Diseño Capilar

Academia Colombiana

De Belleza

Peluquería

Presentado por:

Astrid Marbel Torres Agudelo

Bogotá – Colombia

2014

Peluquería

Introducción

La facilidad que tiene el hombre de entender las ciencias que esta misma requiere con naturalidad, otorga el ejercicio de practicarlas utilizando como medio aquella experiencia dejada por los antepasados, que han sido plasmadas en textos o solo recordadas de generación tras generación y por lógica han sido ajustadas a la actualidad. Ahora bien un estilista con gusto y estilo puede aconsejarte sobre el color, volumen y estilo del cabello.

Reseña histórica de la peluquería

Etapa I: Prehistoria y edad antigua

La prehistoria, fuente inagotable de mitos y leyendas donde el pelo fue visto hace miles de años como un potente elemento mágico y ceremonial. En nuestros días, todavía algunas de las consideradas culturas primitivas, consideran que el alma de cada persona se encuentra en el cabello.

La importancia mágico- Religiosa, propicio que ya en tiempos remotos su cuidado tuviera una considerable importancia en muchísimas sociedades.

Es posible que la primera herramienta que uso el hombre en ese tiempo para cortarse el cabello fuera las lascas extremadamente afiladas de piedra de sílex, resultantes del laborioso proceso de obtención de material cortante a partir de golpear unas piedras con otras. El corte de pelo se debía indudablemente a cuestiones prácticas o ceremoniales y nada tenía que ver con los motivos únicamente estéticos de épocas posteriores.

Espinas de pescados, huesos de animales y ramitas secas de plantas diversas fueron los primitivos peines de aquellas gentes que se supone que incluso usaron sangre, grasas vegetales para teñir sus cabellos siempre por motivos rituales

Egipto:

¿Quiénes no recuerdan el clásico peinado de las mujeres egipcias de los grabados que han llegado hasta época actual? Melenas completamente lisas, de color negro azabache y decorado con lindas diademas o con hilos de piedrecillas brillantes de colores.

Por otra parte los sacerdotes de determinadas castas podían raparse la cabeza, o por el contrario dedicarse a cuidar largas y cuidadas melenas. Así pues podían diferenciarse de los oficiantes del culto uno o más dioses, entre otros detalles para la clase de peinado o pelucas utilizados.

La elaboradísima cultura egipcia fue la primera en hacer del cabello una parte fundamental de la belleza física y lo trataban ya con funciones estéticas a pesar de como ya he comentado tuviera también usos sociales y religiosos.

Pelucas y tintes se consideran inventos pertenecientes a la cultura de las pirámides y es a ellos a quienes se debe la utilización de la henna como coloración capilar, usada hoy para obtener tonos rojizos y caobas

Grecia:

Los griegos convirtieron el culto de la belleza en uno de sus pilares de su cultura. Los peinados que triunfaron en sus días eran extremadamente elaborados y llenos de detalles.

Al contrario de los egipcios, los griegos adoraban el movimiento expresado a través de múltiples rizos y ondas. Gracias a estatuas y monumentos funerarios, se han podido observar detalles de mechones cortos rodeando la frente y melenas largas recogidas a base de cintas, cuerdas y otros elementos decorativos. También para los hombres se consideraba el cabello rizado exponente de hermosura.

En Grecia como en Egipto, los esclavos eran los encargados de mantener hermosas las cabezas de sus amos. Pero Grecia aporto un elemento nuevo: los salones de belleza, donde se peinaban y se arreglaban las cabezas más selectas. Otra de las innovaciones de aquella época vino de la mano de Alejandro Magno que a consecuencia de sus conquistas en el Oriente, aporto toda clase de recetas para teñir y dar forma al peinado, fórmulas de unos cosméticos, que empezaban, en aquel entonces a ver la luz.

Los iberos:

En esas tierras los iberos habían seguido sus propios criterios. Hasta la fecha solo nos han llegado testimonios a través de estatuillas de damitas, a partir de los cuales se han podido descubrir la enorme influencia de la cultura griega. Así, se observa una deliciosa mezcla entre lo autóctono y lo importado que muestra por ejemplo objetos de tocado similares a las ruedas, que algunos expertos han identificado con pelo trenzado, enroscado y cubierto de tela, además de elementos como matillas y peinetas, que tanto se identifican todavía hoy, con la cultura hispánica. Los iberos utilizaron también los elementos de peluquería propios de los griegos de la época: estos son cintas, redecillas y diademas a modo de corona.

Los pueblos barbaros:

Los pueblos a quienes los romanos denominaron “barbaros” fueron en cuestiones de peluquería como en muchas otras, gente eminentemente práctica, los cabellos sucios y largos eran realmente molestos, y siendo pueblos humildes y poco dados a valorar y considerar criterios estéticos hicieron de las trenzas y las colas de caballo sus peinados insignia. Guerreros y cazadores poco dados a cultivar las artes no podían entretenerse a rizar, colorear y decorar sus cabellos. Así que en algo consideraron los hunos que venían de oriente con celtas y vikingos del centro y norte de Europa: el cabello largo y trenzado (negro en los primeros y rubio o pelirrojo en los otros).

Roma:

Entre los múltiples adopciones culturales que los romanos tomaron de los griegos, se encuentran los criterios estéticos, y entre ellos el de mostrar cabellos lustrosos y peinados elaborados con infinidad de detalles. El cabello era corto para los hombres sujetado con una cinta, las mujeres podían dejar caer sus cabellos rizados u ondulados, o bien recogerlos es moños en la nuca, que envolvían con redecillas y cintas del mismo modo que anteriormente lo hicieron las griegas.

Pero el imperio romano no solo tomo ejemplo de la cultura griega, sino que también se fijó en los mismos cabellos rubios de los pueblos del norte a los que Julio César hizo cautivos. El impacto de ese nuevo tono causó un gran efecto en las

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