El surgimiento del Imperio Macedónico en el siglo IV a.C.
Enviado por dannypenuela • 24 de Febrero de 2015 • Trabajo • 1.769 Palabras (8 Páginas) • 241 Visitas
El surgimiento del Imperio Macedónico en el siglo IV a.C. inauguró una era de organización en gran escala, que alcanzó más tarde su más plena expresión en el estado mundial romano. Así, la polis ya no era el núcleo político significativo, eclipsada por formas estatales gigantescas, carentes de los atributos de sociedades vigorosamente políticas. La creciente disparidad entre las nuevas realidades de la vida política y los criterios políticos del pensamiento griego clásico, provocaron una crisis intelectual que persistió hasta el advenimiento del cristianismo. A partir de la época helenística, se intentó repetidamente adaptar las categorías del pensamiento clásico a una situación sin precedentes, en la cual masas de hombres, dispersos a grandes distancias y de diferentes razas y culturas, habían sido reunidos en una única sociedad y erangobernados por una única autoridad.
En el terreno de la filosofía política el desdén y la oposición comenzó a manifestarse de un modo más o menos vertebrado. La forma común adoptada por esas diversas filosofías de protesta o indiferencia -y su significación alarmante en los siglos IV y III a.C.- sólo puede ser comprendida teniendo presente la presunción ética que había tras de todo lo que Platón y Aristóteles escribieron acerca del estado. Y esa presunción consistía en que una vida buena implica la participación en la vida del estado. Por consiguiente, la esencia de la protesta consistió en negar dicha presunción. La autarquía que Platón y Aristóteles habían concebido como atributo del estado, pasa a serlo del ser humano considerado como individuo. El bien se convierte en algo que no es estrictamente concebible dentro de los confines de la ciudad-estado -un bien de intimidad y retraimiento-.
Aunque la vida de las ciudades griegas siguió siendo activa mucho después de la conquista macedónica del siglo IV a.C., las realidades de la existencia exigían repensar por entero la naturaleza de lo político. Aunque el vocabulario griego subsumiera la diminuta polis y las ligas de ciudades desparramadas bajo una palabra única: koinon, no se podía dejar de advertir que la ciudad denotaba una asociación intensamente política, en tanto que las ligas, monarquías e imperios subsiguientes a la declinación de la polis eran organizaciones esencialmente apolíticas. En consecuencia, mientras que la teoría política griega había tenido como tarea histórica descubrir y definir la naturaleza de la vida política, tocó al pensamiento helenístico y romano posterior redescubrir el significado que podía tener la dimensión política de la existencia en una era imperial.
La expansión de Roma, desde una ciudad-estado típicamente pequeña hasta un enorme imperio, se llevó a cabo primordialmente durante el período de la república. El intento de gobernar este enorme espacio conservando los valores e instituciones de una pequeña comunidad política impuso al sistema graves presiones. Al mismo tiempo, las exigencias de espacio y los objetivos institucionales era acompañada por unaintensificación del conflicto y la rivalidad políticos.
Antes la lealtad provenía de un sentimiento de participación común; ahora debía centrarse en una común reverencia hacia el poder personificado. La persona del gobernante servía de meta para las lealtades, de centro común que vinculaba las partes dispersas del imperio. Esto se conseguía transformando la monarquía en un culto y rodeándolo con un complicado sistema de signos, símbolos y devoción. La "actividad política visual" de una época anterior, cuando los hombres podían ver y sentir las formas de la acción pública y establecer comparaciones significativas con su propia existencia, daba paso a la "actividad política abstracta", la actividad política desde la distancia, en que los hombres eran informados acerca de acciones públicas poco o nada semejantes a la economía doméstica ni a los problemas de mercado. En este sentido, los símbolos eran indicadores esenciales de la existencia de una autoridad. La megalópolis había desplazado a la polis; y en esta nueva dimensión espacial resultaba anacrónica la antigua concepción de la asociación política, tal como la mantenida mediante una amistad entre familiares.
Es lógico que el ocaso de la ciudad-estado pondría de manifiesto sentimientos de rechazo. Una actitud derrotista, una desilusión y una tendencia a apartarse de la vida pública y crearse una vida privada en la que los intereses públicos tuviesen un papel pequeño y aún negativo, se tradujo en que una carrera política pasó a resultar algo indiferente o incluso una desgracia real. El fracaso obligó por primera vez a los hombres acrear ideales de carácter personal y de felicidad privada de un tipo tal que un griego educado en los ideales de la ciudad-estado difícilmente podría considerar como una renuncia. Dentro de estas corrientes se destacan, los epicúreos, los cínicos y los estoicos.
La importancia de su vida en la formación de su pensamiento político fue capital, porque siempre estuvo encaminada a la implantación de su Estado Ideal, cosa que intento sin conseguirlo, donde los ideales de justicia, solidaridad, orden, moderación, virtud y leyes ecuánimes imperaran. Además, siguiendo los pasos de su maestro Sócrates, fundó la Academia para dedicarse a la enseñanza de sus teorías. Por último decir que lamuerte de Sócrates, víctima de resentimientos reaccionarios, hizo comprender a Platón que la política de su ciudad estaba separada de su criterio personal.
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos36/vida-de-platon/vida-de-platon2.shtml#ixzz3SVv17Rus
...