FORTALEZAS, BALUARTES Y FORTINES EN VERACRUZ

FORTALEZAS, BALUARTES Y FORTINES EN VERACRUZ

Texto/fotos

L.C.C. Mario Jesús Gaspar Cobarruvias

El territorio que comprende el Estado de Veracruz es fascinante en muchos sentidos, tanto para los nacidos en él como para los visitantes. No por nada, es llamado El estado que lo tiene todo. Uno de los aspectos que lo hacen único, es la abundancia de fortalezas grandes y pequeñas, que nos dan testimonio palpable de la vida en el periodo histórico que conocemos como La Colonia, Virreinal o de La Nueva España. Muchos de estos edificios militares son una importante fuente de ingresos turísticos, para los que gustan de visitar sitios destacados por su historia, los hechos de armas, los prisioneros importantes o simplemente por comparar su arquitectura con los existentes en otras partes del mundo.

Sin embargo, para disfrutar mejor de ellos e interesarnos mejor en sus características, nunca está de más saber dos cosas: ¿qué es lo que estamos visitando? y sabiendo esto podemos preguntar ¿hay otros más así?

Todos hemos escuchado mencionar las palabras Fortaleza, Fortín, Fuerte, Castillo, Batería, Artillería, etc. Y tenemos una idea de que trata cada una. Pero conociendo mejor su significado y las cualidades de aquello a lo que se refieren, podemos saber mejor e incluso darle su debida importancia a esas cosas enormes que a veces tenemos cerca de casa pero que nunca hemos podido comprender que son. Y menos aún ¿por qué la gente de otros países se interesan tanto en ellos?

Hagamos un poco de historia. Entre 1519 y 1821, los conquistadores españoles levantaron numerosas construcciones que podemos llamar genéricamente como FORTIFICACIONES (del latín fortis– fuerte y facere-hacer, en referencia a su papel de defensa de la población civil y guarniciones militares en la guerra). La primera en Veracruz fue el llamado Fuerte de Cortés en la Villa Rica de la Vera Cruz de Archidona, cerca de Quiahuixtlán. Las más grandes de ellas se levantaron en el siglo XVIII en previsión de una invasión inglesa que nunca ocurrió, otras son complemento de las mayores y las más pequeñas, que se edificaron siempre, pertenecen a épocas difíciles, situaciones de emergencia o como soluciones militares con mucha economía de dinero. Algunas son puramente coloniales y otras se hicieron en tiempos del México independiente pero siguiendo la experiencia en fortificar aprendida de los europeos.

De esta forma tenemos:

CIUDADES AMURALLADAS. En el Estado de Veracruz tenemos únicamente un ejemplo de la época virreinal y era la misma ciudad de Veracruz rodeada de murallas. Como es bien sabido, la rodeaban 2 grandes baluartes en sus esquinas norte y sur llamados Concepción y Santiago dotados de numerosos cañones y 6 pequeños. Disponía de 3 puertas de acceso, una guarnición de 1.500 soldados en 1763 y albergaba en su momento de mayor expansión económica y demográfica alrededor de 16.000 habitantes. Se construyó en 1634 y 1790, siendo demolida a partir de 1880 para ampliar la ciudad y modernizarla. Dentro de esta categoría tenemos las ciudades de Campeche y Cartagena de Indias en Colombia.

BALUARTES-BASTIONES. Reciben este nombre las pequeñas fortalezas poligonales ubicadas en los extremos de las murallas. Servían para concentrar la defensa en puntos fuertes capaces de resistir las pesadas balas de artillería no-explosiva capaces de abrir grandes brechas. De la antigua ciudad amurallada de Veracruz, hoy solo sobrevive el Baluarte de Santiago o de La Pólvora edificado a partir de 1635, con 24 cañones en 1763. La costumbre española les asignaba nombres de santos católicos.

FORTALEZAS. Así se definen los grandes recintos amurallados dotados de varios baluartes, pero que no llegan a ser tan grandes como una ciudad y están en zonas solitarias donde deben defenderse con sus propios recursos. A diferencia de los antiguos castillos medievales, las murallas son más cortas y espesas, y en lugar de torres poseen

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