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EL CUENTO


Enviado por   •  26 de Mayo de 2014  •  1.744 Palabras (7 Páginas)  •  261 Visitas

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL CUENTO VENEZOLANO

Si dejamos a un lado las estampas y artículos de costumbres publicados en Venezuela antes de 1845, podríamos decir que la aparición en ese año de «El llanero en la capital», tipificado por la crítica como un «artículo de costumbres », de Daniel Mendoza, constituye el primer hito venezolano importante desde el punto de vista literario, y para efectos del desarrollo del cuento, en el inicio de la corriente eñollista, privilegio queen elcaso de la novela nacional le ha correspondido a Peonía, 1890, dc Manuel Vicente Romerogarcia

Asimismo, el surgimiento del cuento venezolano como género estéticamente importante, con independencia ya del artículo de costumbres y de la crónica (perceptibles más como documentos de historia social que como formatos literarios), puede ser ubicado entre 1890 y 1910. lapso que, igualmente, se constituye en momento cumbre para la imposición de la estética modernista en el país . De esa conjunción histórica que permite integrar para la literatura venezolana nociones como las de costumbrismo, nativismo, criollismo, regionalismo y realismo, y hacerlas coincidir en el modernismo, nace la perspectiva principal de este artículo. Sin ser originales, asumimos con otros críticos venezolanos la premisa según la cual, por lo menos en Venezuela, el modernismo no es un movimiento estético divorciado del criollismo, tendencias ambas que, también muy apegadas al realismo costumbrista, han tenido un importantísimo arraigo en el marco de toda nuestra narrativa del siglo XX. Mariano Picón Salas señala, por ejemplo, que:

De punta hacia el 95 una gran generación que es a la vez cosmopolita y nativista; que estudia en los grandes maestros extranjeros —señaladamente en los de Francia— la técnica de la nueva literatura y que con renovada fuerza y estilo emprende con más definida especialización literaria, el descubrimiento estético de nuestro país

Y lo reafirma, por ejemplo, José Ramón Medina, para quien «criollismo y modernismo no se excluyen» Esto permite ubicar el problema de estudio (el cuento venezolano modemista-criollista) como una prolongación que nace en el costumbrismo, desde mediados del siglo XIX, y se proyecta hacia el fin de esa centuria y principios de la actual, sin implicar la extinción ni la ruptura señaladas por Díaz Seijas. Se trata entonces de una línea de continuidad que se va modificando de acuerdo con las motivaciones del contexto. Discutiremos primero al problema del origen del cuento venezolano y revisaremos luego lo que aquí entenderemos como modemismo-criollismo. A partir del análisis de algunos cuentos específicos de cuatro de los autores venezolanos más representativos de ese período, proponemos que los criollistas lograron no sólo formular y practicar una estética bien definida, sino también determinar una manera de elaborar y desarrollar el cuento que todavía hoy subsiste bajo el rubro general de neo-criollismo, reformulada y revalorizada, obviamente, por los vaivenes del transcurrir de más de nueve décadas.

ORIGEN DEL CUENTO VENEZOLANO

Pocos investigadores dudan que el cuento venezolano haya nacido entre la última década del siglo XIX y la primera del XX. Al menos en ello coincide la mayoría de quienes se han dedicado a estudiar el fenómeno. Eso significa que en el caso de la literatura venezolana el cuento comienza a instaurarse como forma narrativa estética durante el lapso que Gustavo Luis Carrera ha denominado «período de fusión y debate», cuyo inicio ha sido delimitado por él mismo, entre 1890 y 1900. Se trata de un momento histórico en el que puede hablarse ya de una literatura venezolana concebida como «hecho artístico», esto es, una literatura que comienza a distanciarse de la realidad, pero recreándola, sin llegar a lo fantástico. Es justamente la época de surgimiento del modemismo-criollismo venezolano en sus distintas vertientes: artístico o esteticista (Manuel Diaz Rodríguez), cosmopolita (Pedro Emilio Colí) y regionalista (Luis Manuel Urbaneja Achelpohí, Rufino Blanco Fombona). Es la época de establecimiento incipiente de la industria petrolera nacional, durante la cual se hace bien patente la discusión entre una literatura inspirada en lo nacional (lo criollo) y otra con la mirada en el universo (lo cosmopolita), polémica que no cesará durante todo el siglo. Aunque revestido en su mayor parte de la retórica estilística propia del momento, puede hablarse de un importante lapso para el cuento nacional, con predominio de lo que la preceptiva denomina cuento épico.

En el caso específico del cuento, puede hablarse de dos sub-períodos. Uno, destacable por dos importantes revistas locales que sirven de medios de difusión: Cosmópolis (1894-95) y El Cojo Ilustrado (1892-1915). Se percibe en la literatura narrativa una notable influencia del naturalismo francés. Otro, cuyo inicio pudiera ser propuesto después de 1910, influido por el naturalismo español (con una muy especial mirada en Benito Pérez Galdós) y el realismo psicológico ruso (con Tolstoi, Dostoievsky, Gorki, como referencias importantes) y caracterizado por el inicio de una variante que indaga en la psicología de los personajes (Rómulo Gallegos, por ejemplo) y la utilización de la ideología como recurso para la denuncia social (José Rafael Pocaterra).

Al aludir a esos momentos iniciales del cuento nacional, Domingo Miliani ha dicho, por ejemplo, que «Julio Calcaño puede considerarse como el primer narrador que independiza el cuento venezolano de otras expresiones narrativas breves» ~. Calcaño edita su primer libro de cuentos en 1913, aunque algunos de los cuentos incluidos en ese volumen habían sido publicados ya entre 1893 y 1894 en el Diario de Caracas. Uslar Pietri ubica los inicios

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