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Hacemos Tabla Rasa Del Pasado


Enviado por   •  27 de Febrero de 2013  •  2.491 Palabras (10 Páginas)  •  532 Visitas

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¿Hacemos tabla rasa del pasado?, Jean Chesneaux

Guía de lectura: capítulo1

1-¿Cómo y por qué reformula el autor la idea de que “el pasado manda al presente”?

Chesneaux reformula la idea de que el pasado manda al presente explicando que el pasado es el producto y tejido fundamental de la memoria colectiva, y que el pasado tiene sentido en relación con lo que significa para nosotros, porque hay una relación activa de carácter colectivo con el pasado. En esta relación se prioriza el presente, y el conocimiento del pasado es necesario en función del porvenir, puesto que a partir de él se puede comprender mejor la sociedad presente y en base a ello cambiarla. (Por eso, el pasado es el punto de referencia que permitiría criticar el presente y definir para el porvenir la exigencia de una sociedad cualitativamente distinta.)

De esta manera, Chesneaux se opone a la pretensión de los historiadores profesionales, que pretenden acaparar el pasado en el marco del profesionalismo, cuando en realidad para el autor su trabajo forma parte de la relación colectiva con el pasado tan sólo como un aspecto particular, dependiente de su contexto social y la ideología dominante. De manera que ante la coacción y la necesidad que encarna este conocimiento activo, Chesneaux propone hacer tabla rasa y dar a la historia y al conocimiento histórico una definición más colectiva y menos especializada y técnica, en la que el pasado acaparado por los historiadores especializados ya no esté en el puesto de mando dando lecciones y juzgando, encarnado por la versión oficial del pasado, conforme con los intereses del poder.

2-¿Cuál es la postura de Chesneaux frente a la objetividad histórica? ¿En qué campo se sitúa el saber histórico?

Chesneaux considera que no es posible la objetividad histórica, puesto que el conocimiento del pasado es un factor activo del movimiento de la sociedad con un compromiso concreto y que tiene que ir a dar una práctica social. De manera que no es neutral, puesto que penetra y se ventila en las luchas políticas e ideológicas: es una zona de disputa que interviene en la lucha de clases, al servicio del conservadorismo social o al servicio de las luchas sociales.

El saber histórico se sitúa sobre la base de la relación colectiva y activa con el pasado, con lo cual se invierte radicalmente la relación presente-pasado, puesto que de esta manera, no es el pasado el que manda ni el que da lecciones, sino que se produce la primacía del presente, que plantea los problemas y las amenazas. Sin embargo, el presente requiere al pasado en relación con el futuro, para no sólo poder “vivir el presente”, como afirmaba Lucien Febvre, sino también cambiarlo en el marco de as luchas establecidas. De esta manera, la relación activa con el pasado tiene un carácter operatorio, y la memoria colectiva, la apelación a la historia, actúan en última instancia con respecto al futuro.

3-¿Cuál es para Chesneaux la trama de la historia?

La trama de la historia es, según Chesneaux, la relación dialéctica entre el pasado y futuro, hecha a la vez de continuidad y de ruptura, de cohesión y de lucha.

Para sostener esto Chesneaux alude a Mao quien sostiene que “la historia de la humanidad es un movimiento constante del reino de la necesidad hacia el reino de la libertad. En una sociedad donde subsisten las clases, la lucha de clases no puede tener fin. Y la lucha entre lo viejo y lo nuevo, entre lo verdadero y lo falso, se proseguirá indefinidamente en la sociedad sin clases [… La función última del saber histórico es pues] hacer un balance de las experiencias de la humanidad, en materia de descubrimientos, en materia de invención, en materia de creación, en materia de progreso”.

4-¿Cuáles son para el autor las “falsas evidencias del discurso histórico”?

Para el autor las falsas evidencias del discurso histórico son:

-El intelectualismo: Corresponde a la consideración del conocimiento intelectual del pasado como un objeto válido por sí mismo, independientemente de la vida social concreta. Para sostener esto los historiadores construyeron una distinción entre la historia que se hace, que correspondería a las cuestiones de los “políticos” (la que se escribe con la intervención, en algunas ocasiones, de las masas populares), y entre la historia que se escribe, que estaría bajo el mando de los historiadores. Estos tomaron al intelectualismo como algo natural, a tal punto que se arraigó entre ellos, y asimismo, las masas se han acostumbraron a él.

-El objetivismo apolítico: Chesneaux considera la historia tiene un papel en la vida política y social, y que no se puede realizar una división entre “profesión” (los temas de estudio de los historiadores y la forma en que son llevados) y sociedad.

Por esto critica a la frase que Fénelon escribió en el siglo XVIII en su Leerte à l´ Académie, “ el buen historiador no es de ninguna época ni de ningún país”, y la frase de Paul Veyne escrita en 1968 en la Enciclopedia Universales, que pretende construir la base de los intelectuales franceses del siglo XX: “ Un historiador serio, es decir, desinteresado, no se interesa en la historia de Francia por ser francés, se interesa por amor a la historia”.

-El profesionalismo: Implica considerar de manera elitista que la historia, el conocimiento del pasado, depende de las calificaciones técnicas, la habilidad y el oficio, con lo cual el saber histórico se elaboraría aislado, en los círculos de la investigación especializada, para luego ir descendiendo de a poco de nivel en nivel y de este modo degradándose.

El autor sostiene que los historiadores discuten los problemas que surgen del profesionalismo, como si es necesaria la división del trabajo para conocer el pasado o si es posible cuestionar el profesionalismo del historiador y simultáneamente poder conservar la exigencia de rigor científico, en el interior de su mundo corporativo y privilegiado, considerando como naturales a los privilegios corporativos.

Chesneaux considera que, al contrario, es necesario partir del lugar global y del papel del pasado en las sociedades divididas y desgarradas por contradicciones sociales, y solo en ese momento pueden abordarse los problemas técnicos propios del saber histórico.

5- ¿Qué críticas hace el autor a las dos corrientes históricas contemporáneas más ascendentes en Francia?

Chesneaux sostiene que la producción histórica se halla en expansión. Sin embargo, la misma oculta un debate político que consiste en cuál es el sentido de dicha expansión y a quiénes beneficia la misma.

Mientras la vieja historia

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