El Presidente Ilegitimo

INTRODUCCIÓN

Carlos Salinas de Gortari, un hombre de bastante imposición, que demostraba una presencia y una admirable confianza en sí mismo. Este personaje comienza su historia como Secretario de Programación y Presupuesto en el sexenio de Miguel De la Madrid Hurtado, en el cual desempeñó exitosamente su puesto, su formación académica le había ayudado a obtener ese lugar, pero la gran visión de este personaje lo fue colocando en una posición más y más adecuada para llegar al poder, la presidencia era anhelada por Salinas de Gortari y supo moverse rápidamente para evitar quedar fuera del juego, es increíble cómo fue tan rápido el ascenso de este hombre, su inteligencia y su sed de poder lo colocaron en la mejor posición del juego para poder así lograr el premio más grande.

17 de agosto de 1987 se dio la lista de quiénes competirían por el poder, una lista de posibles candidatos, una lista de seis personas que lucharían arduamente por quedarse con el premio mayor, entre estos se encontraba “Carlos Salinas de Gortari”, la carrera había comenzado y la oportunidad para Salinas estaba dada, días después, se presentaría ante la dirigencia nacional del partido, para expresar su posición como precandidato, la cual al parecer convenció para ser el candidato oficial por el partido, su manera de expresarse se vio de forma populista y recordando las “raíces” del partido, en las cuáles basaba su discurso.

En este discurso hecho el 27 de agosto de 1987, literalmente, se había puesto la banda de candidato oficial, ya que unos días después, el 4 de octubre de ese mismo año, tomaría protesta como candidato oficial del partido a la presidencia de la república. Su meta se había logrado, y el poder estaba aún más cerca de lo que él pensaba, pero en ese mismo año acababan de suceder fricciones en su partido, Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz se separaban del PRI, demostrando su amplia corrupción, esto trajo al partido grandes problemas, puesto que alguien que había estado en su partido sabría cómo atacarlos exactamente, el temor a una derrota había crecido, ya que uno de los fundadores del partido, ahora estaba en su contra.

Salinas tenía la misión no solo de ganar, sino de convencer que ganaría exitosamente y que sería un proceso auténticamente democrático, comenzó promoviéndose de una manera populista, haciendo uso de los sindicatos de afiliación priista, utilizando a esa gente para convencer al pueblo que faltaba, comenzó a recorrer la república pregonando sus planes de modernización a la sociedad y al campo.

El día 6 de julio de 1988 gana las elecciones a la presidencia, inmediatamente después de haberse publicado los resultados, se hizo notorio el desacuerdo de la población, puesto que era un fraude evidente, el pueblo estaba bastante molesto y resentido con el partido en el poder, aún con la molestia de la gente Salinas tomó protesta el 1º de Diciembre de 1988.

El gobierno de Salinas comenzó tambaleante por el efecto del fraude electoral, al iniciar el sexenio, lo único que tenía en mente Salinas, era tratar de justificar su estancia en el poder, ya no demostrar su legitimidad que era dudada por todos, sino demostrar que la decisión de haber llegado hasta ahí había sido la adecuada.

Salinas inmediatamente comenzó a conciliar con el pueblo, inició con reformas estructurales en el campo y en el artículo 27 constitucional, así concedía varios derechos y cumplía lo prometido en campaña, también comenzó con una conciliación dentro de todo el país, tanto con los intelectuales como con la Iglesia al reformar también el artículo 130, nuestro país comenzó a funcionar de una manera objetiva, por primera vez en mucho tiempo, nuestra economía comenzaba a tomar un rumbo claro, al parecer el exitoso, experimentado y joven grupo de trabajo de Salinas comenzaba a dar resultados, la popularidad del presidente comenzaba a crecer así como la veracidad en sus hechos, la creación del programa Solidaridad desde principios del sexenio estaba funcionando, tanto en el campo como en zonas marginales, el apoyo ya no era con palabras o promesas de campaña era con dinero en efectivo, al presidente se le llegó a tomar como un “todo lo puede”, nuestra mente estaba en el primer mundo, los viajes del presidente a todas partes, las negociaciones con todo el mundo y la fuerte creencia de que este país progresaría con la mano de este personaje eran notorias. El capital de los inversionistas se veía en nuestros bolsillos, existía una apertura económica para los empresarios, tanto mexicanos como extranjeros en fin, la economía estaba aparentemente perfecta, se estaba viviendo una segunda parte del milagro mexicano, pero esta se veía mejor, puesto que en tan poco tiempo se había logrado mucho.

Durante los años anteriores, Salinas había creado un proyecto económico que parecía beneficiar a México, puesto que negociaría la creación de un bloque económico con Estados Unidos y Canadá en el cual daría la libertad de comercio que no había existido antes, se creó el TLC, Tratado de Libre Comercio, los tres países dentro de este bloque obtendrían beneficios económicos.

En noviembre de 1993 se aprobó el TLC, ya todo estaba escrito, la victoria de Salinas parecía evidente y la felicidad lo invadía, sabía que sus cartas se habían movido casi perfectamente.

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