ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Discursos Del Poder


Enviado por   •  19 de Junio de 2015  •  1.599 Palabras (7 Páginas)  •  342 Visitas

Página 1 de 7

Los discursos de poder

http://alainet.org/es/active/24089

Pablo Dávalos

19/05/2008

“La pieza estaba sombría, no tanto porque estaba obscura: la iluminación era casi demasiado visible, pero ella no esclarecía”

Maurice Blanchot: Le Pas au delà

¿Qué son los discursos de poder? ¿Qué axiomática revelan? ¿Qué estrategias vinculan? ¿Qué prácticas históricas codifican? ¿Qué uso hacen de la razón, de la verdad, del conocimiento, de la historia, del presente y del pasado? Cuando nos enfrentamos a un discurso de poder, ¿qué posición moral, política o ideológica debemos asumir? ¿Cómo decodificarlos? ¿Cómo comprenderlos? ¿En qué campo ubicarlos: aquel de la ciencia o de la ideología? ¿Aquel de la comunicación o de la manipulación? Sobre todo cuando ese discurso de poder se enmascara desde la legitimidad de las ciencias, o de la moral ¿desde qué posición puede criticárselos de tal manera que a la vez no se deslegitime ni se haga un uso estratégico de la ciencia o de la ética?

Los discursos de poder son elaboraciones discursivas complejas en las cuales se mezclan dimensiones semióticas propias de todo discurso, con construcciones epistemológicas, marcos analíticos, aspectos normativos, propuestas regulatorias y de intervención, y que, además, poseen intenciones políticas específicamente determinadas, es decir, y, en rigor, son discursos que no buscan “comunicar”, ni transmitir ningún tipo de conocimiento o elaboración teórica nueva o reinterpretativa, tampoco se inscriben dentro de una “acción comunicativa”, sino que tienen más bien la intención explícita de manipular, convencer, disuadir, actuar estratégicamente sobre los otros y administrar de manera consciente y explícita los consensos y los disensos, en función de las coordenadas del poder.

Dentro de esos discursos existe una disposición de conceptos, de categorías, de usos de la retórica cuya finalidad real no está en lo que dicen sino en lo que callan, o a veces en la forma en cómo lo dicen, o en el contexto en el que sitúan lo que dicen. Más allá de toda verdad posible, su función es práctica y releva de la eficacia en el ejercicio del poder. Los criterios de verdad que los estructuran dependen de ese complejo entramado de relaciones de poder y de contrapoder que nacen en toda sociedad. Más allá de la verdad y más acá de la historia, son formas discursivas e ideológicas que se corresponden a una relación entre el orden del saber, de la verdad y del poder.

Los discursos de poder utilizan los mismos elementos de cualquier discurso pero su disposición conceptual está hecha de tal modo que quien los recibe sea susceptible de ser “direccionado”, convencido, disuadido, persuadido, cooptado, manipulado, neutralizado, bloqueado. Se inscriben en los claroscuros del significante, en los intersticios de la verdad, en las ambigüedades de la razón, en las suspicacias de la lógica. Juegan con las ambigüedades de las palabras, utilizan conceptos que relevan de la ciencia, se enmascaran de analítica y los articulan dentro de un marco conceptual estratégico: son un claroscuro de sombras en el espejo.

Aquello que hace que los discursos de poder tengan fuerza y legitimidad está justamente en esa disposición estratégica en la analítica de los conceptos que utilizan, porque en general se trata de conceptos o nociones con las cuales aparentemente no podemos estar en desacuerdo. ¿Quién podría en su sano juicio oponerse a que las necesidades de la producción respeten a la naturaleza que es el pedido inherente al discurso del desarrollo sustentable? ¿Quién podría sospechar o imaginar siquiera que los pedidos de protección a la naturaleza hechos desde el discurso del desarrollo sustentable puedan esconder una intencionalidad más profunda que sería justamente lo contrario de lo que se proclama?

Y en otros ámbitos: ¿quién puede oponerse a la modernización del Estado? ¿Cómo puede deconstruirse el discurso del déficit fiscal y de su relación con la inflación? ¿Quién puede sospechar que detrás del discurso de la estabilización macroeconómica se esconden las necesidades del poder financiero? ¿Quién puede oponerse al discurso de la pobreza tanto a su elaboración conceptual cuanto a sus propuestas de acción? ¿Quién puede pensar que en el discurso de la gobernabilidad pueda esconderse una intencionalidad más profunda y real que aquella específicamente enunciada en la teoría del buen gobierno? ¿Quién puede sospechar que la propuesta de las microfinanzas en realidad corresponden a las lógicas del gran capital? ¿Quién puede oponerse a los loables propósitos de los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM), cuando en realidad son parte de la estrategia neoliberal? ¿No se trata acaso de un ejercicio de suspicacia en consideración a un determinado tipo de discurso? ¿No estamos exagerando las posibilidades de la hermenéutica al integrarla quizá de manera arbitraria a un campo de relaciones de poder?

Así, sospechar de estos discursos, podría aparecer como una exageración, o incluso como un acto de suspicacia gratuita ante discursos que han logrado una gran legitimidad social y cierto consenso social; pero hay algo en esas formas discursivas que llaman la atención y que tienen que ver justamente con esa

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (11 Kb)
Leer 6 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com