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Esquema de la evolución del arado


Enviado por   •  29 de Enero de 2015  •  Ensayo  •  2.022 Palabras (9 Páginas)  •  366 Visitas

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Arado (agricultura)

Arado tirado por caballos.

Esquema de la evolución del arado.

El arado es una herramienta de labranza utilizada en la agricultura para abrir surcos y remover el suelo antes de sembrar las semillas. Se puede considerar como la evolución del pico y de la azada. En un principio el arado era tirado por personas, luego por bueyes o mulas, y en algunas zonas por caballos, actualmente también los tractores tiran de ellos. Arar aumenta la porosidad, que favorece el crecimiento de las plantas, aunque al remover el suelo se pierde agua por evaporación y algo de suelo por erosión, y las eventuales lluvias lavan los nutrientes y abonos que puedan haberse aplicado al suelo, generando pérdidas.

El arado surgió posiblemente en Mesopotamia. El arado tradicional tirado por animales procede del arado romano, que consta de una esteva (para guiar) y reja (de hierro) que es la que rompe el terreno.

El arado Rotherham fue construido en Inglaterra en 1730. Su forma triangular hizo más fácil tirar de él y se adaptó para ser tirado por caballos. Fue construido por el holandés Joseph Foljambe y marca el comienzo de su fabricación industrial.

Arados tirados por animales[editar]

Los arados, según las diferentes costumbres locales, pueden ser tirados por caballos, bueyes o mulas. En los países de tierra arenosa y desmenuzable, los asnos tiran muchas veces de un arado ligero. Esta yunta era muy común en Calabria y Sicilia; ya que los asnos de aquellas tierras son tan fuertes como los buenos mulos de mediana talla: por otra parte, es tan fértil el terreno en estas comarcas, poco cultivo para producir abundantes cosechas. Lo mismo podría decirse de los burros de las provincias meridionales de España.

Arado tirado por búfalos en Camboya

En muchos parajes de la campiña de Roma la mayor parte de las tierras se labraban con búfalos una vez domados y acostumbrados al yugo. No hay otra yunta que le iguale para dar un buen cultivo a las tierras. Jamás los desanima un trabajo penoso y difícil y jamás rehúsan tirar, a menos que sean superiores a sus fuerzas los obstáculos que tienen que vencer. Los manejaban con riendas atadas a un anillo que atraviesa la ternilla de sus narices y de este modo conducían también los bueyes, sea para el arado, sea para el tiro de las carretas.

Antiguamente, no se empleaban los caballos para el cultivo de las tierras: todas las labores y todos los trabajos relativos a la agricultura se hacían con bueyes.

Este método se usa todavía en una gran parte de Italia; pero en algunas de sus provincias apenas se halla una yunta de bueyes. Los caballos y mulos hacen la labor con más prontitud y por esto sin duda los han preferido para los trabajos del campo. El buey por el contrario, como tiene el paso más lento, no acaba tan pronto la labor pero en recompensa el cultivo hecho con ellos es más uniforme y esta ventaja indemniza del tiempo que gasta de más. La lentitud de su marcha permite al labrador manejar su arado como quiere sin fatigarse mucho; de modo que la reja penetra en la tierra a la profundidad que se desea, sin verse en la precisión de examinar continuamente si el surco va derecho o si prosigue en la misma profundidad, como debe atender cuando tiran del arado caballos o mulos porque la velocidad de su marcha, por lo común poco uniforme, da al juego trasero del arado unas sacudidas que descomponen la dirección de la reja, volviéndola de lado o levantándola, lo cual disminuye su introducción.

Arado tirado por caballos

Arado tirado por bueyes

En los terrenos fuertes, difíciles y desiguales es preferible una yunta de bueyes a otra de caballos, porque el buey está más dotado para resistir un trabajo penoso que el caballo y porque éste se fatigaría mucho antes. Es más fácil hacer con bueyes el cultivo que exigen estas tierras porque además de ser más fuertes para el tiro que los caballos, son también más sufridos en el trabajo por penoso que sea. Cuando es bien franca una tierra y uniformes, con corta diferencia las resistencias que opone, entonces tira el caballo bastante bien sin incomodarse pero si está es una tierra arcillosa, por poco resbaladiza que sea, sus pies no tienen firmeza y tira con negligencia y a empujones. Lo mismo sucede con los mulos, que no siempre se manejan como se quiere: especialmente cuando son falsos y reacios, como se verifica algunas veces.

En los países de cerros o de montañas, la dificultad de cultivar las tierras hace que los caballos no sean muy a propósito para el tiro de los arados; porque no resistirían un género de trabajo que apuraría sus fuerzas y los pondría bien pronto en el estado de no poder servir. Mejor resistirían la fatiga los mulos en semejantes países y durarían más tiempo. No obstante, los bueyes son mejores aún, porque hacen el cultivo más cómodamente y resisten más tiempo los diferentes trabajos.

Arado tirado por yaks

Los accidentes a que están expuestos los animales que se emplean en el cultivo de las tierras, la facilidad mayor o menor de sustentarlos y el provecho que se puede sacar de ellos cuando no están en estado de servir debe influir en la elección que se haga, porque pueden disminuir los gastos del cultivo. La yunta o canga de dos asnos es sin contradicción la menos dispendiosa porque su manutención cuesta menos al cultivador y tiene menos accidentes que temer, pero no se puede servir de ellos para labrar indiferentemente cualquier terreno, ni puede emplearlos en otras tierras que en las francas y arenosas, pues de lo contrario solo arañarían la superficie.

La yunta de bueyes es más ventajosa para un labrador que la canga de caballos o de mulos:

• Primero, porque no están tan expuestos a ponerse malos, como los caballos o los mulos, quienes con un día de fuerte trabajo pueden quedar inservibles para el siguiente.

• Segundo, su manutención cuesta menos al labrador, porque los mantiene la mayor parte del año con paja

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