadas por ellos. Júpiter tomó el cielo, Neptuno el mar y Plutón el inframundo. Neptuno tenía fama de tener mal genio. Las tempestades y terremotos reflejaban su rabia furiosa. Era representado como un hombre barbudo aguantando un tridente y sentado en una caracol de mar tirado por caballos de mar. Un día Neptuno vio a la ninfa acuática Anfitrite bailando en la isla de Naxos y se enamoró de ella. Rápidamente le pidió que se casara con él, pero ella se negó. Sin embargo, sin desanimarse por el rechazo de Anfitrite, Neptuno envió a unos de sus criados, un delfín a buscarla. El delfín la encontró, y le rogó mucho por la causa de Neptuno y fue tan persuasivo que la hizo cambiar de parecer. Como recompensa por encontrar y regresarle a Anfitrite, Neptuno inmortalizó al delfín al ubicarlo en el cielo como la constelación Dolphinus. Neptuno y Anfitrite tenían varios hijos. Entre ellos estaba Tritón cuyo nombre fue dado en 1846 a la luna principal del planeta Neptuno por William Lassell.

• PLUTON.- En la mitología romana, era el dios del inframundo. Su equivalente en la mitología griega era Hades, aunque Plutón era más benigno. Plutón era hijo de Saturno y Ops, y esposo de Proserpina, a quien raptó para casarse con ella. La madre de Proserpina, Ceres, se afligió tanto que provocó el invierno. Su palacio se ubica en mitad del Tártaro, donde como soberano vela por la administración de su estado y dicta sus inflexibles leyes. Sus súbditos, sombras ligeras y miserables, son tan numerosos como las olas del mar y las estrellas del firmamento: todo lo que la muerte cosecha sobre la Tierra vuelve a caer bajo el cetro de este dios, aumentando su riqueza o convirtiéndose en su presa. Desde el día en que inauguró su reino, ni uno de sus ministros infringió sus órdenes, ni uno de sus súbditos intentó una rebelión. De los tres dioses soberanos que controlan el mundo, él es el único que nunca ha de temer la insubordinación o la desobediencia y cuya autoridad se reconoce universalmente.

• MINERVA.- En la mitología romana, es la diosa de la sabiduría, las artes, las técnicas de la guerra, además de la protectora de Roma y la patrona de los artesanos. Conocida como Atenea en Grecia. Minerva era hija de Júpiter, quien tras haber devorado a Metis, la Prudencia, sintió un gran dolor de cabeza. Recurrió a Vulcano, quien le abrió la cabeza de un hachazo, surgiendo de ella Minerva, armada y en una edad que le permitió ayudar a su padre en la Gigantomaquia (guerra contra los Gigantes), donde se distinguió por su valentía. Minerva es también la diosa del Olivo, a raíz de una pelea entre ella y Neptuno. Los dioses del Olimpo se reunieron para saber quién sería el protector de la futura ciudad de Atenas. El que consiguiera darle el regalo más útil a la ciudad, ganaría. Minerva ofreció un olivo mientras que Neptuno un caballo. El olivo fue considerado más útil porque les permitiría a los hombres vivir.

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