Futuro De Las Prisiones

Asimismo las preventivas se dividen en prevención general y prevención especial, la primera utiliza la pena en referencia a la colectividad y la segunda emplea la pena con única referencia al delincuente que ha cometido el hecho punible y la ejecución de la misma se concibe como el medio idóneo para evitar que el infractor de la norma delinca de nuevo.

Las teorías relativas más modernas señalan varios fines a la pena que son la intimidación, la corrección y la incapacidad del delincuente.

Finalmente existen las teorías mixtas que tratan de hermanar los dos puntos de vista de las absolutas y las relativas, fusionando la justicia absoluta con la finalidad socialmente útil, es decir, la retribución con un fin útil.

En la actualidad los trabajos de investigación su objetivo solo se ha enfocado en la prevención especial, es decir, en la prevención de la reincidencia de los delincuentes que comparecen ante los tribunales y que son condenados.

La intimidación se cree que es la amenaza de un castigo y es un medio eficaz para intimidar a los posibles delincuentes o para evitar que los que ya cometieron el delito vuelvan a hacerlo, sin embargo, no existe ninguna prueba científica de que realmente surta el efecto intimidante de la pena; pese a esto los legisladores y autoridades siguen pensando que la mejor solución de luchar contra el crimen consiste en aumentar las penas.

La intimidación puede ser absoluta o relativa, total o parcial y directa o indirecta.

La amenaza, a causa de las consecuencias desagradables que lleva consigo, puede reducir la criminalidad al cambiar la conducta de los individuos.

Respecto a la pena, hay ciertos aspectos éticos, económicos y políticos que se pueden dar en la aplicación de la misma; no debería permitirse ninguna pena a menos que su utilidad para conseguir cualquiera de sus objetivos sea manifiesta y a condición de que sus efectos desfavorables no anulen los favorables, debieran excluirse las penas que violen los derechos humanos, de ahí el deber de las autoridades administradoras de justicia de efectuar investigaciones sobre el efecto intimidante de la pena.

Los económicos pueden notarse con el incremento de los cuerpos policiacos, mayor movilización de los mismos y las largas penas privativas de libertad, pueden suponer costos diferentes; y los políticos es que los jueces evitan pronunciar penas demasiado severas con el fin de no incurrir en injusticias flagrantes.

La principal característica de la intimidación es la amenaza de un hecho o conducta desagradable. La amenaza comprende, a su vez, un agente que conmina y una audiencia amenazada.

Ante la amenaza, existen diferencias importantes de actitud según las sociedades, los individuos que las forman, los tipos de conducta sobre los que se pretende ejercer la intimidación, la forma de transmitir la amenaza, la aplicabilidad y credibilidad de la misma.

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