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El Elogio De Los Jueces


Enviado por   •  2 de Abril de 2015  •  1.408 Palabras (6 Páginas)  •  206 Visitas

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Este libro me parecio muy interesante ya que nos habla de los procesos,de como se encuentran ubicados yestructurados.

Primero comienza a hablarnos de la justicia que no es un fenómeno que aparece naturalmente, sino que hay que perseguirla cuando las situaciones concretas lo ameriten.El abogado que se presenta en un tribunal con el afán de resolver controversias, pero no a través de la técnica jurídica, sino de argucias y corrupción, buscando sufragar solo los intereses particulares y de su representado, independientemente que le asista o no la razón.

Por otro lado tenemos a los tribunales, los que el autor conoce como príncipes del foro, que son aquellos postulantes con técnica depurada, honestidad, elocuencia y una trayectoria y reputación merecidas en el ámbito en que se desenvuelven.Las anteriores virtudes, indefectiblemente deberán impeler al juez a impartir una verdadera justicia, con la guía de la verdad expuesta claramente por este abogado.

Asi mismo los funcionarios judiciales están obligados a buscar primordialmente la verdad material y resolver el caso de mérito conforme al conocimiento obtenido en el proceso; esto es, la sentencia debe ajustarse a la realidad y no viceversa.

Los tribunales, según el autor la urbanidad o la discreción no son ajenas al quehacer de un tribunal.La circunstancia de que el juzgador tenga desaciertos, ya sea en fundamento o motivación de sus resoluciones, no implica indefectiblemente que se hará acreedor a interminables embates,en tanto que estos yerros no son resultado del dolo o la corrupción;sin embargo, sí se ha llevado a cabo esta práctica deplorable,independientemente de los motivos. Así, pues, la guía del juez debe ser discreta, mostrarle el camino para que este arribe a la conclusión deseada por sus propios medios, siguiendo los elementos concretos de la acción, los medios probatorios tendientes a acreditarlos y, al final, llegando a una conclusión generada por su propia convicción.

Sin embargo, esta regla de urbanidad no es unilateral, sino que también el juez debe respeto al abogado, ya que este tutela en un contexto ideal.

En primer lugar, según Calamandrei, el abogado se distingue por la experiencia, en la que el juez supera al abogado, quien es joven y efervescente, mientras aquel se encuentra provisto de la mesura que otorga la edad. El abogado, joven, por su propia energía es el encargado idóneo de atacar o defender, en tanto el juzgador con su experiencia adquirida por los años, se coloca en posición para dirimir las controversias.

Se puede afirmar que el abogado y el juez,en algún momento, estuvieron en la misma circunstancia, pues parten del mismo origen,pero también existen grandes diferencias entre estos, la característica buscada en el abogado es la energía y decisión para establecer una postura y resistir las contradicciones de la contraparte; por otro lado, en un juzgador se desea la virtud de la imparcialidad, en la búsqueda del equilibrio. Sin embargo, el hecho de que abogado y juez provengan de una misma raíz, no debe significar una confusión entre ambas investiduras.Aunque las funciones de ambos personajes se desenvuelvan en un mismo escenario, estas son distintas y complementarias para que un tribunal pueda ser un recinto donde, efectivamente, se pueda impartir justicia.

También nos habla sobre lo que es la oratoria forense que se refiere a la forma de expresar las ideas, argumentos y alegatos en una controversia jurisdiccional, y la cual obedece a tendencias imperantes en un determinado tiempo y espacio.

Y la oratoria, en la actualidad cobra especial relevancia a la predominancia de la oralidad en los procedimientos jurisdiccionales, como hasta ahora en las materias penal, mercantil y, además, familiar.

La denominada inmovilidad de los jueces en la audiencia pública se considera evidentemente incorrecta o inadecuada, ya que esto propicia un letargo del juzgador en su recinto laboral.Hay formas de graduar el tono de voz y manejo de palabras que se estimen clave para atraer la atención de los juzgadores y guiarlos,en consecuencia. Sin embargo, la resolución de esto no es una carga obligatoria para los abogados.

A diferencia de los jueces, los abogados indudablemente deben ser parciales.

Por ejemplo para que pueda existir una sentencia que se considere justa, esta debe resultar de la ponderación de posturas divergentes que coloquen al juez en un contexto similar a la realidad de los hechos que generan la controversia.

En dicho orden de ideas, el único que está obligado a ser imparcial en su proceder solo puede ser el juez;

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