Estructura Fiscal Del México Independiente

Introducción.

La organización tributaria posterior a la guerra de independencia fue el principal objetivo y a la vez problema al cual se enfrentaron los gobiernos en turno. La sociedad pasaba nuevamente por cambios drásticos en torno al régimen político y de estructura social, la instauración de instituciones y reglamentos eran pan de cada día en el acontecer del recién nombrado México, sobre el cual la regulación fiscal no era un asunto que fuera fácil discutir y mucho menos modificar.

En este trabajo se abordará la relación existente entre la sociedad y las instituciones fiscales, respecto a los diferentes periodos gubernamentales identificados como federalista, centralista, y finalmente las ideas planteadas por Matías Romero en la reformulación de la base hacendaria nacional, sobre las cuales yacía la sociedad mexicana en el siglo XIX. Se desarrollará brevemente el trayecto seguido por las corrientes ideológicas en torno a la reestructuración tributaria y sus aciertos o errores, así como los inconvenientes presentados durante el periodo. Finalmente se tratará de llegar a una conclusión, sobre la cual se intentará presentar que en base a las reglas de juego fiscales, en el largo plazo, coadyuvarán a que en el siglo XIX, la economía mexicana en su conjunto presente una tendencia de crecimiento económico, pero con altas fluctuaciones que mermaron drásticamente la estabilidad nacional, debido a que se presentaron problemas sociales y políticos que evitaron un desarrollo sano de la recién formada nación mexicana.

Desarrollo.

La sociedad mexicana venia de un periodo en el cual pagaba altos impuesto y existían algunas clases sociales que no pagan en lo absoluto, al contrario, se beneficiaban plenamente de ellos. La estructura fiscal durante la colonia obedecía a estructuras de viejo régimen atadas a la corona española y a un tipo de gobierno atenido a los mandatos de la corona española.

El México independiente inicio su trayectoria como nación no de la mejor manera posible en materia fiscal, debido a que comenzó con una gran deuda acarreada por la guerra de independencia y sin una posibilidad rápida de liquidarla, debido a que sus medios de subsistencia como país habían sido gravemente golpeados, un ejemplo especifico fue la minería y la agricultura, por lo que el encargado en turno de conducir a México de manera oportuna enfrentó la realidad. Iturbide vio los estragos que dejaron diez años de guerra de independencia y que sobrellevar a un país de la magnitud de México no sería tarea fácil.

El ingreso de México a la vida independiente sin duda implicó un tarea de magnitudes considerables. Conscientes de esta necesidad, casi inmediatamente después de firmarse los Tratados de Córdoba, las nuevas autoridades mexicanas emprendieron diversas tareas. En el ámbito fiscal, estas consistieron en la discusión de múltiples proyectos relacionados con las tasas impositivas en las alcabalas, aduanas y pulque, la renta del tabaco, los derechos de minería y cuestiones de crédito público.

Iturbide planteó una reformulación del régimen fiscal, para de esta manera incentivar el dinamismo económico y recuperar el esplendor que había tenido México años atrás, lo cual no fue posible ya que el principal motor económico de México había sido gravemente dañado (la minería). Más allá de las reformas planteadas por Agustín de Iturbide para reactivar y poder sopesar los estragos sufridos por la guerra de independencia, se topó con que la sociedad no estaba de acuerdo con el cambio en el cobro de impuestos, por lo tanto, incrementar la base tributaria no era la mejor opción, por esta razón se optó por recurrir a solicitar financiamiento del extranjero e interno, para sobrellevar el funcionamiento del país. Dicha medida fue insuficiente, por lo que Iturbide se vio obligado a incrementar la base tributaria, la cual no fue bien vista por el congreso. De esta manera se propició lentamente el declive de su poder como emperador, hasta el punto de ser expulsado del país. Entonces inicio, nuevamente, un régimen de gobierno diferente, el “federalismo”.

Federalismo.

La organización del nuevo estado mexicano era un problema que en sus inicios se planteaba fácil, pero fue sumamente complicado organizar a la sociedad y a las instituciones en un nuevo régimen político. La creación y modificación de instituciones respecto al periodo de Iturbide pretendían corregir la situación financiera de la manera más rápida posible, de tal forma que el nuevo gobierno (Republicano), modificara las estructuras institucionales, en el mejor de los casos, o eliminara a instituciones por completo.

El proyecto de una república federal planteaba que “(…) las rentas deberían permanecer en poder de la federación debido a la necesidad de lograr uniformidad en las cuotas de derecho, así como en las acciones de cobro y recaudación”. Mientras que los estados dependían de sus alcabalas internas, éste intento de restructuración hacendaria propició problemas y disgustos en la organización gubernamental de la recién conformada República mexicana.

Centralismo.

El

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