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El contexto para el surgimiento del nazismo


Enviado por   •  5 de Marzo de 2022  •  Monografía  •  2.531 Palabras (11 Páginas)  •  93 Visitas

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INTRODUCCIÓN

DESARROLLO

El contexto para el surgimiento del nazismo

Tras el final de la Primera Guerra Mundial, la primera mitad del siglo XX estuvo caracterizada por la crisis de los regímenes liberales; el desarrollo de una revolución de carácter comunista en Rusia; la emergencia del fascismo en Italia y el alzamiento de la República Española, que dio inicio a la Guerra Civil y, luego, a la dictadura franquista. La posguerra presentó variantes totalitarias en diferentes países.

Es en ese contexto que emergió el nazismo, cargado de una prédica que condenaba, en principio, el Tratado de Versalles, el armisticio firmado en 1919 por el cual Alemania asumía las responsabilidades y los costos de la guerra. De acuerdo a las condiciones impuestas por los vencedores, Alemania, debía pagar indemnizaciones por las consecuencias devastadoras de la guerra, desarmarse y realizar importantes concesiones territoriales. En el mismo marco, reinaba un fuerte descontento contra la

República de Weimar, por su tolerancia con la actividad desarrollada por los sectores comunistas y por una inflación que alcanzaba niveles nunca vividos.

Hacia 1923, el movimiento liderado por Adolf Hitler realizó su primera intervención pública trascendente: el Putsch de Munich o golpe de la Cervecería. Este intento fallido de golpe de Estado contra la República de Weimar concluyó con la condena a prisión de Hitler. Durante su reclusión, escribió un texto que, rápidamente, se transformó en el programa del nacionalsocialismo alemán: Mein Kampf (Mi Lucha), donde están las bases ideológicas de su movimiento, una prédica anticomunista acompañada por un profundo antisemitismo.

¿Cómo se fueron desarrollando las políticas persecutorias?

En este apartado vamos a desarrollar una breve descripción de la evolución de las políticas persecutorias que el nazismo implementó desde su ascenso al poder. En principio, estaban centradas en la identificación y posterior aislamiento de las personas judías, pero también afectaron a la comunidad gitana por su supuesta “inferioridad racial” y a otros grupos señalados por motivos políticos, ideológicos, religiosos o de elecciones sexuales. Entre ellos, los comunistas, los socialistas, los testigos de Jehová y las disidencias sexuales. Así como también, las personas con discapacidades y enfermedades mentales.

Las primeras víctimas, fueron los y las opositores/as políticos/as, comunistas y socialistas. En marzo de 1933 se le dio forma al primer campo de concentración, en Dachau, donde se envió a estos grupos. Se trató del primer campo de concentración construido por el régimen, que luego también instaló otros campos en los distintos países que fueron ocupando.

La primera escalada antisemita ocurrió con el boicot a los comercios de judíos en abril de 1933 y con la famosa “quema de libros” de mayo de ese año, que fue transmitida por radio a toda Alemania. Allí, el ministro de propaganda del Reich, Joseph Goebbels, declaró: “Hombres y mujeres de Alemania, la era del intelectualismo judío está llegando a su fin y la consagración de la revolución alemana le ha dado paso también al camino alemán”.

Quema pública de libros prohibidos por los nazis. Berlín, 10 de mayo 1933

A partir de allí y de modo creciente, se desarrolló una política discriminatoria, que paulatinamente fue excluyendo a la población judía de la gran mayoría de las actividades de la vida cotidiana de toda la sociedad y de todos sus derechos como ciudadanos/as. De pronto, se les prohibió la posibilidad de ejercer como abogados, docentes, médicos y los alumnos y alumnas de religión judía fueron excluidos de las escuelas donde concurrían anteriormente.

En 1935 se aprobaron las denominadas, Leyes de Nüremberg que incluyeron la Ley para la Protección de la Sangre Alemana y del Honor Alemán, a partir de la cual se determinaba quién era ciudadano alemán y quiénes pertenecían a otras naciones o “razas”. Quedaban expresamente prohibidos los matrimonios entre arios y judíos, así como las relaciones sexuales extramatrimoniales entre ellos. Esa disposición también se aplicaba a los matrimonios entre arios y gitanos o negros.

Las ordenanzas incluían, además, dos prohibiciones adicionales para las personas judías de Alemania:

● Izar la bandera del Reich y la bandera nacional.

● Contratar a empleados/as no-judíos/as en sus hogares.

De acuerdo a esta Ley, se establecía que ninguna persona judía, podía ser ciudadano/a del III Reich. Los/as judíos/as de Alemania se convirtieron, en este primer momento, en personas con derechos limitados, se les prohibió ejercer cargos públicos y se les canceló el derecho al voto. Las llamadas Leyes de Nüremberg le otorgaron sistematicidad orgánica y jurídica a una sucesión de disposiciones que el régimen venía implementando desde su conformación.

El año 1938 fue clave en la escalada de violencia antisemita: se produjo la expropiación sistemática de bienes de las personas judías (la llamada “arianización”) y se llevó a cabo el Pogrom - linchamiento en el que participan varias personas, espontáneo o premeditado, de un grupo particular, étnico, religioso u otro, acompañado de la destrucción de bienes materiales- conocido como la “Noche de los Cristales Rotos”.

Aquella terrible jornada del 9 de noviembre resultó un punto de inflexión en las políticas del nazismo hacia la comunidad judía. Hasta ese momento todas las medidas contra esta comunidad eran disposiciones legales que los y las excluían de la sociedad. Pero ese día comenzó otra fase que no tendría vuelta atrás: la de la violencia física. Entre el 9 y el 10 de noviembre fueron quemadas más de 1000 sinagogas, destrozados más de 7000 comercios, cerca de 100 personas judías fueron asesinadas y fueron saqueados cementerios, hospitales, escuelas y hogares de familias judías. Todo esto por parte de la población civil, mientras la policía se mantenía al margen.

Ese trágico episodio se lo conoce como “Kristallnacht”, "Noche de los cristales rotos", por los destrozos de los vidrios de los negocios que quedaron desparramados cubriendo las calles de toda Alemania. A partir de ese momento nada fue igual porque había quedado evidenciada la inercia de una sociedad que no reaccionaba a pesar del incremento de la crueldad de las persecuciones.

Gran parte de la campaña del nacionalsocialismo se sostuvo en la circulación de imágenes peyorativas sobre quienes eran considerados los enemigos de Alemania y la“raza aria”.

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