El Renacimiento

El Renacimiento”

EL MITO DEL RENACIMIENTO.

Según Burckhardt, en la Edad Media “La conciencia humana permanecía como cubierta por un velo, soñando o en estado de duermevela… y el hombre solo se reconocía a sí mismo como miembro de una raza, un pueblo, un partido familia…” fue en el Renacimiento dónde desapareció ese velo, y el hombre se convirtió y reconoció como un individuo espiritual.

Hay otros historiadores que piensan que Burckhardt exageró con las diferencias que para él existieron entre la Edad Media y el Renacimiento, tal vez esto se debe que él tomo como propia la versión de los artistas e intelectuales del periodo y fue lo que llevo a su libro.

“Antes de estudiar historia, estudia al historiador” (E. H. Carr)

Los “hombres del Renacimiento” eran, algunos, bastante medievales, sus postulados eran más tradicionales de lo que se supone deberían ser. Petraca, por ejemplo, “uno de los primeros hombres realmente modernos” para Burckhardt, tenía muchos puntos en común con la época que él llamaba “la edad oscura”.

Los estudiosos medievalistas reunieron datos suficientes para asegurar que el Renacimiento no fue un acontecimiento singular, como creía Burckhardt y otros de sus contemporáneos, se puede decir que existieron varios “renacimientos” en la “Edad Media”, en el siglo XII de Carlomagno surgieron logros artísticos y literarios e interés por las enseñanzas clásicas, también se dice, que hubo Renacimiento fuera de Europa occidental, como en Bizancio, el mundo Islámico y en el lejano Oriente.

ITALIA: RESURGIMIENTO E INNOVACIÓN.

En este capítulo nos hablan de los principales cambios ocurridos en el arte, la literatura y las ideas, y trata de situar estos cambios en su contexto sociocultural. No había carencias en individualidades creativas, en cada de una de las obras, los hombres dejaron huella de su personalidad.

Desde 1300 hasta 1600 veremos también que muchos logros se obtuvieron por trabajo en equipo. Una característica de este movimiento fue revivir otra cultura de forma entusiasta, imitar la antigüedad, desde diferentes campos.

En la arquitectura Italiana, se conservaban aún construcciones griegas y romanas, más o menos intactas, y decidieron retomar estas formas clásicas midiendo y estudiando los edificios para reproducir los principios con los que estaban construidos. Vitrubio resaltaba la necesidad de mantener las simetrías y proporciones, comparando la estructura de un edificio con la del cuerpo humano.

En el caso de la escultura, los modelos clásicos eran de enorme importancia, viajaban a estudiar a Roma estos modelos. Los nuevos géneros de la escultura renacentista eran por lo general reediciones de los clásicos, como los bustos, los monumentos y las figuras con representaciones mitológicas.

En la pintura resulto difícil encontrar fuentes y modelos antiguos. Así que se dedicaron a tratar de imitar a los antiguos, pero lo hacían buscando, por ejemplo, que sus modelos posaran al estilo de las esculturas y los retratos de perfil. Se logró producir un avance que no tenía nada que ver la Antigüedad: las leyes de la perspectiva lineal.

Tenían una gran preocupación por la apariencia de las cosas, lo que Burckhardt llamó “realismo”, los artistas trataban de representar lo que para ellos era la vida real.

Las llamadas “artes liberales”, que eran la literatura y la enseñanza gozaban de un gran prestigio sobre todo entre los estudiantes de la época. Un idioma beneficiado fue el latín clásico.

“Durante varios siglos nadie ha hablado latín correctamente, y ni siquiera ha existido quien al leerlo lo entendiese correctamente” (L. Valla, 1440)

Los intelectuales recuperaron los géneros literarios de la antigua Roma: la épica, la comedia, la oda, la pastoral, etc. y las ideas se empezaron a plasmar en diálogos, imitando a los antiguos.

El término “Humanismo” se originó en el siglo XV, formaba parte del lenguaje de los estudiantes universitarios para referirse al profesor de humanidades, que englobaba cinco disciplinas: gramática, retórica, poética, historia y filosofía moral.

Los postulados básicos de los humanistas estaban reflejados en el diagrama del humanista francés Charles de Bouelles que dice que hay cuatro niveles de existencia y cuatro tipos de ser humano, el haragán, el glotón, el vanidoso y el intelectual.

“La humanidad es perfectible, pero sólo el humanista es verdaderamente humano” (C. Bouelles)

Leonardo Bruni,

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