El Niño Feliz
Enviado por chivas23 • 25 de Noviembre de 2012 • 1.063 Palabras (5 Páginas) • 407 Visitas
El libro “El niño feliz”, es la clave Psicológica, de la autora Doroti Corkie Briggs, es el resultado de la experiencia y trato diario como psicológica escolar y consejera de matrimonios y familias. Ella argumenta que la clave del éxito de los padres es ayudar a los niños a sentirse cómodos siendo ellos.
Para conseguir ese éxito, debemos tener en cuenta que los adultos somos espejos para los niños, donde aprenderán a crear su propio yo. Cada niño se valora tal como ha sido valorado. Cuando el niño forja su autoestima, hay que tener cuidado con los juicios que acompañan nuestras palabras, el lenguaje corporal habla siempre más alto que las palabras. Toda identidad positiva se articula en experiencias vitales positivas.
Los niños buscan una imagen de sí mismos de capacidad y fuerza, y ajustan la conducta a su autoimagen. La forma en que actúa un niño nos muestra si se encuentra en una posición fuerte o débil. Si se considera incapaz en un aspecto espera fracasar y actúa sin seguridad. Debemos enseñarle a actuar pensando en conseguir su meta, no en fracaso. Así actuará con seguridad y mejorará sus resultados.
Cuando los niños no logran desarrollar el respeto por sí mismos, emprenden caminos distintos sobre la base de tres posibilidades, a saber:
1.- ERECCIÓN DE DEFENSAS (elaboración de diversas cubiertas para los sentimientos de ineptitud),
2.- SUMISIÓN (aceptación de la ineptitud como hecho y comienzo de una vida de auto anulación) y
3.- RETRACCIÓN (retiro a un mundo de fantasías para contrarrestar los rechazos que sufren).
Las defensas se colocan en torno a las debilidades, no de la fuerza y la aptitud. Estas máscaras se emplean para ocultar un “yo sin valor”. Aplastar la autoestima de los niños les impide el crecimiento positivo; de hecho, fomenta el desarrollo distorsionado y defensivo. Estas defensas alejan a los demás, y le dejan insatisfecha su necesidad de recibir reflejos positivos.
Si el niño no tiene una buena imagen de sí mismo, ignora o rechaza los reflejos que no concuerden con esta imagen, porque debe ser coherente consigo mismo. La baja autoestima se encuentra ligada con el planteo a uno mismo de exigencias imposibles de cumplir. La baja autoestima rígida es el resultado de la acción de muchos factores negativos durante mucho tiempo.
La inexperiencia, las normas, los conflictos no resueltos, nuestras necesidades insatisfechas y nuestros valores culturales, los transformamos en expectativas.
Las expectativas que tenemos sobre los niños se transforman en varas con las que los medimos. Ellos rara vez las ponen en tela de juicio, pero dudan de su propia aptitud personal. La confianza del niño en sí mismo debe referirse a lo que él es realmente, no a las imágenes de los demás.
Si el niño siente que no cumple con lo que esperamos de él, pierde el respeto por sí mismo. Deberíamos basar nuestras expectativas sobre el desarrollo del niño, la observación alerta y la sensibilidad respecto a las presiones sufridas por los niños. Hay que revisarlas a menudo.
Los verdaderos encuentros son atención concentrada que el niño necesita para sentirse amado. El exceso de atenciones materiales, la sobreprotección, las expectativas fuera de lugar… no le transmiten amor al niño. Si nos mostramos preocupados y distantes
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