El Niño Feliz
Enviado por • 25 de Septiembre de 2014 • 823 Palabras (4 Páginas) • 253 Visitas
significa ser feliz? ¿Cómo llegamos a ser felices? ¿Quién influye en nuestra felicidad? Estas son algunas de las muchas preguntas que nos hacemos los adultos acerca de la felicidad, no solo para poder llegar a ella sino para poder transmitirles las “respuestas” a los niños que forman parte de nuestras vidas.
Antes de leer el libro de “Mi Niño Feliz” mis respuestas fueron un poco confusas: “significa sentirse satisfecho con todos los logros personales” “luchando para alcanzar lo que queremos” “todo quien tenga contacto conmigo en el presente”. Al terminar el libro me di cuenta que, tanto las respuestas de estas preguntas como de otras, se pueden resumir en el AUTOESTIMA. En el valor de sí mismo, que se desarrolla a lo largo de la vida donde influyen todos los que tienen y han tenido contacto con uno.
Pero entonces se formulan nuevas preguntas: ¿cómo logramos llegar a un autoestima alto que nos pueda influenciar en ser felices o no? Gracias a este libro, no solo podemos entender cómo llegamos a tener un alto autoestima, sino más importante aún, entendemos cómo podemos influenciar en otros para que lleguen a la felicidad sin sentir barreras.
A continuación se responden cuatro preguntas que consideré abarcaban el tema según un enfoque para maestras, porque además de los padres, nosotras también somos parte de los niños que van a nuestras aulas.
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El niño cuando nace no se diferencia de su madre sino hasta los dos años y medio donde se identifica como un individuo separado de ella. Una vez que se sepa diferente a su madre y a los demás, reconoce qué es de él y qué no lo es. Paralelamente recibe mensajes de quienes están a su alrededor por medio del contacto físico, la satisfacción de sus necesidades, los tonos de voz cuando le hablan y las expresiones faciales. (Corkille, 1983). Estas primeras experiencias que tiene el niño son esenciales para que él se sienta querido, valorado e indispensable como individuo en su entorno. Luego, cuando comienza a entender la palabra, éstas también influirán en las “impresiones tempranas de sí mismo” (Corkille, 1983) sin dejar atrás a las anteriormente nombradas.
Es importante saber que los espejos no siempre reflejan mensajes positivos, también reflejan mensajes negativos que pueden perjudicar fuertemente el desarrollo del auto-concepto del niño. Cuando estos mensajes negativos son más frecuentes y más intensos, se ve afectado el auto-concepto del niño y éste, en vez de pensar que esos mensajes están equivocados, comienza a dudar de sus habilidades y capacidades e incluso pensar que no merece ser querido por sentirse no capaz al no llenar las expectativas de los demás.
Según Craig (2002) el niño, a medida de que crece, va creando un auto-concepto cada vez más parecido a la realidad y más estable en su interior porque conoce
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