Historia De La Actividad Fisica Y El Deporte
Enviado por oswaldo4141 • 25 de Septiembre de 2014 • 1.443 Palabras (6 Páginas) • 719 Visitas
El deporte en Mesopotamia
Se tiene alguna información (escasa) sobre el deporte de Mesopotamia a lo largo de su extensa historia de tres milenios. Lo más destacable en cuanto a su relación con el deporte es un texto que recoge el entrenamiento de los caballos para las carreras. Este texto es de mitad del II milenio y corresponde a los hititas (un pueblo del norte, indoeuropeo, que consiguió dominar la región formando un imperio en parte del II milenio a.C.). Es conocido como 'texto Kikuli' que podía ser el intendente de la caballería del rey. En él se narra día a día y detalladamente el entrenamiento y cuidado de los caballos en su preparación para las carreras de pista, tirando de un carro.
Comienzan, así, en la historia del deporte, las carreras de carros, que no dejarán de celebrarse con pasión, pasando de unas zonas a otras, como tomando el relevo de la historia, hasta la caída de Constantinopla en poder de los turcos en el año 1453 de nuestra era. Es una historia de carreras de caballos de 3.000 años: Mesopotamia primero, después Grecia, después el circo romano y por último Bizancio. Fue un deporte paramilitar, relacionado con lo militar. El caballo no se domesticó por el hombre hasta el II milenio a.C. en esas llanuras mesopotámicas, e inmediatamente se le utilizó en la guerra, tirando del carro de combate, mucho antes de que se le utilizara montándolo directamente. Era absolutamente necesario el entrenamiento de los caballos y la utilización del carro en la guerra para poder defenderse frente a los adversarios, esto explica su éxito como deporte. El II milenio es especialmente guerrero, de invasiones crueles, de grandes movimientos de gentes. Además de las carreras de carros, nos consta la existencia de otros deportes como el boxeo, la nataciñon, las carreras o la lucha, por inscripciones en bajorrelieves y figurillas.
EGIPTO
El deporte en el Antiguo Egipto ocupaba una parte importante del ocio de los jóvenes de la antigüedad, quedando reflejado en númerosos testimonios: decoraciones en tumbas, vasijas, ostraca, etc. Aunque algunas actividades (especialmente las artes marciales) estaban preferentemente reservadas a la aristocracia, parece que personas de todas las clases participaba en multitud de deportes. No existía ninguna competición de la importancia de los Juegos Olímpicos, aunque se disputaban competiciones (al menos de alguna disciplina concreta).
Deportistas egipcios.
Podemos relacionar algunas de estas actividades deportivas de la época con algunos deportes modernos, aunque a menudo tengan pocas cosas en común:
Atletismo: se practicaban carreras a pie. Una carrera de ida y vuelta, de unos 100 kilómetros de distancia, se disputaba entre Menfis y el oasis de El Fayum durante la dinastía XXV (siglo VII a. C.) Los corredores invertían cerca de 8 horas en realizar el trayecto.
Boxeo: una representación pictórica, en la tumba de Jeruef, muestra a seis boxeadores en posición de combate.
Carreras de carros: se disputaban carreras de carros.
Asalto con palo: este deporte de lucha era muy popular en el Antiguo Egipto. Se han hallado numerosas representaciones de esta actividad y varios de estos bastones se han encontrado en la tumba de Tutankamon.
Lucha: gran deporte del Egipto antiguo, la lucha está atestiguada por numerosas representaciones como las pinturas de Beni Hasan, pertenecientes a la época de las dinastías XI y XII (hacia el 2000 a. C.), los relieves de la calzada de la pirámide de Sahura (hacia el año 2500 a. C.) o la tumba de Ptahhotep en Saqqara (hacia el 2350 a. C.) y en las tumbas del nomarca Jnumhotep II y de Sesostris II.
Deportes acuáticos: también se disputaban deportes acuáticos en el Nilo.
Tiro con arco: era el deporte por excelencia de la época. Los arqueros recibían lingotes de cobre.
Algunos faraones fueron célebres por sus hazañas deportivas que aumentaban su aura y su dimensión divina, en particular Amenhotep II. En La civilisation de l'Egypte pharaonique (Arthaud 1965), François Daumas cuenta que un joven príncipe muy atlético, el futuro faraón, era capaz de tensar su arco de tal forma que «las flechas atravesaban totalmente salmones de cobre de seis centímetros de espesor; las puntas sobrepasaban el blanco veinte centímetros». Aficionado a los caballos, también participaba en competicioes de coche de caballos.
Los nobles practicaban la caza para divertise. La más peligrosa era la caza del hipopótamo. El faraón cazaba también leones, toros salvajes, antílopes:
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