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Discurso y ejercicio del poder: la entrevista


Enviado por   •  9 de Agosto de 2013  •  1.703 Palabras (7 Páginas)  •  262 Visitas

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Discurso y ejercicio del poder: la entrevista

Mag. María del Rosario Fernández (CONICET- UNR)

0.Presentación

En este artículo analizaremos cómo la lucha por el poder se pone de manifiesto en la práctica discursiva de la entrevista. Para ello realizaremos un breve recorrido teórico y centraremos nuestro análisis en dos entrevistas recogidas por Claudia Oxman en su tesis La entrevista de investigación. Una aproximación desde la lingüística antropológica en el marco de la antropología médica (EUDEBA, Bs. As. 1998) que cumplen con las convenciones de transcripción utilizadas en la Etnografía del Habla que resultan de vital importancia para el tipo de abordaje que nos propusimos y que se centra en una visión del tratamiento del discurso como texto, como práctica social y como ámbito de manifestación de la lucha por el poder hegemónico en el que se articulan, desarticular y rearticulan los contextos y las identidades (Fairelough, 1992). Nuestro corpus de análisis está constituido por dos entrevistas: una realizada a una médica (a la que designaremos como EO1) con treinta y ocho años de servicio en un hospital y otra, realizada a un enfermero (EO2) con dieciocho años de antigüedad. Intentaremos echar una mirada que, superando la perspectiva de la Etnografía del Habla, nos permita analizar la interacción entrevistador / entrevistado y nuestro propio lugar en tanto intérpretes, aproximándonos, de este modo, a la propuesta de la Etnografía de la Performance (Bringgs, 1990).

1- Breve Perspectiva teórica

Deseamos, en una primera instancia y retomando la propuesta de Fairelough (1992), enmarcar a la entrevista como una práctica vinculada a la categoría genérica de la "examinación" (Foucault,1975). La "examinación" implica relaciones constitutivas de poder y entre sus propiedades principales, señalaremos la de convertir a los sujetos en entidades analizables y generalizables, la de hacer advenir al individuo como un "objeto" o "rama" de un determinado saber. Esta técnica, tan ampliamente difundida en la labor en Ciencias Sociales resulta, pues una forma de "objetivación del individuo". Foucault (1981) señala que la "confesión", en oposición a la "examinación", resulta una técnica tendiente a la "subjetivación" que impone siempre la presencia de un otro (real o imaginario) que no es un simple interlocutor, sino que se erige en autoridad en tanto requiere la confesión, prescribe, evalúa y juzga. El explícito ejercicio del poder que se impone en la confesión al aparecer uno de los interlocutores como investido de autoridad, se torna implícito en la examinación. Así, adoptará formas más sutiles y es precisamente por ello (porque no hay un sujeto de suyo investido para ejercer el poder) que en la entrevista, los interlocutores generan diversas estrategias para monopolizar no sólo el poder sino también el saber . Desde nuestra perspectiva, tanto el entrevistador como el entrevistado, ponen en juego diversas estrategias discursivas que dan cuenta de la lucha por la hegemonía del poder y que, a nuestro juicio, pueden ser pesquisadas a través del análisis del texto y de la práctica discursiva, eminentemente sociocultural e histórica, que su generación entraña. Si nos quedáramos sólo con un análisis del interjuego poder/saber entre los participantes de una entrevista, estaríamos perdiendo la dimensión exacta del fenómeno del que también, en tanto intérpretes, formamos parte. Aunque parezca bastante "evidente" y casi "pueril" mencionarlo, ciertas teorías abogar en pro de una "objetivación" a ultranza de situaciones comunicativas como la que hoy tomamos. Tal es el caso, por ejemplo, de las corrientes que se apoyan en el análisis del contexto en las cuales subyace una noción de discurso como algo terminado. En oposición a las mismas, caracterizaremos al discurso como "acción en curso" (Van Dijk,1997). Estrictamente hablando, "los contextos no influencian en absoluto, directamente, al discurso o al uso del lenguaje. Más bien, es la interpretación subjetiva del contexto que hacen los participantes del discurso lo que limita la producción discursiva, la estructuración y la comprensión. Es decir, dado un hecho comunicativo en una determinada situación social, sus participantes activa y continuamente construyen una representación mental de sólo aquellas propiedades de la situación que le son relevantes" (Van Dijk, 1997:1). En tal sentido y tomando el pensamiento de Bringgs, podremos sostener que “...La contextualización implica un proceso activo de negociación en el cual los participantes examinan reflexivamente el discurso a medida que éste surge, incrustando juicio sobre su estructura y significado en el habla misma” (Bringgs, 1990: 9). Lo cual equivaldría a pensar que en el devenir mismo de un intercambio, los sujetos crean los contextos y, a la vez, los juzgan. Bringgs identifica dos problemas inherentes al concepto de contexto: la inclusividad y la falta de objetividad. El primero se vincula con la dificultad de definir el contexto en que una performance puede darse, lo que hace que se superpongan nociones como las de “contexto de una realidad cultural”, “contexto situacional”, “contexto social" , “contexto individual”, “contexto institucional”, etc. El segundo, se asocia con una noción de falsa objetividad, heredera del positivismo, a partir de la cual efectuamos una serie de ecuaciones que subyacen en nuestras prácticas cotidianas: contexto = descripción objetiva = verdad. El primer problema con que nos enfrentamos

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